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Diogo Jota murió en un accidente de tráfico en España que también le costó la vida a su hermano André. Tenía 28 años, tres hijos pequeños y una carrera que dejó huella en el Liverpool y la selección de Portugal.
Tras la noticia, el fútbol empezó a repasar sus mejores momentos. Entre ellos, su último gol con la camiseta de los ‘reds’, que llegó apenas el pasado 2 de abril.
Fue un gol especial por varias razones. No solo por el rival —el Everton, en el siempre intenso Derbi de Merseyside— sino también por cómo nació: gracias a una jugada rápida y precisa de Luis Díaz.
Corría el minuto 56 en Anfield. Tras una serie de rebotes, Díaz controló el balón de espaldas, giró la cabeza y cedió el pase a Jota sin siquiera darse la vuelta. El portugués aprovechó el hueco, avanzó unos metros y conectó un cabezazo certero ante la salida de Foster. El balón terminó en la red y estalló la grada.
Fue el 1-0 que rompió la igualdad en un clásico cargado de tensión. Jota, Díaz y el resto del equipo celebraron juntos ese tanto, que ahora cobra un significado especial: fue la última vez que el portugués festejó un gol con la camiseta del Liverpool, el club al que llegó en 2020 y donde firmó algunos de los mejores capítulos de su carrera.
Ese gol resume bien quién era Diogo Jota: rápido para leer la jugada, decidido para rematar y siempre listo para aparecer cuando más hacía falta. También deja claro el entendimiento que construyó con Luis Díaz, un compañero con el que compartía algo más que posición en el campo: idioma, complicidad y respeto mutuo.
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