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Vestida de negro y con rostros totalmente secos, los jugadores enterraron frente a Australia, en el último partido del grupo B, el recuerdo de la selección que llegó a Brasil como campeona y reinante y en tan sólo dos partidos salió eliminada y cabizbaja.
Para su último partido del Mundial Brasil 2014, Vicente del Bosque, entrenador ibérico, cambió a medio equipo, empezando por el arco: tapó José Reina en lugar de Casillas, y Diego Costa fue relegado al banco en lugar de Fernando Torres y David Villa.
Esa fórmula (un 4-2-3-1) le permitió a Villa, de taquito, anotar el primer gol al minuto 36 ante una Australia disminuida por la ausencia de Tim Cahill, su referente. En el segundo tiempo, Torres anotó el segundo al minuto 69 y Juan Mata redondeó la faena a ocho del final. La euforia del gol no caracterizó las celebraciones. España se acordó muy tarde de jugar: cuando ya estaba fuera del Mundial.