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Julián Tovar nació en Bogotá el 13 de julio de 2001. De niño vivió varios años en Villavicencio y cuando regresó a la capital, en 2012, se vinculó al club Caterpillar Motor. Ahí realmente comenzó su sueño de ser futbolista profesional, ese que está cumpliendo desde hace seis meses en el Marbella, que desde este fin de semana disputará los playoffs por el ascenso a la segunda división A de España.
(Papu Gómez: entre el sigilo del pase y el eco del gol)
Siempre ha jugado como centro delantero y se destacó con varias selecciones distritales en campeonatos nacionales. “Me muevo bien, hago diagonales cortas y efectivas. Tengo aguante de pelota y por supuesto gol”, dice con propiedad al explicar sus virtudes.
Julián, quien mide 1,82 metros y pesa 73 kilogramos, quiere ser un jugador diferente y por eso se preocupa por su formación. Terminó el bachillerato virtual en el colegio Kuela y es un lector disciplinado. En el último tiempo ha disfrutado de textos como El poder del líder, de Jorge Valdano; El efecto Simeone, La motivación como estrategia y Ganar o perder la fortaleza emocional, de Vicente del Bosque.
Siempre está atento a los consejos de sus entrenadores y personas cercanas. Por eso, cada paso que da en el fútbol se lo dedica a los técnicos Pedro León, Marco Canchilla, Willington Ortiz y Martín Martínez, así como a sus familiares cercanos: su abuela Beatriz Rodríguez, su hermano Miguel Ángel y su madre, Carolina Jaimes Rodríguez, microbióloga industrial, quien es profesora en la Universidad Antonio Nariño.
Después de anotar decenas de goles en los campos de La Morena, Escoli, Creativo, el PRD y el Olaya, Julián se destacó en el Campeonato Nacional Sub-20, jugando para el Fortaleza F.C. Luego fue fichado por Best of You, del representante Diego Torres, quien lo llevó a Europa.
“Ha sido una temporada bastante accidentada por la pandemia y eso nos ha afectado a todos. Llegué a finales de enero y me he adaptado muy bien. Con el paso de los días me siento mejor y más acoplado. Es un fútbol intenso que exige el máximo de concentración y fortaleza mental. El objetivo es consolidarme y triunfar en España, porque estoy joven y ese trabajo me ayudará para ser convocado a una selección de Colombia”, asegura Tovar, para quien ha sido muy importante compartir vestuario con hombres como Esteban Granero, exjugador del Real Madrid.
Tras el reinicio de las competiciones, Julián ha jugado los tres partidos de preparación para las finales y en el último le marcó gol al Betis Deportivo.
Está enfocado en ayudar a su equipo a ascender a la segunda división A y por eso no se preocupa por el futuro. “Vamos paso a paso. Una vez que termine la temporada se tomarán decisiones, entre el club y mi representante, pues tengo contrato hasta julio de 2023. Estoy muy feliz en la ciudad y en el club, que tiene un proyecto muy profesional”, asegura el bogotano, quien tiene a otro colombiano como compañero, el cartagenero Juergen Elitim, cedido en el Marbella por el Watford inglés, dueño de sus derechos.
“Mi gran referente, por su historia de vida, sus valores y su intachable carrera, es Radamel Falcao García, quien a pesar de todo su éxito sigue siendo el mismo. En la cancha intento aprender de sus movimientos y oportunismo”, asegura Julián, un atacante a quien ni siquiera el parón por la pandemia le ha logrado arrebatar sus sueños, esos que hoy se definen con dos palabras: el ascenso.