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El gol fantasma de Geoff Hurst, en la final entre Inglaterra y Alemania en el Mundial del 66, que desniveló el marcador a favor de los primeros o la ‘mano de Dios’ de Maradona en la Copa del Mundo México 86 frente a los ingleses, fueron polémicas que revivieron el miércoles, tras la clasificación de Francia a la justa orbital de Sudáfrica con el gol de William Gallas, que no debió ser convalidado por la mano previa en la asistencia de Thierry Henry.
Lo que para los galos fue una viveza del delantero del Barcelona fue calificado de trampa por los irlandeses, perjudicados con tal anotación que les privó de al menos disputar el cupo mundialista desde el punto blanco, ya que con el 0-1 en Saint-Denis igualaban la serie.
Por eso las reacciones en el país británico no se hicieron esperar, al punto que el tema llegó hasta el gobierno, y el propio ministro irlandés de Justicia, Dermot Ahern, solicitó la repetición del encuentro, correspondiente a la repesca europea.
“No lo concederá —dijo Ahern— porque no somos nadie en el fútbol mundial, pero pongamos (a la Fifa) en el aprieto. Es lo menos que les deben a miles de jóvenes seguidores que se sienten desolados. Si se mantiene el resultado, se reforzará la idea de que conviene hacer trampas para vencer”, dijo el gobernante.