
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La pobre actuación frente a Chile, en los octavos de final del Mundial 2014, prendió las alarmas en la selección brasileña. Los medios de comunicación locales no dejan de repetir las imágenes de varios jugadores, entre ellos los más representativos, llorando de angustia antes y después de la tanda de los tiros penaltis que finalmente le dio la clasificación al equipo de Luiz Felipe Scolari.
De hecho, en la jornada del lunes, cuando el equipo se reunió nuevamente en la Granja Comary en la ciudad de Teresópolis, cuartel general del ‘scratch’, la gran protagonista fue la sicóloga Regina Brandão, encargada de recuperar anímicamente al plantel anfitrión. La especialista admitió que la presión afectó a los futbolistas, sobre todo en el extra tiempo, cuando además sintieron el desgaste físico del partido. David Luiz, Thiago Silva, Wiliam y el propio Neymar rompieron en llanto y tuvieron que ser auxiliados por el departamento médico de su delegación.
El cuerpo técnico, sin embargo, considera que la selección de Chile fue un obstáculo mucho más complicado de lo que será Colombia. “Es un equipo más complejo, más físico. A Colombia le gusta jugar y también deja hacerlo, contra ellos tendremos mayores posibilidades”, aseguró el coordinador de selecciones, Carlos Alberto Parreira, mientras que el volante de marca Paulinho, quien reemplazará al jugador Luiz Gustavo, suspendido por acumulación de tarjetas amarillas, admitió: “Después de esta prueba, nada nos va a detener. Era el peor rival que nos podía tocar y aunque sufrimos, lo dejamos en el camino justamente”.
Sin embargo, en el aspecto táctico, el estratega Scolari también está preparando modificaciones, pues no está satisfecho con el juego de su equipo, hasta el momento. Probablemente jugará con tres defensas y cinco volantes, con lo que pretende darles mayor salida a Dani Álves y Marcelo, puesto que la producción ofensiva verdeamarella es muy escasa.
Esa modificación obligaría igualmente al técnico José Pékerman a implementar variantes en el once inicial del equipo colombiano. Seguramente pondrá la misma titular de los dos primeros partidos del Mundial ante las selecciones de Grecia y Costa de Marfil, con una línea de tres delante de los dos mediocampistas de contención, con Víctor Ibarbo, James Rodríguez y Juan Guillermo Cuadrado, para dejar adelante a Teófilo Gutiérrez.
Su misión será taparles la salida a los dos laterales brasileños y en atacar los espacios que dejarán atrás. “Acá todo el plantel está disponible. Vamos a definir qué plan vamos a ejecutar y luego a ver quiénes serán los encargados de hacerlo”, explicó el entrenador nacional.
Y aunque la prensa local especula con la posibilidad de que Neymar no sea inicialista, pues arrastra problemas físicos y no se ha entrenado a la par con sus compañeros, está claro que el 10 de la canarinha estará en el campo del estadio Castelão, porque hasta ahora es la única arma que le ha resultado efectiva a este Brasil pálido e inexpresivo, apoyado por millones de hinchas, pero también criticado, especialmente por su falta de contundencia y el pobrísimo aporte de sus delanteros Fred, Hulk y Jo.
A decir verdad, buena parte de la afición local está tan desencantada que prefiere no ilusionarse con el hexacampeonato. Con un ingrediente político adicional, el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, pretende que el título del ‘scratch’ sea el revulsivo que necesita su campaña reeleccionista para las votaciones de octubre próximo.
Muchos brasileños, especialmente los de oposición, que continúan liderando protestas masivas y no tan aisladas durante el Mundial, consideran que el fracaso deportivo sería un golpe casi definitivo para la imagen de la mandataria.
Ya está en Fortaleza
La selección de Colombia, por su parte, viajó anoche a Fortaleza y entrenará hoy en el campo de la Unifor, el centro de educación más prestigioso del nordeste brasileño. A la ciudad, a propósito, siguen llegando decenas de hinchas colombianos, aunque muchísimos menos de los que estuvieron en Belo Horizonte, Brasilia, Cuiabá y Río de Janeiro.
“Nosotros no tenemos la presión. Brasil es el local, el de la historia y la tradición. Ellos son los favoritos, pero nosotros llegamos en un buen momento y con toda la ilusión de dar una sorpresa. Habrá que tomar precauciones, como en los partidos anteriores, y tratar de aprovechar las oportunidades de gol que se nos presenten, que seguro no serán muchas”, señaló el volante Carlos Alberto Sánchez, uno de los jugadores de mejor rendimiento en la tricolor.
El jugador del Elche español, que ayer atendió a los medios internacionales en compañía del delantero Adrián Ramos, agregó que “la afición no nos preocupa, de hecho puede ser un factor a favor nuestro, porque el público brasileño le exige mucho a su selección, aunque sabemos que de todas maneras habrá un buen número de colombianos”.