Los goles de pelota quieta dominan en el Mundial de Rusia

El Centro de Transmisiones de la Fifa, en Moscú (IBC), ya es un lugar solitario. La gente afanada de los primeros días se ha ido, o queda muy poca, al igual que las personalidades contratadas para comentar esta Copa del Mundo. Los exfutbolistas huyen con la excusa de no poder hablar por cumplir un contrato con una gigantesca cadena, los exentrenadores ni siquiera se detienen. Sin embargo, en uno de los sofás, al lado de la entrada, hay uno que habla por celular. Es Iván Zamorano, el chileno, uno de los mejores delanteros de un país que no logró clasificar a este Mundial. “Mucho gol de pelota parada”, le dice a la persona que lo escucha del otro lado del teléfono antes de ponerse de pie, mirar vigilante para que nadie se le acerque y partir raudo. (Vea aquí nuestro especial del Mundial de Rusia 2018)

Zamorano tiene razón, pues de los 122 tantos anotados en la primera fase, el 43 % (53) surgió de un balón quieto, llámese penalti, tiro libre o tiro de esquina. Otro camino para llegar al gol, el más buscado en un torneo de defensas férreas y esquemas cerrados. También mérito en la planificación de algunos estrategas y en la ejecución de sus jugadores, además de la capacidad de los cabeceadores. Desde los 12 pasos, en la ronda de grupos, hubo 24 (ahora ya van 28), mientras que 31 iniciaron en un cobro de tiro de esquina. De hecho, de los seis goles que anotó la selección de Colombia en su participación, tres fueron por este medio: el tiro libre de Juan Fernando Quintero contra Japón, y los cabezazos de Yerry Mina frente a Senegal e Inglaterra.

Pero así como hubo selecciones a las que este recurso les funcionó en momentos álgidos, otras no pudieron aprovecharlo, como Argentina, que de 26 pelotas paradas que tuvo no finalizó ninguna, quedando así fuera del grupo de 13 naciones que han marcado de esta manera. También quedará para la historia el primer tanto de Panamá en una Copa del Mundo, que nació de un cobro desde el costado izquierdo y que concretó Felipe Baloy, o el de John Stones, en ese mismo encuentro, luego de una jugada preparada que tuvo cuatro toques antes de que el futbolista del Manchester City culminara la acción. Siguiendo con los ingleses, el equipo que más se ha valido de este método, hay que nombrar a Harry Kane, quien se perfila como el goleador del torneo y que ha anotado tres veces de penalti, incluyendo el gol frente a la selección colombiana. (Le puede interesar: El Mundial de Rusia 2018 en datos)

La esperanza de la pelota parada y el terror del balón en movimiento. Eso es Rusia, un campeonato atípico en el que los equipos con hombres han superado a los que tienen “dioses”, en parte, de esta manera. Si no que lo diga Rusia y su triunfo frente a España en un partido que terminó 1-1 en el tiempo reglamentario y en el que ambas anotaciones nacieron de esa forma: el autogol de Sergei Ignashevich y el penal de Artiom Dziuba. También en la histórica victoria de Corea del Sur 2-0 sobre Alemania, que dejó por fuera a los campeones de Brasil 2014. El primero arrancó en un tiro de esquina al primer palo que derivó en los pies de Kim Yong-Wong, en el tercer minuto de reposición.

Aún quedan ocho encuentros para que la vigésimo primera edición de los mundiales se termine y, de mantenerse la tendencia, será el torneo con más goles de pelota parada. El fútbol también es eso: planeación, estrategia y un poco de suerte. (Lea: Los datos que dejó la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018)

El Centro de Transmisiones de la Fifa, en Moscú (IBC), ya es un lugar solitario. La gente afanada de los primeros días se ha ido, o queda muy poca, al igual que las personalidades contratadas para comentar esta Copa del Mundo. Los exfutbolistas huyen con la excusa de no poder hablar por cumplir un contrato con una gigantesca cadena, los exentrenadores ni siquiera se detienen. Sin embargo, en uno de los sofás, al lado de la entrada, hay uno que habla por celular. Es Iván Zamorano, el chileno, uno de los mejores delanteros de un país que no logró clasificar a este Mundial. “Mucho gol de pelota parada”, le dice a la persona que lo escucha del otro lado del teléfono antes de ponerse de pie, mirar vigilante para que nadie se le acerque y partir raudo. (Vea aquí nuestro especial del Mundial de Rusia 2018)

Zamorano tiene razón, pues de los 122 tantos anotados en la primera fase, el 43 % (53) surgió de un balón quieto, llámese penalti, tiro libre o tiro de esquina. Otro camino para llegar al gol, el más buscado en un torneo de defensas férreas y esquemas cerrados. También mérito en la planificación de algunos estrategas y en la ejecución de sus jugadores, además de la capacidad de los cabeceadores. Desde los 12 pasos, en la ronda de grupos, hubo 24 (ahora ya van 28), mientras que 31 iniciaron en un cobro de tiro de esquina. De hecho, de los seis goles que anotó la selección de Colombia en su participación, tres fueron por este medio: el tiro libre de Juan Fernando Quintero contra Japón, y los cabezazos de Yerry Mina frente a Senegal e Inglaterra.

Pero así como hubo selecciones a las que este recurso les funcionó en momentos álgidos, otras no pudieron aprovecharlo, como Argentina, que de 26 pelotas paradas que tuvo no finalizó ninguna, quedando así fuera del grupo de 13 naciones que han marcado de esta manera. También quedará para la historia el primer tanto de Panamá en una Copa del Mundo, que nació de un cobro desde el costado izquierdo y que concretó Felipe Baloy, o el de John Stones, en ese mismo encuentro, luego de una jugada preparada que tuvo cuatro toques antes de que el futbolista del Manchester City culminara la acción. Siguiendo con los ingleses, el equipo que más se ha valido de este método, hay que nombrar a Harry Kane, quien se perfila como el goleador del torneo y que ha anotado tres veces de penalti, incluyendo el gol frente a la selección colombiana. (Le puede interesar: El Mundial de Rusia 2018 en datos)

La esperanza de la pelota parada y el terror del balón en movimiento. Eso es Rusia, un campeonato atípico en el que los equipos con hombres han superado a los que tienen “dioses”, en parte, de esta manera. Si no que lo diga Rusia y su triunfo frente a España en un partido que terminó 1-1 en el tiempo reglamentario y en el que ambas anotaciones nacieron de esa forma: el autogol de Sergei Ignashevich y el penal de Artiom Dziuba. También en la histórica victoria de Corea del Sur 2-0 sobre Alemania, que dejó por fuera a los campeones de Brasil 2014. El primero arrancó en un tiro de esquina al primer palo que derivó en los pies de Kim Yong-Wong, en el tercer minuto de reposición.

Aún quedan ocho encuentros para que la vigésimo primera edición de los mundiales se termine y, de mantenerse la tendencia, será el torneo con más goles de pelota parada. El fútbol también es eso: planeación, estrategia y un poco de suerte. (Lea: Los datos que dejó la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018)