¡En honor al papa Francisco! El estadio de San Lorenzo llevará su nombre

El papa Francisco siempre confesó su amor por San Lorenzo.

Foto: San Lorenzo, vía X

El mundo del fútbol y la fe se cruzan una vez más para rendir homenaje al papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años.

El Vaticano publicó este martes las primeras imágenes del pontífice en su féretro, vestido con una casulla púrpura y una mitra blanca, en la capilla de la Casa Santa Marta, donde residió durante su papado.

Mientras se preparan los detalles de su funeral, que se celebrará este sábado a las 3:00 a.m. (hora colombiana), una noticia ha conmovido a los hinchas del fútbol argentino: el nuevo estadio de San Lorenzo de Almagro, su equipo del alma, llevará su nombre.

El papa ya sabía que el nuevo estadio de San Lorenzo llevará su nombre

Marcelo Monetti, presidente del club azulgrana, fue quien confirmó la decisión, tomada en vida del papa Francisco tras una visita especial al Vaticano.

En aquel encuentro, los directivos del club le llevaron un fragmento de tribuna del viejo Gasómetro, el estadio que el entonces joven Jorge Mario Bergoglio visitaba con su padre en el barrio porteño de Boedo.

Al preguntarle si aceptaría que el nuevo estadio llevase su nombre, el sumo pontífice respondió con ternura: “Pero claro”.

Francisco fue socio activo de San Lorenzo, con carnet al día desde 2008. Su amor por el club nació en su infancia y se consolidó en 1946, cuando celebró su primer título de liga como hincha.

“Lo vi muy emocionado”, dijo Monetti, quien también reveló que el papa jugaba baloncesto en el club y le compartió detalles nostálgicos sobre la tribuna a la que asistía con su familia. El nuevo estadio se construirá en la misma ubicación del antiguo Gasómetro y, según el dirigente, será el recinto “más moderno de Buenos Aires”.

El amor del papa por el cuervo

Durante su papado, Francisco nunca ocultó su amor por el fútbol y, en especial, por el “Ciclón”. En 2013, el año en que fue elegido pontífice, San Lorenzo cortó una sequía de seis años y ganó el torneo Apertura. Un año más tarde, con la “bendición papal”, el equipo logró la Copa Libertadores, el título más importante de su historia. En medio de un momento familiar difícil por un accidente que afectó a sus seres queridos, Francisco agradeció al equipo por darle “dos minutos de felicidad”.

Su relación con el club es tan entrañable que incluso en los años 90, cuando aún era arzobispo de Buenos Aires, bajaba al vestuario a bendecir a los jugadores, aunque no todos los técnicos lo veían con buenos ojos. Una anécdota divertida cuenta que el entrenador Alfio Basile pidió que lo sacaran del camerino por considerarlo de “mala suerte”, sin saber que estaba echando al futuro papa.

Francisco llevó a la Iglesia un enfoque más humano y cercano. Renunció a los lujos, prefirió los gestos simples y se mantuvo siempre fiel a sus raíces. El hincha más famoso de San Lorenzo no abandonó nunca su pasión, ni siquiera desde la cúpula del Vaticano. Su legado va más allá de lo religioso: fue un puente entre la espiritualidad y la vida cotidiana, entre la sotana y la camiseta azulgrana.

La decisión de bautizar el nuevo estadio como “papa Francisco” no es solo un homenaje a una figura ilustre de la Iglesia, sino también un tributo a un hincha que jamás renegó de sus pasiones terrenales. Desde la eternidad, Francisco tendrá una nueva tribuna donde su recuerdo vivirá cada vez que ruede la pelota en Boedo.

Así, San Lorenzo no solo honra al pontífice más futbolero de la historia, sino que también sella el vínculo eterno entre el fútbol y la fe, dos lenguajes universales que Francisco supo conjugar con humildad, alegría y pasión.

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