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Dos ceros, dos bocas abiertas, dos bostezos. Francia y Dinamarca con el empate tenían todo definido a su favor: los galos avanzaban como primeros y los daneses segundos. Además, el resultado en Sochi entre Perú y Australia (victoria para los Incas) selló el paso de ambos combinados a los octavos de final del campeonato del mundo que se está llevando a cabo en Rusia. A pesar de esa gabela, de no jugar por mantenerse en competencia, sino solamente por definir el primer puesto, ninguna de las dos selecciones se exigió a fondo en un partido plano, sin profundidad y que terminó sin goles, sin alegrías, sin emociones.
Dinamarca fue el único equipo que salió con los ojos puestos en el encuentro de Australia y Perú. Un resultado a favor de los oceánicos y una derrota frente a los franceses ponía en riesgo su permanencia en el Mundial. Pero esa angustia de estar jugando dos partidos al mismo tiempo terminó en 18 minutos. André Carrillo marcó para los peruanos y le dio tranquilidad a los daneses. En esos primeros instantes del compromiso que se disputó en el estadio de Luzhnikí (Moscú), antes de ese tanto de los peruanos, el combinado rojiblanco era el que proponía. Su apuesta fue la velocidad de Martin Braithwaite, por zona derecha. Pero apenas fue en una oportunidad que el número 11 logró inquietar a los galos. (Vea nuestro especial sobre el Mundial de Rusia 2018)
Después del gol suramericano, el partido se vino abajo. La opción más clara fue para los franceses y llegó en los pies de Olivier Giroud. Remate que parecía meterse en el ángulo superior derecho del arquero Kasper Schmeichel, pero hasta ese palo voló el guardameta para mandar el balón al tiro de esquina. Un suspiro, que parecía ponerle ritmo al compromiso pero no pasó de ahí. Francia tomó el control del esférico, lo movió de un lado a otro, sin generar mayor peligro sobre la portería danesa.
Mientras los franceses apostaban por mantener el balón, tocarla, sin ser insistentes y los daneses seguían el movimiento del esférico, en la tribuna los hinchas hicieron su espectáculo. En medio del primer tiempo intentaron hacer una ola, como hace cuatro años sobresalía en los juegos del Mundial de Brasil, pero ésta era sin forma, con más ganas que coordinación. Aún así los 77 mil asistentes al estadio de Luzhnikí intentaron contagiar a los jugadores que naufragaban en la cancha, que iban y venían con el balón en los pies, sin mayor emoción. (Puede ver: "Francia, España y Alemania están en un nivel superior al resto": David Trezeguet)
El primer tiempo temrinó así y el segundo también transcurrió de la misma manera. Con más posesión por parte de los franceses, que se dieron el lujo de guardar a Kylian Mbappé y a Paul Pogba, además de sustituir temprano a Antoine Griezmann. El delantero salió por Nabil Fekir al minuto 68. Desde entonces, aparecieron más remates a la portería danesa. El número 18 de los blues realizó dos disparos que hicieron que Schmeichel se revolcara sobre el gramado del imponente estadio de Moscú. Pero el partido no dio para más.
Francia terminó con una posesión del balón de 62%, con cuatro remates a portería y una cantidad de 668 pases. Ambos seleccionados avanzaron a segunda ronda y se fueron bajo una inmensa silbatina. El grupo C se cerró con los franceses como lideres, seguidos por Dinamarca, Perú (que volvió a la victoria después de 36 años en un Mundial) y Australia, que vio todo tan cerca y a la vez tan lejos. 0-0 sin emoción, sin alegría pero que sentenció sus dos clasificados a octavos de final de Rusia 2018. (Lea: La esperanza peruana naufragó en Ekaterimburgo)