Falcao será suplente en el partido ante Queens Park Rangers

Manchester United llevaba 26 años haciendo las cosas al estilo de sir Alex Ferguson. De la mano del técnico escocés ganó 38 títulos y se convirtió en una de las marcas deportivas más reconocidas del planeta.

Por eso era previsible que la primera temporada posterior a su retiro, la 2013-2014, fuera complicada. Lo que nadie imaginó es que bajo las órdenes de David Moyes los diablos rojos cumplirían su peor campaña en dos décadas y terminarían en la séptima posición de la Premier League, insuficiente para clasificar a un torneo europeo.

Esa situación obligó a los dirigentes a tomar la decisión de licenciar a Moyes (y de paso indemnizarlo con una cifra cercana a los cinco millones de dólares) y contratar al holandés Louis Van Gaal, quien desde hace apenas dos meses, justo después del Mundial de Brasil, comenzó la reconstrucción deportiva del gigante europeo, porque sus finanzas, a pesar de la salida de Ferguson y la discreta campaña, siguieron creciendo. El año pasado ManU tuvo ingresos del orden de los US$677 millones, 19% más que en 2012.

“No es un proceso fácil, aunque es más viable en un club del prestigio, la grandeza y la historia que tiene este. Salieron 14 jugadores del plantel del año pasado y llegaron seis, cinco adquiridos y uno a préstamo. Necesito tiempo, una, dos o tres temporadas, aunque sé que la afición espera resultados pronto”, admitió Van Gaal en la rueda de prensa del jueves pasado, en la que presentó a sus dos últimas novedades: el defensa holandés Daley Blind y el delantero colombiano Radamel Falcao García, cedido en préstamo por un año por el Mónaco francés a cambio de US$10 millones, con una opción de compra de US$70 millones. En realidad, el club inglés no adquirió de una vez al atacante porque si lo hacía excedía el límite del fair play financiero pactado en Europa, pero hacerlo el próximo verano es casi una obligación.

El exdelantero de River Plate, Porto y Atlético de Madrid ya se puso la camiseta número 9 roja y debutaría este domingo, a las 10:00 a.m., en el estadio Old Trafford de Manchester, conocido como el Teatro de los Sueños, ante el modesto Queens Park Rangers.

Falcao, contratado justo el día en el que se cerraba el libro de transferencias en Europa, llega con la enorme responsabilidad de cambiarle la cara al equipo de Van Gaal, que en la pretemporada y en las tres primeras fechas de la Premier ha decepcionado.

“Pienso que un club como el United debe tener objetivos claros. Yo también los tengo. Por eso estoy convencido de que terminar entre los primeros tres de la competición no es una meta irrazonable”, señaló Van Gaal, convencido de que aunque su equipo cuenta con la ventaja de no afrontar torneos europeos, como sus principales rivales, tiene la desventaja de estar iniciando un proyecto de renovación.

Sobre Falcao y las primeras impresiones que le ha dejado, fue contundente: “Si puedo contratar a un jugador como Falcao, no tengo ninguna duda, porque es uno de los mejores delanteros del mundo. Sus estadísticas lo dicen. Hoy, en el entrenamiento, tuvo un balón y lo transformó en un gol”.

En realidad, el estratega holandés espera encontrar con el colombiano la cuota anotadora que ha perdido en las últimas temporadas su compatriota Robin Van Persie, quien según los medios británicos sufre delicados problemas en las rodillas que no le han permitido rendir a su mejor nivel en Manchester.

A eso se suma que el capitán y máximo ídolo del plantel, Wayne Rooney, ha asumido un nuevo rol en el campo, jugando un poco más retrasado.

Además de Blind y Falcao, el United contrató durante el verano a los defensas Luke Shaw y Marcos Rojo, así como a los volantes Ander Herrera y Ángel Di María, por quienes pagó cerca de US$250 millones.

Con un lugar asegurado

Falcao llega a Manchester con el rótulo de figura. Sus 201 goles como profesional, además de cuatro fantásticas temporadas en Europa, dos en Portugal y dos en España, le han servido para que Van Gaal lo reciba con los brazos abiertos, a pesar de que todavía está retomando su mejor forma tras la operación de ligamentos a la que fue sometido en enero pasado.

Y no puede ser uno más cuando va a ser el jugador mejor pagado de la plantilla. La semana pasada los medios ingleses publicaron que el colombiano se ganará 350.000 libras esterlinas a la semana, la bobadita de $1.100 millones cada siete días, el 20% más de lo que se gana Rooney.

Eso sí, el delantero de 28 años, nacido en Santa Marta y formado futbolísticamente en Argentina, debe saber que el club le hará justificar cada centavo que se gane, en la cancha y fuera de ella, pues seguramente explotará comercialmente la imagen del goleador, especialmente en Asia, donde la marca Manchester United tiene enorme aceptación.

En lo deportivo, Falcao encontrará una plantilla renovada, sin grandes referentes además de Rooney, pues Rio Ferdinand se fue del club y Ryan Giggs se retiró para convertirse en asistente técnico de Van Gaal.

Y por lo que anunció el holandés, lo utilizará como uno de los dos delanteros con los que tradicionalmente juega, en su sistema 3-5-2, siempre con volantes de ida y vuelta. “Vengo a hacer lo que sé. Voy a actuar en la posición en la que el míster lo determine y a dar mi mejor esfuerzo para que el club cumpla sus objetivos”, señaló el colombiano, quien advirtió que está listo para el estreno y explicó que se está adaptando muy rápido a su nueva casa.

De hecho lo hizo en inglés, un detalle que destacó su entrenador. “Quiero valorar el esfuerzo que ha hecho para integrarse pronto al grupo y responder en un idioma que no es el suyo y que apenas está conociendo; eso es una muestra de la actitud con la que ha venido”, dijo Van Gaal.

Sin embargo, Falcao habla mejor en la cancha. Con goles se ha ganado el respeto y el cariño de hinchadas exigentes como las de River, Porto y Atlético de Madrid. Incluso, a punta de ganas y voluntad se convirtió también en el gran líder de la selección rumbo al Mundial de Brasil.

“Espero anotar muchos goles y darles alegrías a los hinchas. Ganar títulos y quedarme aquí por muchos años”, agregó el colombiano, quien desde hoy espera convertirse en el nuevo ídolo de Old Trafford y hacerle honor a una camiseta que han lucido grandes leyendas del fútbol mundial, como sir Bobby Charlton, George Best, Eric Cantona, David Beckham, Ruud Van Nistelrooy y Cristiano Ronaldo, entre otros.

Manchester United llevaba 26 años haciendo las cosas al estilo de sir Alex Ferguson. De la mano del técnico escocés ganó 38 títulos y se convirtió en una de las marcas deportivas más reconocidas del planeta.

Por eso era previsible que la primera temporada posterior a su retiro, la 2013-2014, fuera complicada. Lo que nadie imaginó es que bajo las órdenes de David Moyes los diablos rojos cumplirían su peor campaña en dos décadas y terminarían en la séptima posición de la Premier League, insuficiente para clasificar a un torneo europeo.

Esa situación obligó a los dirigentes a tomar la decisión de licenciar a Moyes (y de paso indemnizarlo con una cifra cercana a los cinco millones de dólares) y contratar al holandés Louis Van Gaal, quien desde hace apenas dos meses, justo después del Mundial de Brasil, comenzó la reconstrucción deportiva del gigante europeo, porque sus finanzas, a pesar de la salida de Ferguson y la discreta campaña, siguieron creciendo. El año pasado ManU tuvo ingresos del orden de los US$677 millones, 19% más que en 2012.

“No es un proceso fácil, aunque es más viable en un club del prestigio, la grandeza y la historia que tiene este. Salieron 14 jugadores del plantel del año pasado y llegaron seis, cinco adquiridos y uno a préstamo. Necesito tiempo, una, dos o tres temporadas, aunque sé que la afición espera resultados pronto”, admitió Van Gaal en la rueda de prensa del jueves pasado, en la que presentó a sus dos últimas novedades: el defensa holandés Daley Blind y el delantero colombiano Radamel Falcao García, cedido en préstamo por un año por el Mónaco francés a cambio de US$10 millones, con una opción de compra de US$70 millones. En realidad, el club inglés no adquirió de una vez al atacante porque si lo hacía excedía el límite del fair play financiero pactado en Europa, pero hacerlo el próximo verano es casi una obligación.

El exdelantero de River Plate, Porto y Atlético de Madrid ya se puso la camiseta número 9 roja y debutaría este domingo, a las 10:00 a.m., en el estadio Old Trafford de Manchester, conocido como el Teatro de los Sueños, ante el modesto Queens Park Rangers.

Falcao, contratado justo el día en el que se cerraba el libro de transferencias en Europa, llega con la enorme responsabilidad de cambiarle la cara al equipo de Van Gaal, que en la pretemporada y en las tres primeras fechas de la Premier ha decepcionado.

“Pienso que un club como el United debe tener objetivos claros. Yo también los tengo. Por eso estoy convencido de que terminar entre los primeros tres de la competición no es una meta irrazonable”, señaló Van Gaal, convencido de que aunque su equipo cuenta con la ventaja de no afrontar torneos europeos, como sus principales rivales, tiene la desventaja de estar iniciando un proyecto de renovación.

Sobre Falcao y las primeras impresiones que le ha dejado, fue contundente: “Si puedo contratar a un jugador como Falcao, no tengo ninguna duda, porque es uno de los mejores delanteros del mundo. Sus estadísticas lo dicen. Hoy, en el entrenamiento, tuvo un balón y lo transformó en un gol”.

En realidad, el estratega holandés espera encontrar con el colombiano la cuota anotadora que ha perdido en las últimas temporadas su compatriota Robin Van Persie, quien según los medios británicos sufre delicados problemas en las rodillas que no le han permitido rendir a su mejor nivel en Manchester.

A eso se suma que el capitán y máximo ídolo del plantel, Wayne Rooney, ha asumido un nuevo rol en el campo, jugando un poco más retrasado.

Además de Blind y Falcao, el United contrató durante el verano a los defensas Luke Shaw y Marcos Rojo, así como a los volantes Ander Herrera y Ángel Di María, por quienes pagó cerca de US$250 millones.

Con un lugar asegurado

Falcao llega a Manchester con el rótulo de figura. Sus 201 goles como profesional, además de cuatro fantásticas temporadas en Europa, dos en Portugal y dos en España, le han servido para que Van Gaal lo reciba con los brazos abiertos, a pesar de que todavía está retomando su mejor forma tras la operación de ligamentos a la que fue sometido en enero pasado.

Y no puede ser uno más cuando va a ser el jugador mejor pagado de la plantilla. La semana pasada los medios ingleses publicaron que el colombiano se ganará 350.000 libras esterlinas a la semana, la bobadita de $1.100 millones cada siete días, el 20% más de lo que se gana Rooney.

Eso sí, el delantero de 28 años, nacido en Santa Marta y formado futbolísticamente en Argentina, debe saber que el club le hará justificar cada centavo que se gane, en la cancha y fuera de ella, pues seguramente explotará comercialmente la imagen del goleador, especialmente en Asia, donde la marca Manchester United tiene enorme aceptación.

En lo deportivo, Falcao encontrará una plantilla renovada, sin grandes referentes además de Rooney, pues Rio Ferdinand se fue del club y Ryan Giggs se retiró para convertirse en asistente técnico de Van Gaal.

Y por lo que anunció el holandés, lo utilizará como uno de los dos delanteros con los que tradicionalmente juega, en su sistema 3-5-2, siempre con volantes de ida y vuelta. “Vengo a hacer lo que sé. Voy a actuar en la posición en la que el míster lo determine y a dar mi mejor esfuerzo para que el club cumpla sus objetivos”, señaló el colombiano, quien advirtió que está listo para el estreno y explicó que se está adaptando muy rápido a su nueva casa.

De hecho lo hizo en inglés, un detalle que destacó su entrenador. “Quiero valorar el esfuerzo que ha hecho para integrarse pronto al grupo y responder en un idioma que no es el suyo y que apenas está conociendo; eso es una muestra de la actitud con la que ha venido”, dijo Van Gaal.

Sin embargo, Falcao habla mejor en la cancha. Con goles se ha ganado el respeto y el cariño de hinchadas exigentes como las de River, Porto y Atlético de Madrid. Incluso, a punta de ganas y voluntad se convirtió también en el gran líder de la selección rumbo al Mundial de Brasil.

“Espero anotar muchos goles y darles alegrías a los hinchas. Ganar títulos y quedarme aquí por muchos años”, agregó el colombiano, quien desde hoy espera convertirse en el nuevo ídolo de Old Trafford y hacerle honor a una camiseta que han lucido grandes leyendas del fútbol mundial, como sir Bobby Charlton, George Best, Eric Cantona, David Beckham, Ruud Van Nistelrooy y Cristiano Ronaldo, entre otros.