El recuerdo de una goleada Monumental

Hace 51 años, el cuadro cardenal perdió 4-0 frente al equipo de la banda cruzada, por la Copa Libertadores, en medio de un ambiente tenso por la renuncia de Pablo Centurión, su arquero titular.

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Andrés Montes Alba
05 de abril de 2018 - 12:30 p. m.
Sarnari, (tercero de izq. a dere.) jugó para River Plate ese duelo y después estuvo en Santa Fe (1975-1976).  / Archivo El Espectador
Sarnari, (tercero de izq. a dere.) jugó para River Plate ese duelo y después estuvo en Santa Fe (1975-1976). / Archivo El Espectador
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El 19 de abril de 1967, Santa Fe se levantó con cuatro dolores de cabeza. La noche anterior sufrió una goleada por 4-0. El rival era River Plate de Argentina. Por el lado del equipo de la banda cruzada estaban Amadeo Carrizo, Juan Carlos Sarnari, Juan Lallana, Daniel Onega y Oscar Mas, mientras que por el rojo Marino Klinger, el brasileño Waltinho, Alfonso Cañón, Delio Maravilla Gamboa y el delantero brasileño Gelson eran las figuras. Fue la primera salida del club bogotano en tierras argentinas, ocasión que se dio en medio de inconvenientes entre jugadores, cuerpo técnico y directivos.

Resulta que Santa Fe, tras ganar su título en 1966, comenzó la Copa Libertadores ante Racing de Argentina. Y uno de los goles de ese encuentro nació de un malentendido. El tanto para Racing lo marcó Maschio, pero antes de la anotación se produjo una jugada confusa. El defensor Pedro Galeano le sacó de las manos el balón al guardameta paraguayo Pablo Centurión, pues en su afán de despejar no escuchó el grito del arquero que decía “mía”. Aquella falta de comunicación provocó el primer tanto del 2-1 con el que el club de Avellaneda ganó en El Campín. Maschio fue la figura con los dos goles, mientras que por Santa Fe Maravilla Gamboa descontó. Gabriel Ochoa Uribe, DT del conjunto rojo, responsabilizó a Galeano por el gol, y éste, susceptible al ataque, anunció su retiro de la institución.

En su reemplazo, el entrenador se la jugó por el argentino Osvaldo Ayala, quien no la pasó bien, pues en el partido antes de viajar a Argentina, contra Júnior en El Campín, fue responsable del gol de la derrota (3-2). Y eso pesó en la mente de un club que vio en ese duelo por el torneo local la oportunidad de darles un envión anímico a los jugadores antes de enfrentarse, más allá de River, al Monumental. De hecho, cada una de las boletas fue impresa con un mensaje alentador, de invitación, de unión entre hinchas y club. “Prometiendo una gran despedida a su fanaticada en su viaje a la Argentina”. Un día antes del partido con Júnior, Galeano habló con el técnico y gracias al delegado que puso la directiva para resolver el altercado, decidió volver al club, aunque no viajó a Argentina. La derrota con Júnior dejó al equipo cardenal en el noveno puesto entre 14 equipos, con tan sólo 10 puntos.

Al otro día, en el aeropuerto El Dorado, Santa Fe viajó rumbo a Argentina, con la esperanza de levantar cabeza y darle una buena actuación a su afición. El brasileño Gelson, quien era centro de las críticas por sus últimas actuaciones, se mostraba optimista antes del juego. “No me gusta hacer pronósticos, pero puedo asegurarle que venderemos cara la derrota”, le decía el jugador de Santa Fe al corresponsal de El Espectador que viajó como enviado especial al partido.

River ya era un equipo con toda la jerarquía de hoy. “Estábamos acostumbrados a jugar los partidos de Copa”, apuntó Juan Carlos Sarnari. El volante argentino estuvo en el once titular que goleó a los cardenales. “Era época de lluvia y la afición fue poca”, rememoró. Tan sólo 25.000 espectadores asistieron al encuentro en el Monumental, pero en el campo fue evidente la diferencia. Dos goles en cada tiempo. Al minuto 23 el defensa Abel Vieytez abrió la cuenta y Daniel Ortega, al 40’, anotó el segundo. En la parte complementaria poco pudo hacer el visitante. Al 81’ Juan Lallana puso el tercero y cuatro minutos después, de penal, Roberto Matosas marcó el tanto definitivo.

Hoy Santa Fe vuelve, 51 años después, a la cancha de River por un partido de Copa Libertadores (en 2016 jugó la Recopa Suramericana). Y aunque no hay arqueros que renuncien, como en aquel abril de 1967, el presente no es tan bueno. El pasado sábado, el conjunto rojo cayó 3-0 ante el Deportivo Cali en el estadio de Palmaseca, por lo que esta puede ser la oportunidad para que los dirigidos por Gregorio Pérez le den una alegría a su hinchada en el torneo de clubes más importante del continente. La idea será borrar, por lo menos del colectivo rojo, aquella noche en la que el frío también fue el adjetivo para calificar el juego de los capitalinos en Buenos Aires.

Por Andrés Montes Alba

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