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La vanidad de un arquero que nunca llegó a la final

El portero de Bulgaria en 1994 aseguró que si ganaba el Mundial regalaría su peluquín al público.

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Manuela Bernal Serrano
23 de mayo de 2014 - 09:02 p. m.
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El equipo de Bulgaria en 1994 era uno de esos grupos que podría ser la revelación del campeonato. Se había clasificado luego de vender a Francia en París por 1-2 y durante el Mundial logró vencer a la poderosa Argentina en la fase de grupos por un 2-0.

Sin embargo, no era un Cristiano Ronaldo el arquero de la selección búlgara, pero fue recordado por su vanidad y efectividad en el arco de su país.

Su nombre, Boris Mihailov, recuerda la serie de penaltis ante México por la cual Bulgaria logró su paso a cuartos de final. El portero, que además era el capitán de la selección había logrado evitar dos cobros y logró la victoria luego del empate 1-1 ante la selección azteca.

Boris, quien había tenido una espectacular presentación en Estados Unidos al atajar todos los tiros de Alemania en cuartos de final para darle la primera semifinal al equipo búlgaro cuando ganaron 2-1. Toda una revelación y sorpresa en el Mundial de 1994.

Pero su segundo reconocimiento se debió a un evento que significaría un paso a la vanidad de los futbolistas de hoy en día.

El arquero sufría de calvicie y pocos pelos salían de su cabeza. Boris, quien siempre se mostró con pelo, no quiso que el Mundial del 94 fuera la excepción. Sin embargo, un periodista lo cuestionó al notar que utilizaba un peluquín negro que no se movía a pesar de sus movimientos y voladas en el arco.

La respuesta del búlgaro significó risas entre los periodistas y aficionados que escucharon decir al jugador que él entregaría su peluquín a los aficionados siempre y cuando lograran una estrella para su escudo.

Lo que nunca sucedió, el peluquín no fue de ningún aficionado y la estrella nunca fue de Bulgaria. Ella se tejió sobre el escudo de Brasil, equipo al que tampoco enfrentó Bulgaria, pues la selección de Boris jugó por tercer y cuarto puesto al ser derrotados por Italia 2-1.

Los búlgaros no se recuperaron de este golpe y en el último juego de las selección  en 1994, obtuvieron el cuarto lugar luego de caer ante Suecia por goleada, 4-0, cuatro goles que entraron en el arco del hombre del peluquín.

Por Manuela Bernal Serrano

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