Ideas compartidas

Mucho se llegó a hablar recientemente sobre cómo cambiar la forma tradicional de jugar al fútbol en Colombia. Supuestamente los volantes creativos eran cosa del pasado y había que prescindir de ellos para apostar por mayor velocidad y verticalidad.

Pero otra cosa piensan los encargados de esa función en la selección de Colombia Sub 20. Javier Reina y Sherman Cárdenas son la prueba de que los enganches son en cierta forma la identidad de nuestras selecciones nacionales en todas sus categorías.

Ambos repiten en el Juventud de América, toda vez que en Paraguay 2007 fueron convocados por el técnico Eduardo Lara y eran los suplentes de lujo del entonces conductor de la selección, Juan Pablo Pino. Ahora tienen un sano ‘mano a mano’ por ser el creativo tricolor y así Sherman luzca el 10, después de los dos primeros partidos en el Suramericano, Javier, con el 18 en su espalda, por ahora ‘Reina’ en el mediocampo nacional.

“Estoy contento por esta oportunidad de llevar las riendas de la selección. Desde muy pequeño soñé con jugar como los ídolos de mi país y gracias a Dios pude hacer un trabajo importante en los últimos meses que hoy me tiene aquí”, dijo Reina en conversación con El Espectador.

Para el joven talento del Cruzeiro de Brasil, el enganche siempre será necesario porque “en la cancha hace falta ese jugador, el que le ponga el picante y el espectáculo al partido. Cuando se ve a un Giovanni Hernández o a un Macnelly Torres, uno se puede ir tranquilo del estadio porque el fútbol que brindan paga la boleta”.

El jugador, formado en el América, acepta igualmente que el creativo tiene que adaptarse al fútbol moderno y para eso debe “tener mucha movilidad y dinámica. Creo que ese es el fútbol de ahora. Además, hay que aportar sacrificio y estar dispuesto a ayudar a armar un esquema defensivo cuando no se tenga el balón”.

Sherman también tiene lo suyo

“Ya no te dejan jugar como un clásico 10”, reclama en cierta forma Cárdenas, quien defiende su tesis al considerar que “ahora le reducen el espacio a uno, ya no se puede manejar el balón con tanta facilidad. Creo que antes te daban más espacio y por eso quizás era más fácil”.

También hizo énfasis en la fuerte marca que deben soportar porque, según el jugador del Bucaramanga, “ahora se presiona muchísimo, pero ahí es donde entra a valer la habilidad que tenga el jugador para sortear todos los obstáculos que le aparecen en la cancha”.

Su talla, la segunda más baja de la selección (1,68 m), antes que dificultades, le permite mostrar más sus condiciones, o mejor, ratificarlas, porque por segunda ocasión consecutiva está en la Sub 20, a la cual espera darle “más visión de juego, experiencia y madurez, respecto al Suramericano pasado, todo gracias a los partidos como profesional, con los que mejoré en velocidad, tenencia de balón y sobre todo a saber soltarlo en el momento preciso”.

Y eso es lo que más espera el santandereano, el momento de mostrar que no en vano porta el 10 y que si con las ideas de Reina no alcanza, con las suyas Colombia puede mejorar del medio hacia adelante.