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El futuro del arco colombiano está en Holanda

Camilo Páez sueña jugar como profesional, y en el Viejo Continente busca un lugar entre los mejores.

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13 de junio de 2020 - 02:00 a. m.
Páez llegó al Sparta de Róterdam en 2019 y espera su oportunidad para debutar como profesional.
Páez llegó al Sparta de Róterdam en 2019 y espera su oportunidad para debutar como profesional.
Foto: Cortesía - Cortesía
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Junto a turcos, marroquíes, senegaleses y jugadores de otras nacionalidades que nutren el fútbol en el Viejo Continente, Camilo Páez Arias ha estado creciendo y cultivando una carrera futbolística en Holanda desde hace dos años. Este bogotano, de 17 años, hoy en día custodia el arco del equipo sub 19 del Sparta de Róterdam -el cuadromás longevo de ese país, con 132 años de historia- y ha compartido campo con las futuras estrellas del balompié mundial. Páez solo espera la oportunidad de debutar con el equipo profesional y que en Colombia sea reconocido para vestir la camiseta tricolor en algún certamen internacional.

Desde pequeño descubrió su pasión por el deporte. Su papá lo llevaba regularmente al estadio El Campín para disfrutar de los partidos de Independiente Santa Fe como una tradición familiar. En su corta trayectoria ha participado en torneos de la Liga de Bogotá, nacionales y la Copa Bon Bon Bum con el equipo Dragon Force, la escuela del F.C. Porto de Portugal en Colombia. En 2018 la vida de Camilo dio un giro cuando a su padre lo transfirieron a La Haya, Holanda, por motivos de trabajo. Sin dudarlo quiso seguir con su sueño de ser futbolista y empezó a buscar opciones.

Para ese agosto, cuando Páez llegó a Europa, las convocatorias en todos los clubes estaban cerradas y los equipos ya estaban conformados. Aun así, fue a tocar puertas y preguntar si lo recibían o si lo dejaban hacer pruebas. El Westlandia, de la tercera división de esa nación, confió en él y pudo ingresar al equipo. Sin embargo, por llegar tan tarde, tuvo que conformarse con ser el tercer arquero. Con trabajo y mucha dedicación entrenaba cada día esperando algún milagro. Fue así como en octubre el portero titular se lesionó y le dio pasó al colombiano para demostrar su calidad.

(Cuando Real Madrid ganó la primera Copa de Europa)

Sus buenas actuaciones llamaron la atención de los medios locales. Sus fotos y su cara ya eran conocidas en el ámbito local, lo que le dio la oportunidad de que lo llamaran del Sparta. Tras unas pruebas, entró al equipo sub 19, en el que se desempeña hoy en día. Con el cuadro de Róterdam ha podido jugar frente al Ajax de Ámsterdam y ver de cerca cómo trabaja y funciona dentro del terreno de juego una de las canteras más importantes del mundo. “Fue muy emocionante ver que en el banquillo del Ajax estuviera John Heitinga, el subcampeón del mundo en 2010 como entrenador del equipo sub 19. Ahí me di cuenta de que estaba jugando con los mejores de mi categoría”, recuerda Páez.

Su adaptación al fútbol de Holanda ha sido bastante buena. En ese país buscan arqueros que tengan gran habilidad con los pies, y Camilo estuvo a la altura. “Al principio me costó un poco. Sin importar que el delantero rival estuviera a tres metros de mí, los defensas me daban el balón y no podía tirarlo lejos. Acá siempre esperan que el arquero sea quien comience la jugada con un pase limpio a un central o un lateral”, dice.

Para aprender más de ese juego con los pies busca videos de Nicolás Tagliafico, el jugador argentino del Ajax y que tuvo uno de los porcentajes de pases más altos de la última Eredivisie (la Liga de Holanda), con un 84,5 % de acierto.

Tras su llegada a los Países Bajos, Camilo encontró el alivio de ser relacionado con un exjugador colombiano, Faryd Mondragón. Sus compañeros turcos lo comparan con el arquero caleño que pasó por el Galatasaray. “Mi ídolo es Mondragón, y que mis compañeros me comparen con él es realmente muy bonito, nunca esperé que algo así me pasara”, asegura. Por esto, su adaptación con sus nuevos compañeros de diferentes partes del mundo ha sido más amena y hoy en día se siente como uno más del grupo.

La diversidad en su equipo lo ha ayudado en su vida personal y futbolística. Las diferentes culturas que se encuentran en Holanda le han enseñado muchas cosas: sudar la camiseta viene de los turcos, la habilidad y el regate de los marroquíes, la fuerza física de Surinam y la elegancia y la técnica de los holandeses, una fórmula perfecta para un estilo de juego. Con esto y su nivel espera hacerse conocer pronto en Colombia para cumplir su sueño de representar al país y defender el tricolor nacional.

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