
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Los ojos llorosos de Neymar fueron el símbolo de un padecimiento que terminaba para la multitudinaria fanaticada de la selección brasilera. El ‘10’, y hasta ese momento capitán de la canarinha, anotó el penal definitivo con el que conquistó la primera medalla de oro en fútbol para uno de los países que más idolatran este deporte.
Sin embargo, la celebración del futbolista de Barcelona se convirtió en amargura por unos instantes mientras daba le vuelta olímpica en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro. (Lea también: Lo mejor y lo peor de Río 2016)
Neymar, con la medalla de oro olímpica colgando sobre su pecho, se acercó a las tribunas para saludar a los hinchas, uno de ellos le gritaba críticas y el jugador no dudó en responderle. La bronca se adueñó de sí y los encargados de seguridad debieron controlarlo y alejarlo de esa zona.