
Kylian Mbappé, tras la eliminación de PSG en la Champions League.
Foto: EFE - YOAN VALAT
En la mirada de Kylian Mbappé, pérdida y clavada en el césped —sin encontrar respuesta ante la frustración de una derrota más del equipo que él prometió llevar a la cima—, se resume bien el nuevo fracaso de París Saint-Germain, un club obsesionado con ganar la Champions League, pero incapaz de reunir todo lo que se necesita para levantar el trofeo.
Este año, la piedra en el camino fue un muro gigante; rocoso, impenetrable, hermético y, sobre todo, muy sólido. Clavaron mil y una pelotas en el palo, pisaron una y otra vez el área de sus...