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El Hamburgo tomó la iniciativa desde el comienzo y asumió el control del campo y de la pelota frente a un Fulham concentrado en mantener un buen dispositivo defensivo que le complicó la vida al equipo alemán.
El Hamburgo dominaba pero su dominio era estéril porque tenía demasiadas dificultades para llegar a la portería contraria. Tras un par de llegadas en los primeros minutos -un robo de balón de Ruud van Nistelrooy cuando acababa de empezar el partido y un disparo desde fuera del área de Piotr Trochowski en el minuto 3- las ocasiones brillaban por su ausencia.
Johnatan Pitroipa era el jugador que del lado del Hamburgo trataba de desequilibrar el partido, con llegadas por la banda izquierda, pero sus jugadas solían morir al llegar al área.
Mientras tanto, el Fulham esperaba y acechaba e incluso llegó a tener la mejor posibilidad de la primera parte con un disparo desde fuera del área del húngaro Zoltan Gera en el minuto 14.
La tónica del partido siguió igual en el comienzo de la segunda parte. El Hamburgo rodeaba el área mientras que el Fulham se defendía y esporádicamente intentaba jugadas de contragolpe aprovechando pérdidas de balón de los locales.
La primera ocasión realmente clara no llegó sino hasta el minuto 70 con un disparo de Pitroipa que obligó al meta Mark Schwarzer a una buena parada. Y a esa ocasión siguieron otras dos, de Trochowski y David Jarolim, en los dos minutos siguientes.
Sin embargo, lo que pudo hacer creer que el partido iba a dar un viraje fue sólo una explosión momentánea y para el Hamburgo el partido siguió siendo una prueba de paciencia frente a una muralla defensiva que parecía infranqueable
Al final, todos los esfuerzos del Hamburgo fueron infructuosos y el equipo alemán tiene cuesta arriba hacer realidad su sueño de jugar la final de esta Liga Europa en su campo.