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Atrás ha quedado ese rótulo con el que la prensa internacional le disparó a Igor Akinfeev los últimos años: entre el 1 de noviembre de 2006 y el 22 de noviembre de 2017 disputó 43 encuentros consecutivos de Champions League encajando por lo menos un gol por partido con el CSKA de Moscú.
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Ahora lo recordarán como el portero que salió figura en el duelo en el que Rusia venció a España. Atajó 9 balones en los 120 minutos de partido y luego se consagró tapando dos penales. El capitán del equipo revelación de la Copa del Mundo.
El guardameta de 32 años cuenta con más presencias en la selección que los legendarios porteros de la URSS Lev Yashin y Rinat Dasaev. Sus seis títulos nacionales y más de 560 partidos con el CSKA Moscú lo colocan como el máximo referente de su país. (Vea nuestro especial de Rusia 2018)
Nacido en Vidnoie, en las afueras de Moscú, Akinfeev no había estado a la altura en las competiciones internacionales con Rusia, en la misma medida que su equipo. En Brasil 2014, se comió un gol sencillo contra Corea del Sur (1-1). Ante México, una salida en falso le costó la derrota en cuartos de la Copa de las Confederaciones 2017. El fútbol le ha dado revancha a la Cortina de Hierro de los rusos. Entra el capitalismo, pero no los goles.