“Odegaard es un zurdo habilidoso muy rápido”

“¡Está siendo una locura! Noruega es un país que futbolísticamente vive de los recuerdos del Rosenborg y de una victoria de su selección a Brasil en el Mundial de Francia 1998 [1-2 en el tercer partido de la primera fase]”, cuenta por teléfono Manu Hervás, 28 años, jugador del Gjovik-Lyn.

Igual que Iván Martínez, otro español en el campeonato noruego, está sorprendido con el circo mediático que se ha creado alrededor de Martin Odegaard, el mediapunta de 16 años que acaba de fichar el Real Madrid. “Todos los adolescentes ahora quieren ser Martin”, dice Martínez. “Ha sido un soplo de aire fresco para el fútbol noruego porque, después de muchos años, Odegaard ha vuelto a poner a Noruega en el mapa futbolístico”, añade Hervás.

Unos 20 periodistas noruegos acudieron a la presentación oficial de Odegaard como nuevo jugador del Madrid. Un chico, dicen todos, con la cabeza bien amueblada, centrado en su pasión, el fútbol, y con un entorno muy estable.

El padre, Hans Erik (41 años), fue futbolista, mediocentro del Strømsgodset entre 1993 y 2003. Al colgar las botas se hizo entrenador y ahora empezará a trabajar en las categorías inferiores del Madrid. Su madre, Lene Cecilie cuida de Martin y sus tres hermanos, un chico y dos chicas. Siguen viviendo en Drammen, ciudad dormitorio a unos 40 kilómetros de Oslo. En los viajes que Martin ha hecho a la capital española, invitado por el club blanco, siempre se le ha visto acompañado de su padre.

“Odegaard es un zurdo habilidoso, rápido, muy rápido, tiene una arrancada explosiva. En los tres primeros metros de carrera te tumba. Además, combina la velocidad con la técnica. Hay muy pocos jugadores que saben correr rápido y con la pelota pegada al pie y él lo hace. Cristiano, por ejemplo, es más de lanzar la pelota larga y correr. Martin corre con ella pegada al pie”, le describe Hervás que jugó contra él hace un par de años. Igual que Iván Martínez: “Pero entonces él tenía 14 años y todavía jugaba en el filial”.

“A mí lo que me sorprende de él es que con 16 años aguante el ritmo de Primera División y los envites de los contrarios. Es muy difícil tirarlo al suelo, de hecho, no hay quien lo tire. Tiene un tren inferior muy potente”, apunta Martínez. En el Strømsgodset, equipo en el que Odegaard debutó con 15 años, jugaba de centrocampista ofensivo y mediapunta aunque a veces ha ocupado la banda derecha. “De la banda se va rápido hacia dentro, es su forma de jugar. Se le ve cómodo detrás del punta”, dice Hervás. Odegaard ha batido todos los récords de precocidad. Con 15 años también vistió la camiseta de la selección

“En el fútbol noruego ha marcado la diferencia. ¿La marcará en España también? Mucho dependerá de las expectativas, de la paciencia que tengan con él, del cariño que le den. Yo creo que está preparado mentalmente para aguantar la presión porque el padre, que fue futbolista, le ha ayudado mucho en eso”, asegura Hervás. El padre fue quien inició a Odegaard al fútbol.

Con siete años le veía entrenarse unas 20 horas a la semana. Es cuando empezó a darse cuenta de que su hijo, además de talento, tenía aguante. “Recuerdo que yo seguía jugando al fútbol, Martin tendría unos 8 años y se quedaba mirándome mientras hacía series en el campo. Nunca podía irme a casa una vez acabadas porque él quería antes ensayar los disparos. Tenía que quedarme a chutar unas 50 veces”, confesó el padre en una entrevista en la CNN. Ayer Martin se paseó feliz por Valdebebas, después de más de dos horas de reconocimiento médico. En el Castilla encontrará otros dos zurdos: el holandés Peeters y el brasileño Abner.

Queda por ver cómo se adaptará a las exigencias del fútbol español. Las noruegas las ha aguantado. "No se le ha visto ninguna debilidad hasta ahora. Ni el el campo ni fuera donde sabe expresarse muy bien ante las preguntas de los periodistas", concluye Martínez.

“¡Está siendo una locura! Noruega es un país que futbolísticamente vive de los recuerdos del Rosenborg y de una victoria de su selección a Brasil en el Mundial de Francia 1998 [1-2 en el tercer partido de la primera fase]”, cuenta por teléfono Manu Hervás, 28 años, jugador del Gjovik-Lyn.

Igual que Iván Martínez, otro español en el campeonato noruego, está sorprendido con el circo mediático que se ha creado alrededor de Martin Odegaard, el mediapunta de 16 años que acaba de fichar el Real Madrid. “Todos los adolescentes ahora quieren ser Martin”, dice Martínez. “Ha sido un soplo de aire fresco para el fútbol noruego porque, después de muchos años, Odegaard ha vuelto a poner a Noruega en el mapa futbolístico”, añade Hervás.

Unos 20 periodistas noruegos acudieron a la presentación oficial de Odegaard como nuevo jugador del Madrid. Un chico, dicen todos, con la cabeza bien amueblada, centrado en su pasión, el fútbol, y con un entorno muy estable.

El padre, Hans Erik (41 años), fue futbolista, mediocentro del Strømsgodset entre 1993 y 2003. Al colgar las botas se hizo entrenador y ahora empezará a trabajar en las categorías inferiores del Madrid. Su madre, Lene Cecilie cuida de Martin y sus tres hermanos, un chico y dos chicas. Siguen viviendo en Drammen, ciudad dormitorio a unos 40 kilómetros de Oslo. En los viajes que Martin ha hecho a la capital española, invitado por el club blanco, siempre se le ha visto acompañado de su padre.

“Odegaard es un zurdo habilidoso, rápido, muy rápido, tiene una arrancada explosiva. En los tres primeros metros de carrera te tumba. Además, combina la velocidad con la técnica. Hay muy pocos jugadores que saben correr rápido y con la pelota pegada al pie y él lo hace. Cristiano, por ejemplo, es más de lanzar la pelota larga y correr. Martin corre con ella pegada al pie”, le describe Hervás que jugó contra él hace un par de años. Igual que Iván Martínez: “Pero entonces él tenía 14 años y todavía jugaba en el filial”.

“A mí lo que me sorprende de él es que con 16 años aguante el ritmo de Primera División y los envites de los contrarios. Es muy difícil tirarlo al suelo, de hecho, no hay quien lo tire. Tiene un tren inferior muy potente”, apunta Martínez. En el Strømsgodset, equipo en el que Odegaard debutó con 15 años, jugaba de centrocampista ofensivo y mediapunta aunque a veces ha ocupado la banda derecha. “De la banda se va rápido hacia dentro, es su forma de jugar. Se le ve cómodo detrás del punta”, dice Hervás. Odegaard ha batido todos los récords de precocidad. Con 15 años también vistió la camiseta de la selección

“En el fútbol noruego ha marcado la diferencia. ¿La marcará en España también? Mucho dependerá de las expectativas, de la paciencia que tengan con él, del cariño que le den. Yo creo que está preparado mentalmente para aguantar la presión porque el padre, que fue futbolista, le ha ayudado mucho en eso”, asegura Hervás. El padre fue quien inició a Odegaard al fútbol.

Con siete años le veía entrenarse unas 20 horas a la semana. Es cuando empezó a darse cuenta de que su hijo, además de talento, tenía aguante. “Recuerdo que yo seguía jugando al fútbol, Martin tendría unos 8 años y se quedaba mirándome mientras hacía series en el campo. Nunca podía irme a casa una vez acabadas porque él quería antes ensayar los disparos. Tenía que quedarme a chutar unas 50 veces”, confesó el padre en una entrevista en la CNN. Ayer Martin se paseó feliz por Valdebebas, después de más de dos horas de reconocimiento médico. En el Castilla encontrará otros dos zurdos: el holandés Peeters y el brasileño Abner.

Queda por ver cómo se adaptará a las exigencias del fútbol español. Las noruegas las ha aguantado. "No se le ha visto ninguna debilidad hasta ahora. Ni el el campo ni fuera donde sabe expresarse muy bien ante las preguntas de los periodistas", concluye Martínez.