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Un mordisco a Giorgio Chiellini en el último partido de la fase de grupos en el Mundial de Brasil 2014 se convirtió en un infierno para Luis Suárez. El delantero uruguayo fue expulsado del campeonato, sancionado durante cuatro meses y suspendido por nueve partidos oficiales con la selección de charrúa.
“Me trataron peor que a un ‘hooligan’”, fueron las palabras con las que Suárez resumió su sanción en una entrevista concedida al semanario deportivo alemán Kicker. El ariete, que actualmente juega en el Barcelona, asimismo confesó que sigue sin haberse acostumbrado a la suspensión.
“Es demasiado, estoy condenado a ser un simple espectador”, lamenta el uruguayo, que se queja especialmente de que “al principio ni siquiera me dejaran entrenar con el Barcelona. Una cosa u otra habría estado bien, pero no las dos a la vez”.
Suárez lamenta los cuatro meses de baja obligatoria de toda actividad relacionada con el fútbol, “hasta tuve miedo de ir a ver jugar a ni sobrino con los juveniles durante las vacaciones”. Además se quejó por la sanción con su selección “si la FIFA ya me había castigado a nivel de clubes, ¿por qué hacerlo también con la selección?”.
El uruguayo también admitió en diálogo con el semanario alemán que el arranque con el Barcelona fue muy complicado. “No quise parecer un egoísta, por lo que en caso de duda preferí pasar el balón antes que rematar a portería. Solo con el tiempo me atreví a finalizar yo mismo la jugada”, finalizó.
Luis Suárez se perderá la Copa América que este año se disputará en Chile y no podrá estar en el inicio de las eliminatorias para el campeonato del mundo de 2018 que se llevará a cabo en Rusia.