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Ese muchacho alto, flaco, con piernas largas y que sonríe cada vez que toca la pelota volvió a ser convocado a la selección de Colombia luego de cuatro años y nueve meses. Giovanni Moreno era el 10 de la tricolor y parte esencial del plantel que afrontó las eliminatorias rumbo a Sudáfrica 2010.
En ese ciclo convirtió un gol en cinco partidos oficiales y logró hacerse un cupo en la nómina titular de Hernán Darío Bolillo Gómez, para poder cumplir su sueño de niño: disputar un Mundial como su ídolo, el brasileño Rivaldo.
Gracias a su particular biotipo, podía ser ágil y desequilibrante en la cancha. A un lado quedó el joven tímido y temeroso a la muerte que poco a poco ponía su nombre en lo más alto del balompié nacional.
Debutó en Envigado y fue el goleador de la B. Sus 30 tantos sirvieron para que el club naranja llegara nuevamente a la primera división. Gracias a esa hazaña llamó la atención de varios equipos locales, siendo Atlético Nacional el que logró contar con sus servicios.
En el cuadro verdolaga rápidamente se convirtió en ídolo y referente, debido a los 44 goles que anotó en 81 juegos. La liga local le quedó pequeña al talento del Flaco y los clubes en el exterior, especialmente en Argentina, hicieron varias ofertas.
Él se dejó tentar por Racing, al que llegó en 2010. Su desempeño durante la primera temporada fue destacado y se consolidó como una de las figuras del equipo. Sin embargo, una lesión del ligamento cruzado posterior de la rodilla lo alejó ocho meses de las canchas, esas que por más de ocho años le habían dado tantas alegrías. Moreno no pudo disputar la Copa América de 2011 con Colombia.
Aunque no le gustaba, en las tardes debía ir a terapias para recuperarse pronto. Todas las noches le rezaba a Dios, primero para darle gracias por su vida y la de su familia, y para pedirle que su rehabilitación fuera rápida y poder hacer lo que más le gusta y lo único que, según él, sabe hacer: jugar al fútbol.
Tras un año volvió a las canchas y lo sorprendió la noticia que acaparaba toda la atención en Colombia: el técnico de la selección iba a ser el argentino José Pékerman. El antioqueño se puso contento con el anuncio y aseguró que esa llegada iba a ser muy importante para clasificar al Mundial de Brasil.
Moreno se propuso hacer un buen campeonato con Racing para poder ser convocado. Y lo logró. Los 12 goles que anotó le sirvieron como tiquete para hacer parte nuevamente de la selección.
Para el amistoso con México como preparación para el Mundial de 2014, el estratega llamó a Gio. Sin saberlo, ese 29 de febrero de 2012 sumó sus únicos 10 minutos en cancha en la era Pékerman.
Todos creyeron que Gio iba directo a un club grande de Europa, por su buen desempeño. Sin embargo, conmocionó al mundo del fútbol cuando anunció que se iba a la Liga de China a jugar con el Shanghai Shenhua, uno de los equipos grandes de ese país.
Fue convocado para la doble fecha de las eliminatorias contra Uruguay y Chile, pero no pasó de estar en la banca. Su sueño de niño quedó aplazado.
Giovanni Moreno lleva casi cinco años en China y es uno de los ídolos del club, en el que ha jugado 139 partidos y marcado 44 goles. Su paciencia y entrega han hecho que tenga hoy, a sus 30 años, una nueva oportunidad en la selección, a la que volvió para quedarse.
Debutó en Envigado en 2004. En 2008 llegó a Atlético Nacional. En Racing jugó de 2010 a 2012. Hoy juega en Shanghai Shenhua.