James y los problemas del Bayern

En el fútbol mandan los jugadores. Esa es una máxima que se confirma semana a semana en todo el mundo. Hasta los más experimentados y astutos entrenadores han sucumbido ante los caprichos de los protagonistas del juego, esos que con sus decisiones dentro de la cancha son los únicos que marcan el rumbo.

Si no, que lo digan el croata Niko Kovac o el portugués José Mourinho, por estos días en el ojo del huracán por sus discretas campañas con el Bayern Múnich y el Manchester United, respectivamente. A pesar de que cuentan con planteles llenos de estrellas, sus equipos juegan mal y no logran buenos resultados, aunque lo que realmente llama la atención es la actitud de buena parte de sus dirigidos.

Los jugadores del Bayern, por ejemplo, lucieron sospechosamente imprecisos en el partido del sábado ante el Borussia Moenchengladbach, por la séptima jornada de la Bundesliga. Los bávaros, que venían de una derrota y un empate en sus recientes presentaciones, cayeron 3-0 como locales y encadenaron cuatro juegos sin ganar, sumando el empate a mitad de semana ante el Ajax de Holanda, por la Liga de Campeones de Europa.

El técnico Niko Kovac, en la zona mixta del Allianz Arena, intentó cortar de tajo los rumores sobre una crisis y señaló que “el ambiente en el vestuario es muy positivo, es falso decir que está enrarecido” y negó sentirse “desamparado” o “abandonado por los jugadores”. Agregó que “en estos momentos, todo está en contra nuestra, pero va a cambiar. No tiene sentido ponerlo todo en cuestión”.

Sin embargo, según el periódico alemán Bild, hay descontento en el plantel por los métodos del nuevo estratega. A los futbolistas no les gusta la rotación que implementó el croata, ni sus largas sesiones de ejercicios y trabajos defensivos, sobre todo porque con sus recientes entrenadores, Pep Guardiola, Carlo Ancelotti y Jupp Heynckes, hacían énfasis en el ataque y la tenencia del balón.

Tampoco les gusta a los futbolistas que Kovac se comunique en croata con los integrantes de su cuerpo técnico, muy a pesar de que ellos mismos muchas veces en el vestuario hablan en español o inglés en vez de alemán.

De acuerdo con Bild, uno de los que ha manifestado abiertamente su inconformismo es el colombiano James Rodríguez, quien al parecer cuestionó esta semana al entrenador y dijo en el camerino que “este no es el Eintracht Frankfurt”, en alusión al club del que procede Kovac. El capitán de la selección parece incómodo en el Bayern. Ante el Moenchengladbag tuvo una discretísima actuación y, contrario a su costumbre, se vio desconcentrado y ausente. Incluso se dedicó a pelear con los rivales y discutir con sus compañeros.

Esta temporada el cucuteño de 27 años ha jugado siete partidos y ha marcado dos goles con los diablos rojos. Luego de recuperarse de una lesión muscular que le impidió brillar en el Mundial de Rusia, el colombiano hizo la parte final de la pretemporada con el Bayern. No arrancó como titular los primeros partidos oficiales, pero cuando se ganó un lugar entre los 11 sufrió una molestia en el tobillo, que lo alejó de las canchas. Apenas ahora está regresando y se nota ansioso por jugar y demostrar su valía, pero en sus recientes apariciones no lo ha conseguido.

James se unirá esta semana a la concentración de la selección de mayores, que enfrentará a Estados Unidos en Tampa, el jueves 11 de octubre, y a Costa Rica, en Nueva Jersey, el martes 16. Pueda ser que su regreso al combinado nacional le dé un nuevo aire para volver al Bayern con mejor actitud, pues en Alemania ya comienzan a comparar su situación actual con las que vivió antes con Claudio Ranieri en el Mónaco y Zinedine Zidane en el Real Madrid.

Está claro que el Bayern no pasa por su mejor momento y que la relación entre los jugadores y el entrenador no es la mejor. También que el colombiano es uno de los focos de atención y que tiene pocos amigos y aliados en el club que salgan a respaldarlo, por lo que podría ser blanco fácil de críticas en caso de que la crisis se agudice. En ese caso, él, con su fútbol, es el único que se puede defender. Ya es hora de que se consolide y cuaje una temporada redonda, pues desde 2014 la falta de continuidad, por lesiones y desacuerdos con los entrenadores, no le ha permitido volver a su mejor nivel. De su clase, apenas hemos disfrutado chispazos.

En el fútbol mandan los jugadores. Esa es una máxima que se confirma semana a semana en todo el mundo. Hasta los más experimentados y astutos entrenadores han sucumbido ante los caprichos de los protagonistas del juego, esos que con sus decisiones dentro de la cancha son los únicos que marcan el rumbo.

Si no, que lo digan el croata Niko Kovac o el portugués José Mourinho, por estos días en el ojo del huracán por sus discretas campañas con el Bayern Múnich y el Manchester United, respectivamente. A pesar de que cuentan con planteles llenos de estrellas, sus equipos juegan mal y no logran buenos resultados, aunque lo que realmente llama la atención es la actitud de buena parte de sus dirigidos.

Los jugadores del Bayern, por ejemplo, lucieron sospechosamente imprecisos en el partido del sábado ante el Borussia Moenchengladbach, por la séptima jornada de la Bundesliga. Los bávaros, que venían de una derrota y un empate en sus recientes presentaciones, cayeron 3-0 como locales y encadenaron cuatro juegos sin ganar, sumando el empate a mitad de semana ante el Ajax de Holanda, por la Liga de Campeones de Europa.

El técnico Niko Kovac, en la zona mixta del Allianz Arena, intentó cortar de tajo los rumores sobre una crisis y señaló que “el ambiente en el vestuario es muy positivo, es falso decir que está enrarecido” y negó sentirse “desamparado” o “abandonado por los jugadores”. Agregó que “en estos momentos, todo está en contra nuestra, pero va a cambiar. No tiene sentido ponerlo todo en cuestión”.

Sin embargo, según el periódico alemán Bild, hay descontento en el plantel por los métodos del nuevo estratega. A los futbolistas no les gusta la rotación que implementó el croata, ni sus largas sesiones de ejercicios y trabajos defensivos, sobre todo porque con sus recientes entrenadores, Pep Guardiola, Carlo Ancelotti y Jupp Heynckes, hacían énfasis en el ataque y la tenencia del balón.

Tampoco les gusta a los futbolistas que Kovac se comunique en croata con los integrantes de su cuerpo técnico, muy a pesar de que ellos mismos muchas veces en el vestuario hablan en español o inglés en vez de alemán.

De acuerdo con Bild, uno de los que ha manifestado abiertamente su inconformismo es el colombiano James Rodríguez, quien al parecer cuestionó esta semana al entrenador y dijo en el camerino que “este no es el Eintracht Frankfurt”, en alusión al club del que procede Kovac. El capitán de la selección parece incómodo en el Bayern. Ante el Moenchengladbag tuvo una discretísima actuación y, contrario a su costumbre, se vio desconcentrado y ausente. Incluso se dedicó a pelear con los rivales y discutir con sus compañeros.

Esta temporada el cucuteño de 27 años ha jugado siete partidos y ha marcado dos goles con los diablos rojos. Luego de recuperarse de una lesión muscular que le impidió brillar en el Mundial de Rusia, el colombiano hizo la parte final de la pretemporada con el Bayern. No arrancó como titular los primeros partidos oficiales, pero cuando se ganó un lugar entre los 11 sufrió una molestia en el tobillo, que lo alejó de las canchas. Apenas ahora está regresando y se nota ansioso por jugar y demostrar su valía, pero en sus recientes apariciones no lo ha conseguido.

James se unirá esta semana a la concentración de la selección de mayores, que enfrentará a Estados Unidos en Tampa, el jueves 11 de octubre, y a Costa Rica, en Nueva Jersey, el martes 16. Pueda ser que su regreso al combinado nacional le dé un nuevo aire para volver al Bayern con mejor actitud, pues en Alemania ya comienzan a comparar su situación actual con las que vivió antes con Claudio Ranieri en el Mónaco y Zinedine Zidane en el Real Madrid.

Está claro que el Bayern no pasa por su mejor momento y que la relación entre los jugadores y el entrenador no es la mejor. También que el colombiano es uno de los focos de atención y que tiene pocos amigos y aliados en el club que salgan a respaldarlo, por lo que podría ser blanco fácil de críticas en caso de que la crisis se agudice. En ese caso, él, con su fútbol, es el único que se puede defender. Ya es hora de que se consolide y cuaje una temporada redonda, pues desde 2014 la falta de continuidad, por lesiones y desacuerdos con los entrenadores, no le ha permitido volver a su mejor nivel. De su clase, apenas hemos disfrutado chispazos.