Los problemas del estadio de Luzhnikí, donde se jugará la final de Rusia 2018
El escenario se puso a prueba en el amistoso entre el país anfitrión y la selección de Argentina, el cual presentó varias deficiencias organizativas.
AFP
Espectadores bloqueados más de una hora en el estadio, dificultades para alcanzar el metro: el partido amistoso Rusia-Argentina del sábado en el renovado estadio de Luzhnikí, que acogerá la final del Mundial 2018, estuvo marcado por fallos organizativos que Rusia prometió remediar.
Más de 78.000 personas, un récord desde la independencia de Rusia en 1991, asistieron a la derrota de los rusos ante los vigentes subcampeones del mundo (1-0) en el estadio de Luzhnikí, renovado durante cuatro años de trabajos con vistas a la Copa del Mundo próxima.
Pero las críticas contra la organización arreciaron en las redes sociales. Varios miles de espectadores fueron retenidos en el estadio más de una hora, hasta que se vaciaron las tribunas inferiores.
El estadio de Luzhnikí, al sur de Moscú, está bien comunicado por medio del transporte público, aunque sólo estaba abierta una estación de metro, y los soldados presentes obligaban a la multitud a desfilar por un pequeño pasillo provocando una larga cola. (Las selecciones que están clasificadas a Rusia 2018)
El viceprimer ministro ruso, Vitali Mutko, prometió a la agencia de prensa TASS que "revisará todos los comentarios de los aficionados", y se excusó por "las molestias sufridas al término del encuentro".
"El partido en Luzhnikí fue el primero en cuatro años (...) Es necesario analizar con sosiego todos los aspectos de la organización para los próximos partidos y corregir errores", añadió el domingo, citado por la Agencia Interfax.
El lunes, el director del departamento de seguridad del ayuntamiento de Moscú, Vladimir Tchernikov, aseguró que "la seguridad de los espectadores se aseguró con éxito", añadiendo que "la gente avanzaba lentamente, pero avanzaba".
Espectadores bloqueados más de una hora en el estadio, dificultades para alcanzar el metro: el partido amistoso Rusia-Argentina del sábado en el renovado estadio de Luzhnikí, que acogerá la final del Mundial 2018, estuvo marcado por fallos organizativos que Rusia prometió remediar.
Más de 78.000 personas, un récord desde la independencia de Rusia en 1991, asistieron a la derrota de los rusos ante los vigentes subcampeones del mundo (1-0) en el estadio de Luzhnikí, renovado durante cuatro años de trabajos con vistas a la Copa del Mundo próxima.
Pero las críticas contra la organización arreciaron en las redes sociales. Varios miles de espectadores fueron retenidos en el estadio más de una hora, hasta que se vaciaron las tribunas inferiores.
El estadio de Luzhnikí, al sur de Moscú, está bien comunicado por medio del transporte público, aunque sólo estaba abierta una estación de metro, y los soldados presentes obligaban a la multitud a desfilar por un pequeño pasillo provocando una larga cola. (Las selecciones que están clasificadas a Rusia 2018)
El viceprimer ministro ruso, Vitali Mutko, prometió a la agencia de prensa TASS que "revisará todos los comentarios de los aficionados", y se excusó por "las molestias sufridas al término del encuentro".
"El partido en Luzhnikí fue el primero en cuatro años (...) Es necesario analizar con sosiego todos los aspectos de la organización para los próximos partidos y corregir errores", añadió el domingo, citado por la Agencia Interfax.
El lunes, el director del departamento de seguridad del ayuntamiento de Moscú, Vladimir Tchernikov, aseguró que "la seguridad de los espectadores se aseguró con éxito", añadiendo que "la gente avanzaba lentamente, pero avanzaba".