Jackson y Fredy Montero jugaron en el empate entre Oporto y Sporting

Jackson Martínez jugó los 90 minutos y Fredy Montero los últimos 13 en el empate 1-1 entre Sporting de Lisboa y el Oporto en un clásico con dos caras: una para los locales, que se adelantaron en el minuto 2 gracias al argentino Jonathan Silva, y otra para los visitantes, que igualaron con un gol en propia meta del francés Naby Sarr (m.55).

Con este empate, el Oporto se sitúa provisionalmente en el segundo puesto con 12 puntos -el líder Benfica puede ponerse a cuatro si gana mañana al Estoril- y el Sporting sexto, con diez puntos.

El clásico, correspondiente a la sexta jornada de la Liga lusa, contó con dos partes, la primera netamente del Sporting, y la segunda más del Oporto, que estuvo cerca de ganar al filo del 90 en una jugada marrada por el español Cristian Tello.

Pero Silva, de 20 años, golpeó primero a la aturdida zaga del Oporto, que contó con el español Iván Marcano en sustitución del brasileño Maicon Roque, central brasileño. Con permiso de los centrales visitantes y después de una serie de rebotes, Nani penetró en diagonal hasta la entrada del área grande y abrió a la derecha.

El extremo peruano André Carrillo centró y el veloz Jonathan Silva, que se había incorporado desde la defensa, remató a gol. El portero brasileño Fabiano también había contribuido al desbarajuste del Oporto con una intempestiva salida a los pies de Carrillo.

La tela de araña de posesión que pretendió imponer Lopetegui tenía su primer agujero en un abrir y cerrar de ojos. Mérito del pujante centro del campo del Sporting, con William Carvalho y Joao Mário a la cabeza, el Oporto se atascó y cedió un puñado de excelente oportunidades.

Nani, Carillo y el joven lateral zurdo argentino se recrearon ante una defensa sin colmillo y un centro del campo distante. El brasileño Casemiro se ahogó por la presión de los hombres de casa, el adolescente Ruben Neves se asomó al partido en contadas ocasiones, y el brasileño Héctor Herrera no conectó ni con los extremos Ricardo Quaresma y Yacine Brahimi, ni con el goleador colombiano Jackson Martínez.

En el primer gran clásico de Lopetegui al mando del Oporto, el panorama era muy poco halagüeño. El entrenador vasco se entregó entonces a Oliver Torres, recuperado de su luxación en el hombro, y Cristian Tello, dos de sus joyas de la corona.

Tello, cedido por el Barcelona, tardó un minuto en responder con un desequilibrio en banda derecha. Como los goleadores también falla, Jackson erró lo que difícilmente se podría imaginar para un futbolista de su talla.

Un pase interior le dejó la vía abierta para encarar con varios metros de ventaja a Rui Patrício, al que podía esquivar con un regate o con un chute. Escogió la segunda opción, pero Patrício, que había aguantado con paciencia, le sacó la manopla.

Con la líneas más altas y jugadores de toque como Oliver, el Oporto se adueñó de la posesión, preludio del tanto del empate. En una jugada bien trenzada por el costado derecho, Oliver habilitó al lateral derecho Danilo, cuyo centro lo introdujo en su propia portería el joven central francés Naby Sarr.

El Oporto sacó la cabeza y Tello, que alternó ambas bandas, volvió a lucirse con una internada por la izquierda que casi acaba como la del tanto de Danilo. Pero el conjunto de Lopetegui lidió contra otro contratiempo: Casemiro, uno de los cerebros del equipo, se lesionó en el tobillo izquierdo en una disputa con Joao Mário y fue sustituido por el mexicano Diego Reyes.

A unos minutos de indefinición se siguió una buena oportunidad del Sporting en la cabeza del argelino Islam Slimani, a pase de Cédric. Más impreciso de lo habitual, el Oporto se desdibujó de nuevo y "los leones" estuvieron cerca de hacérselo pagar.

El extremo español Diego Capel remató violentamente al larguero y el rebote merodeó la línea de gol. Oliver volvió a la carga en un contraataque en el que avisó a Herrera.

Después de amagar con un notable gesto técnico, el mexicano chutó colocado y obligó a Patrício a volar para desviar el esférico a córner. Una jugada de banda a banda, otra vez del Oporto, culminó en un remate de espuela de Jackson desviado a córner por la defensa local.

Con todo a favor, Tello tocó la gloria al filo del 90, pero su remate salió desviado.

Jackson Martínez jugó los 90 minutos y Fredy Montero los últimos 13 en el empate 1-1 entre Sporting de Lisboa y el Oporto en un clásico con dos caras: una para los locales, que se adelantaron en el minuto 2 gracias al argentino Jonathan Silva, y otra para los visitantes, que igualaron con un gol en propia meta del francés Naby Sarr (m.55).

Con este empate, el Oporto se sitúa provisionalmente en el segundo puesto con 12 puntos -el líder Benfica puede ponerse a cuatro si gana mañana al Estoril- y el Sporting sexto, con diez puntos.

El clásico, correspondiente a la sexta jornada de la Liga lusa, contó con dos partes, la primera netamente del Sporting, y la segunda más del Oporto, que estuvo cerca de ganar al filo del 90 en una jugada marrada por el español Cristian Tello.

Pero Silva, de 20 años, golpeó primero a la aturdida zaga del Oporto, que contó con el español Iván Marcano en sustitución del brasileño Maicon Roque, central brasileño. Con permiso de los centrales visitantes y después de una serie de rebotes, Nani penetró en diagonal hasta la entrada del área grande y abrió a la derecha.

El extremo peruano André Carrillo centró y el veloz Jonathan Silva, que se había incorporado desde la defensa, remató a gol. El portero brasileño Fabiano también había contribuido al desbarajuste del Oporto con una intempestiva salida a los pies de Carrillo.

La tela de araña de posesión que pretendió imponer Lopetegui tenía su primer agujero en un abrir y cerrar de ojos. Mérito del pujante centro del campo del Sporting, con William Carvalho y Joao Mário a la cabeza, el Oporto se atascó y cedió un puñado de excelente oportunidades.

Nani, Carillo y el joven lateral zurdo argentino se recrearon ante una defensa sin colmillo y un centro del campo distante. El brasileño Casemiro se ahogó por la presión de los hombres de casa, el adolescente Ruben Neves se asomó al partido en contadas ocasiones, y el brasileño Héctor Herrera no conectó ni con los extremos Ricardo Quaresma y Yacine Brahimi, ni con el goleador colombiano Jackson Martínez.

En el primer gran clásico de Lopetegui al mando del Oporto, el panorama era muy poco halagüeño. El entrenador vasco se entregó entonces a Oliver Torres, recuperado de su luxación en el hombro, y Cristian Tello, dos de sus joyas de la corona.

Tello, cedido por el Barcelona, tardó un minuto en responder con un desequilibrio en banda derecha. Como los goleadores también falla, Jackson erró lo que difícilmente se podría imaginar para un futbolista de su talla.

Un pase interior le dejó la vía abierta para encarar con varios metros de ventaja a Rui Patrício, al que podía esquivar con un regate o con un chute. Escogió la segunda opción, pero Patrício, que había aguantado con paciencia, le sacó la manopla.

Con la líneas más altas y jugadores de toque como Oliver, el Oporto se adueñó de la posesión, preludio del tanto del empate. En una jugada bien trenzada por el costado derecho, Oliver habilitó al lateral derecho Danilo, cuyo centro lo introdujo en su propia portería el joven central francés Naby Sarr.

El Oporto sacó la cabeza y Tello, que alternó ambas bandas, volvió a lucirse con una internada por la izquierda que casi acaba como la del tanto de Danilo. Pero el conjunto de Lopetegui lidió contra otro contratiempo: Casemiro, uno de los cerebros del equipo, se lesionó en el tobillo izquierdo en una disputa con Joao Mário y fue sustituido por el mexicano Diego Reyes.

A unos minutos de indefinición se siguió una buena oportunidad del Sporting en la cabeza del argelino Islam Slimani, a pase de Cédric. Más impreciso de lo habitual, el Oporto se desdibujó de nuevo y "los leones" estuvieron cerca de hacérselo pagar.

El extremo español Diego Capel remató violentamente al larguero y el rebote merodeó la línea de gol. Oliver volvió a la carga en un contraataque en el que avisó a Herrera.

Después de amagar con un notable gesto técnico, el mexicano chutó colocado y obligó a Patrício a volar para desviar el esférico a córner. Una jugada de banda a banda, otra vez del Oporto, culminó en un remate de espuela de Jackson desviado a córner por la defensa local.

Con todo a favor, Tello tocó la gloria al filo del 90, pero su remate salió desviado.