“No podemos salir con nada”: Carlos “Piscis” Restrepo

Carlos Restrepo era un volante 10 con visión: hacía buenos pases y con el balón en los pies trataba de hacer cosas diferentes. De hecho, en los equipos de la selección de Antioquia llegó a adueñarse de la banda de capitán. Pero el gran obstáculo que tuvo fue el talento de sus compañeros. El mejor volante ofensivo en ese momento era Alexis García. Pero como los técnicos veían que él iba más allá de la práctica, lo convencieron de irse por el camino de la dirección. Óscar Vásquez le dio la primera oportunidad de encargarse del equipo de cuarta categoría del colegio Calasanz. Allí fue campeón y luego, en el 82, asumió las otras cuatro categorías.

Empezó entonces como DT y ya lleva 37 años dedicado a eso. Pero quizás el reto de clasificar a unos Juegos Olímpicos con la selección sub-23 sea el mayor que haya tenido. Mundiales de categorías juveniles y finales con clubes profesionales han sido momentos claves en su carrera, pero como este ninguno: “Colombia espera mucho de nosotros y no podemos salir con nada”, le dijo a El Espectador el DT de 55 años desde Barranquilla, donde se encuentra concentrado el equipo tricolor, preparando el juego de ida del preolímpico con Estados Unidos, este viernes.

Cuando estudiaba en el colegio Calasanz de Medellín, a su hermano mayor le decían Piscingüino, porque era muy bajito y de contextura pequeña. Al poco tiempo abreviaron el apodo a Piscis, y por eso los hermanos Restrepo eran conocidos como los Piscis. Carlos ha vivido con ese apodo prácticamente toda su vida. En el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, de Medellín, donde estudió tecnología del deporte, había muchos Carlos, pero Piscis sólo uno, de ahí su popularidad, que creció con el paso del tiempo. Cuando comenzó en la dirección técnica, justamente en uno de los equipos del colegio del que se hizo bachiller, sus dirigidos le decían profe Piscis, un apodo que él ya siente parte de su nombre y que nada tiene que ver con su signo zodiacal, al cual ni siquiera le pone atención.

De hecho, sólo al comienzo de su carrera se fijó en cábalas, porque quería imitar a su referente, Carlos Salvador Bilardo. Por ejemplo, dirigía siempre con la misma camisa o trataba de seguir algún tipo de rutina en los días de partido. Sin embargo, con el tiempo entendió que lo importante era la responsabilidad frente a los futbolistas y definió su estilo como el de una persona que se enfocaba en promover la parte humana del jugador. No es de esos técnicos que dirigen con el rejo en una mano y la comida en la otra. Su política es más de llenar al jugador de confianza y fe para que obtener resultados.

¿Qué significa Río 2016 para usted?

La verdad es que Río es una ilusión dentro del contexto de nuestro fútbol. Regresar a unos Olímpicos sería algo muy importante para balompié colombiano, y para mí, como técnico, sería un logro muy significativo. Esa es una de las competencias más importantes en el orden mundial.

¿Siente alguna responsabilidad extra por darle esos cupos a la delegación colombiana en los Olímpicos y así llegar a la meta de 140 deportistas en Río?

Creo que la responsabilidad se tiene que sentir en todos los proyectos que uno inicie, porque sin ella no se logra nada. Este es un compromiso con el país, como lo he tenido cada vez que voy con un equipo juvenil a un Suramericano o a un Mundial. Esta vez sería muy bueno aportarle al Comité Olímpico Colombiano esos cupos extras para seguir haciendo historia y enalteciendo el deporte en este país.

¿Qué destaca del equipo estadounidense y cuáles cree que serán las claves para vencerlo?

Como todo lo de ellos, es una selección planificada en el tiempo, muy competitiva, que ha tenido desarrollo sub-20, con algunos jugadores en el proyecto preolímpico. Muy bien trabajada en la parte táctica. Tienen muchos argumentos. Es un equipo con buen biotipo, buena velocidad de la mitad de cancha hacia arriba, buenas transiciones, juego directo, fuertes en el uno contra uno y con mucha decisión en el trabajo de táctica fija. Vamos a tener que hacer un gran esfuerzo para vencerlos.

¿Qué significa para usted volver a dirigir en el Metropolitano, en donde logró el título con el Júnior en 1995?

Pienso que volver a dirigir en el Metropolitano de Barranquilla es algo muy bonito para mí porque recuerdo esos años en los que tuve una gran relación con la hinchada del Júnior. Indudablemente, ese título de 1995 fue muy importante en mi carrera y eso hace que me sienta muy cómodo. Espero conseguir un buen resultado en la ida en este repechaje.

¿Qué tanto ha cambiado como DT desde el 95 a hoy?

Yo creo que uno como técnico indudablemente crece entre más horas dirija. Justamente, con el ejercicio de la profesión uno se va volviendo mejor. Nunca se deja de aprender. Del 95 a hoy he tenido un recorrido importante que me ha permitido lograr cosas muy buenas, capitalizar experiencias. En cada equipo que uno llega debe escribir un guión nuevo y eso permite tener más ideas hoy en día. Para mí, llegar al fútbol de formación y conseguir resultados ahí ha sido algo muy valioso e importante como director técnico.

¿Y como persona?

También he crecido y he mejorado como ser humano. Trato de vivir mejor cada día, intentando ser feliz. Los años pasan y uno debe aprender a disfrutar los momentos. Siento que he madurado.

¿Con qué ventaja en la ida quedaría tranquilo para definir la serie en EE. UU.?

Lo importante es conseguir la ventaja, no sé cuánto, pero ganar en la ida le permite a uno condicionar el planteamiento del segundo compromiso. Lo más importante es la concentración, no dudar en estos 180 minutos, y así creo que podremos cumplir el objetivo de estar en los Olímpicos.

¿Fue difícil ponerse de acuerdo con Pékerman para ceder a la selección de mayores a Sebastián Pérez, un jugador tan cercano a usted y que ha estado en muchos procesos de selecciones?

No fue fácil porque él es un jugador que ha estado en todo el proceso con nosotros. Lo tuvimos en cuenta en un momento difícil para él, en el que no actuaba, pero vino a microciclos con nosotros y comenzó a levantar su nivel. Justo ahora está en un excelente momento y lastimosamente no lo voy a poder tener, pero sí espero que la mayores lo aproveche y que él pueda aportar por el bien del fútbol colombiano.

¿Marlos Moreno estuvo en sus planes?

Sí, estuvo en mis planes, pero el profe Pékerman decidió tenerlo en la mayor.

¿Cómo ha visto a Juan Fernando Quintero? ¿Será el eje de su equipo, como en aquella sub-20 campeona suramericana?

A Juan lo tuvimos en la convocatoria pasada. Es un jugador muy importante, tiene capacidad, talento, siempre queremos que todos vengan con muy buena actitud, y sé que él lo hará así. Tengo la confianza en que se inserte muy bien en este grupo. Lo más importante para mí es que haga trabajo de equipo, el talento al servicio del colectivo. Espero que, así como lo hizo en el Suramericano y en el Mundial, sea el hombre que nos dé un plus.

¿Da tranquilidad en esta sub-23 contar con dos generaciones que conoce tan bien y que han tenido buenos resultados, como el título de 2013 y el subtítulo de 2015?

Es importantísimo contar con estas generaciones que conocemos tan bien. La 93-94 ganó un título y fue a un Mundial. Me parece que es un grupo de muchachos que se ha ido consolidando y ha encontrado un espacio en el fútbol profesional, de ahí que varios fueran del interés del técnico de la selección mayor. Esta última generación, subcampeona en Uruguay, es la que nos tiene clasificados a este repechaje. Creo que hay muy buenos elementos y eso le facilita a uno las cosas.

Si clasifica a los Olímpicos, ¿usted los dirigirá?

La idea es esa. Espero continuar con este proyecto hasta los Juegos. Claro que ahora lo importante es superar esta instancia del repechaje y después tocará sentarse a analizar todos los detalles que habrá que definir en su momento.