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El drama medular de Brasil

¿Qué le pasó al pentacampeón mundial? Perdió hace rato su estilo y filosofía.

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Nelson Fredy Padilla C.
09 de julio de 2014 - 01:27 a. m.
El técnico brasilero Luiz Felipe Scolari durante el partido entre Alemania y Brasil en el estadio Mineirao de Belo Horizonte.  / EFE/Marcus Brandt
El técnico brasilero Luiz Felipe Scolari durante el partido entre Alemania y Brasil en el estadio Mineirao de Belo Horizonte. / EFE/Marcus Brandt
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El pentacampeón quedó eliminado 7-1 frente a Alemania no porque no contara con Neymar y Thiago para el juego definitivo. El problema de la selección de Brasil no es la tercera vértebra lumbar de Neymar sino un equipo desvertebrado de arquero a centro delantero.

Se ilusionaron con una supuesta resurrección después de vencer a Colombia, en parte por cuenta del peor partido de la tricolor, y la verdad es que era el mismo equipo que a duras penas pasó a cuartos de final gracias a la mala suerte de Chile con dos tiros en el palo. Se vio desde el primer partido con un mentiroso 3-1 sobre Croacia, el primer gol un tiro penal que le regaló el árbitro. Luego empató a ceros con México y goleó 4-1 a la muy débil Camerún. Ahí empezó a inflarse la burbuja de los anfitriones del Mundial 2014.

Para mí el tema de fondo que saca a flote esta tragedia deportiva es la pérdida de la filosofía que frente a este deporte representaba el país del “jogo bonito” de México 70, ratificado en España 82 así no haya sido campeón, y ya en cierto modo desdibujado en Estados Unidos 94 y Corea-Japón 2002, así haya sido campeón, porque empezó a echar raíces la línea dura tipo Dunga perdiendo el equilibrio con la heredada de Pelé y Jersson.

La última vez que fueron campeones tenían a Ronaldo y su corte y antes a Romario y Bebeto como directores de orquesta, ahora la línea blanda no hace contrapeso con un Neymar inmaduro e intermitente, muchas veces solitario porque no hay creatividad sostenida desde la mitad del campo. Por eso cuando el 10 se lesionó contra Colombia y el capitán Thiago no pudo jugar por haberse hecho sacar una amarilla infantil, sobrevino la goleada histórica por cuenta del equipo más sólido del campeonato.

El exjugador de la verdeamarela Ricardo Rocha, lo admitió con la voz entrecortada en Sportv: “Es una humillación técnica, táctica y física, epecialmente táctica”. Sí. Las consecuencias de lo que aquí algunos llaman la dictadura del técnico Felipao. Un planteamiento en el que siempre se da preferencia a los patabravas, Colombia los sufrió con récord de faltas, y se extraña a talentos como Kaká. Ese estilo de fuerza y marcación sobre el de talento y creación lo está pagando caro Brasil. Me impresionó ver esta semana en rueda de prensa a Thiago, el capitán, dando una opinión y luego volteando a pedir la aprobación de “el comandante”, mostrando una diciente inseguridad. Las demás debilidades quedaron expuestas contra Chile, donde la mayoría de jugadores se desestabilizaron emocionalmente desde que sonó el himno nacional. Julio César al borde del colapso, Thiago negándose a cobrar un penal en medio del llanto, David Luiz contagiado, Neymar inconsolable tirado en la cancha. Melodramático.

Para el partido contra Colombia les sirvió la terapia sicológica intensiva a que fueron sometidos, pero parece que en medio de esa efímera celebración no revisaron a conciencia los errores por corregir. Sabiendo de las ausencias, contra Alemania intentaron recuperar generación de juego poniendo al cuasijuvenil Bernard, crudo todavía, y a Ramires. Era demasiado tarde después del estado de somnolencia en el que recibieron cinco goles en 26 minutos. En varios pasajes reviví los recuerdos del 5-0 de Colombia contra Argentina.

Además, los delanteros, en cabeza de Fred y Hulk, jamás estuvieron a la altura de las leyendas que los precedieron. Un Oscar desdibujado hizo el gol de la dignidad. No fue solo la presión de tener que ganar como locales un evento multimillonario y socialmente criticado. La cuestión va por la médula hasta el alma. Brasil nunca fue de los mejores equipos de esta Copa Mundo así haya llegado injustamente a semifinales. Por lo menos Chile y Colombia mostraron mejor juego individual y colectivo. La pregunta ahora es: ¿quién es el técnico capaz de reconstruir sobre las cenizas al equipo que más veces ha sido campeón mundial? Mientras se da el gran debate, le queda un partido por jugar. Lo peor es que al frente pueden tener a Argentina.

Por Nelson Fredy Padilla C.

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