La Argentina de Scaloni deja atrás la incertidumbre

De terminar con muchas dudas la Copa América en Brasil, con sus goleadas y buenos juegos en los amistosos posteriores Argentina vuelve a ser favorita para las eliminatorias. ¿Alguien piensa hoy que Scaloni no deba ser ratificado en diciembre?

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Manuel Rodríguez Lloreda / Especial para El Espectador
21 de octubre de 2019 - 06:25 p. m.
El nivel del "Toro" Lautaro Martínez, que con dos goles el fin de semana fue pieza clave en el triunfo del Inter ante el Sassuolo, ha sido central en el funcionamiento ofensivo de la albiceleste de Scaloni. / Miguel Medina / AFP
El nivel del "Toro" Lautaro Martínez, que con dos goles el fin de semana fue pieza clave en el triunfo del Inter ante el Sassuolo, ha sido central en el funcionamiento ofensivo de la albiceleste de Scaloni. / Miguel Medina / AFP
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La selección de Argentina acaba de tener una fecha FIFA que dejó, como dicen los intelectuales del fútbol, “buenas sensaciones”. Un empate frente a Alemania 2-2, y una goleada 6-1 a Ecuador, mostrando buen fútbol en ambos partidos. Ilusionante. Parece mentira que este sea el mismo equipo que jugó un partido paupérrimo frente a Colombia en la apertura de la Copa América de Brasil, hace tan solo tres meses.

En julio, al término de la Copa, todo era incertidumbre en Argentina. Bueno, de hecho, desde el Mundial de Rusia (y un poco antes de eso) todo ha sido incertidumbre en Argentina. Muchos (me incluyo) habían sido críticos de la forma en que la Federación había manejado el tema de Scaloni. El periodismo argentino, especialmente, estaba disconforme. La capacidad de Scaloni para entrenar a una selección con el nivel de jugadores y el nivel de exigencia de Argentina estaba en duda, se apuntaba a la inexperiencia del cuerpo técnico, no había claridad sobre el plan a largo plazo, y no había mucho optimismo de cara al inicio de las eliminatorias en marzo del proximo año.

Igual, recordemos que el equipo argentino mejoró a medida que avanzó el torneo. Empezó con una presentación floja que todos recordamos frente a una gran Colombia, luego empató con Paraguay, también dejando muchas dudas, pero después de eso le ganó sin mucho problema a Catar, derrotó con contundencia a una difícil Venezuela, hizo un gran partido frente al local Brasil y fue mucho mejor que Chile, a quien enfrentó por el tercer puesto.

La hinchada quedó relativamente tranquila tras la conclusión de la Copa, pero nadie sabía muy bien qué concluir. Toda la competición había parecido un experimento: para ver qué proponía Scaloni, para ver el desempeño de los (numerosos) jugadores nuevos, para ver cómo combinaban los jóvenes con Agüero, con Otamendi, con (un irreconocible) Di María, para ver si el sistema y el grupo hacían a Messi feliz, y para ver si el equipo podía ser realmente competitivo...

Y bien, terminó el torneo, y la pregunta que inquietaba a todos era, ¿y ahora qué? En ese momento la Federación renovó a Scaloni hasta diciembre porque le fue bien... ¿Y después de eso? ¿Para la eliminatoria, qué? Si en diciembre deciden que no continúa, ¿a quién le queda el cargo? ¿Sería capaz ese hipotético nuevo entrenador de armar un equipo en tan solo dos meses antes de que comience la eliminatoria? En fin, preguntas y dudas. Poco más.

Pero han pasado tres meses desde todo eso. Tres meses en los que se ha calmado todo un poco. En los que ha disminuido la presión sobre los hombros de jugadores y técnico, ya que no se está jugando ningún torneo importante a nivel de selecciones. Tres meses en los que Argentina ha jugado cuatro partidos amistosos y no ha perdido ninguno, goleando a Mexico 4-0 y a Ecuador 6-1, y empatando con Alemania 2-2 en Alemania; nada menos. Y sin Messi.

Y sí, solo son amistosos, pero la selección cada vez juega mejor y, particularmente, cada vez se defiende mejor. No podemos ignorar que, desde el partido contra Colombia en la Copa, a Argentina le han marcado solo siete goles en nueve juegos. Los únicos dos equipos que lograron marcarle más de un gol fueron Brasil y Alemania. Son buenos números.

Por otro lado, hay jugadores que han subido mucho su nivel. Los tres arqueros, Armani, Andrada, y Marchesín, están en el mejor momento de su carrera. Foyth ha mejorado mucho (se le vio muy bien frente a Alemania). Paredes cada vez es mejor ‘seis’ y De Paul cada vez es menos promesa incumplida y más realidad --un crack (también de gran partido frente a Alemania)--. Y arriba, tal vez el mejor de todos, Lautaro, es un demonio. Titular y goleador del Inter. Hubo rumores la semana pasada que lo quería el Barcelona como reemplazo a largo plazo de Suárez, y que no tendría problema en pagar 100 o 110 millones de euros. El único que no termina de cuajar es Dybala, pero bueno, en el caso de él, es cuestión de volver a convocar a un tal Messi para que tome ese puesto en la cancha. Y falta que vuelva Agüero.

Por último, ya se ven ciertos automatismos cuando juega el equipo. Hay buenas asociaciones en el medio, entre Paredes y De Paul tocan bien el balón. Y ha quedado claro también --es evidente tras las goleadas a México y Ecuador-- que la selección tiene gol. Mucho. Tampoco es fácil marcarle dos goles a Alemania (de hecho, nadie lo ha hecho, aparte de Holanda, desde Corea en el Mundial de Rusia). Esto lo explica en parte el nivel del ‘Toro’ Lautaro, y, de nuevo, faltan Agüero y Messi. Casi nada.

¿A qué voy con todo esto? Argentina ha mejorado mucho. Se ha despejado la mayoría de la incertidumbre y, hoy por hoy, con Scaloni ya ratificado como entrenador, sería una locura quitarle su puesto o ir a buscar a otro.

Messi lo banca, y en Argentina están menos intranquilos (porque tranquilidad total parece nunca poder haber) tanto hinchas como directivos como periodistas. El panorama es positivo. En otras palabras, la cosa pinta bien. Estamos lejos de aquel 15 de junio cuando Duván marcaba el segundo en el Arena Fonte Nova y la depresión albiceleste llegaba a su pico. Argentina parece, finalmente, un equipo sólido de cara a la eliminatoria, al que a todos les va a costar ganarle.

No será una aplanadora imparable como lo es Brasil, pero sí va a estar por encima de la mayoría, y será candidato firme a clasificarse a Catar 2022. “Argentina es Argentina”, dirán muchos. “Obviamente es candidato --lo es siempre--". Pero ese título de candidato, esa posición de favorito, parecía imposible de alcanzar hace solo tres meses.

Por Manuel Rodríguez Lloreda / Especial para El Espectador

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