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Miroslav Klose, un goleador histórico

El artillero alemán anotó ayer el segundo tanto de la histórica goleada con que su país se clasificó a la final. Un gol que lo convierte en el máximo anotador de los mundiales, con 16. Superó al brasileño Ronaldo en su propia tierra.

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Redacción Deportiva
09 de julio de 2014 - 02:52 a. m.
En el minuto 23, el alemán Miroslav Klose anotó su gol número 16 en los mundiales. / AFP
En el minuto 23, el alemán Miroslav Klose anotó su gol número 16 en los mundiales. / AFP
Foto: AFP - FRANCOIS XAVIER MARIT
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Todo ocurrió en cámara lenta: tan pronto vio el balón cerca de sus pies, Miroslav Klose pateó al arco. El grito fue ahogado, en un primer intento, por Julio César, el arquero contrario. Pero la pelota salió en dirección al alemán, que se posicionó delante de ella y marcó un gol histórico.

Ayer, con ese tanto (el segundo de la goleada alemana 7-1 a un endeble Brasil), Klose se convirtió en el jugador que más goles ha anotado en los Mundiales. En un día histórico le arrebató la distinción al brasileño Ronaldo, el mismo que hace ocho años, cuando la fiesta se realizaba en Alemania, le arrebató el título a otro alemán: Gerd Müller.

Una revancha que, además, era personal. Por eso Klose salió hacia una esquina, se deslizó de rodillas y gritó a rabiar. Aquel era el premio absoluto a una temporada irregular en el Lazio italiano, su club, plagada de lesiones, de minutos acortados y de ver, desde el banco, a sus compañeros anotando goles.

Y de múltiples críticas. En especial cuando Joachim Löw, el seleccionador alemán, lo anunció como el único delantero centro en su lista de 23 convocados para Brasil 2014. Entonces se acusó al estratega de caer en el fetiche de recuperar un título personal sobre la gloria nacional.

El mejor argumento que el artillero de 36 años pudo mostrar para contrarrestar aquellos comentarios maliciosos fue su trabajo. Como ayer en el estadio Mineirão, de Belo Horizonte, en donde corrió cada pelota, bajó al mediocampo a recuperar el balón cuando los brasileños intentaron atacar, no dejó respirar al contrarió y participó en el circuito de juego.

Por eso el de ayer fue un partido especial. Para él, el número 23 en los mundiales, el que lo consagra, con 16 tantos, como goleador histórico de la Copa. Para Alemania, el paso a la final que venía buscando insistentemente desde hace ocho años.

Al final del primer tiempo sus compañeros se acercaron a felicitarlo. Todos, sin excepción. Y más tarde, en el minuto 58, por los 58.000 espectadores, en su mayoría con camisetas amarillas, que asistieron a una goleada que nunca olvidarán. Los propios brasileños agitaron sus palmas cuando fue sustituido por Andre Schurrle, antes de que abuchearan a sus propios jugadores.

En el banco, con la satisfacción del deber cumplido, Klose se sentó para disfrutar una goleada en la que la gloria también se escribió con las letras de su nombre.

Por Redacción Deportiva

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