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El mundo del fútbol está de luto. El niño de seis años, Bradley Lowery, falleció en la madrugada de este jueves a causa de un cáncer degenerativo que sufría desde sus primeros días. El pequeño era hincha furibundo del Southampton y su mejor amigo era el futbolista inglés Jermain Defoe.
Una historia que enamoró al Reino Unido. Defoe compartió los últimos días de Lowery llevándolo a los partidos del Southampton y de la selección inglesa. El martes, la familia del niño realizó una fiesta de despedida tras el deterioro de su salud.
El miércoles, en rueda de prensa, Defoe rompió en llanto al ser preguntado por su pequeño amigo: “Ha sido muy difícil. Trato de ser fuerte. Hablo con la familia cada día y, hace unos cuantos días, estuve con él. Fue duro verle sufrir de esta manera. Está luchando, obviamente, puedo decir que es cuestión de días. Pero siempre estará en mi corazón, por el resto de mi vida. No hay día que pase sin que me levante y mire mi teléfono, o piense en el pequeño Bradley. Porque su amor es genuino y puedo verlo en sus ojos cuando me mira”, destacó el futbolista de la selección inglesa.
Al principio de la temporada, el joven hincha recibió un vibrante homenaje en el estadio del Sunderland, cuando su nombre fue aplaudido por el público en el minuto 5 del partido ante el Everton, el pasado mes de septiembre. En ese encuentro se recaudaron más de 700.000 libras (822.000 euros) para enviarle a ser tratado de su enfermedad en Estados Unidos.
Pero su familia informó poco después que el cáncer de Bradley, un neuroblastoma, estaba en fase terminal y que los tratamientos no podían curarle. Tras conocerse la noticia de su muerte este viernes, el mundo del fútbol reaccionó con mucha pena. "Hoy, el mundo del fútbol pierde a uno de sus aficinados más valientes. Descansa en paz, Bradley Lowery", afirmó la FIFA en su cuenta de Twitter.