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Los arqueros, los aguafiestas del fútbol, como los definía Eduardo Galeano. Están ahí para impedir que se hagan goles, para reprimir la alegría de este deporte. Sus intervenciones pueden definir partidos. El guardameta Ernesto Hernández, un viejo conocido del fútbol colombiano, fue clave para que el Pasto lograra su primera victoria en la Liga Águila. Venció 2-0 en el estadio La Libertad al Atlético Júnior, que tuvo como figura a José Luis Chunga.
Desde el primer minuto empezó el trabajo. Hernández apareció para dar un parte de tranquilidad a los nariñenses. Sus manos desviaron un remate de media distancia de su compatriota, Jonathan Álvez. Un riflazo dirigido a su palo de la mano izquierda. Se estiró y mandó el balón al tiro de esquina. Una salvada importante, porque tan solo corría el minuto, 20 segundos de haber comenzado el encuentro. Evitó un mazazo al ego del equipo, que empezó a responder de inmediato.
El primer tiempo fue tosco, sin ideas ni profundidad. Sin embargo, ambas escuadras se las idearon para generar opciones frente a las porterías contrarias. El Pasto lo hizo en dos ocasiones, por intermedio de Michael Ortega y Alcatraz García. Aparecieron las manos salvadoras de José Luis Chunga, quien voló para sacar balones que parecían imposibles. Sus reflejos robaron aplausos desde la tribuna. El Júnior no se quedó atrás, a la de Álvez se unió la de Jarlan Barrera, quien solo frente a Hernández, remató al palo de la mano izquierda y nuevamente apareció el cuerpo del uruguayo para evitar el grito de gol visitante. Palo y esquina.
El resto de la primera etapa se concentró en la mitad del campo. Con el Pasto aferrado a las ideas de Ortega y la velocidad de Toloza y los barranquilleros a lo que hicieran Jarlan Barrera y Sebastián Hernández. Ninguno se salió del libreto. Los locales tuvieron la posesión del balón, pero el esférico iba de lado a lado sin encontrar ningún espacio. Y cuando la visita intentaba salir, se hacían pases cortos, sin encontrar la profundidad necesaria para hacerle daño a los locales. Las salidas siempre fueron predecibles.
En la segunda parte más de lo mismo. Los equipos no se sacaron mucha ventaja. Sin embargo, al minuto 52. Michael Ortega inició una jugada por derecha, se juntó con Toloza y Darío Rodríguez para que este último rematara abajo y batiera a Chunga. El gol hizo explotar a la tribuna y a Alexis Mendoza, quien adelantó las líneas. Júnior, que para este encuentro jugó con una nómina alterna, intentó acercarse a la portería de Hernández, pero como en el primer tiempo, careció de ideas. No generó oportunidades importantes. Sus ataques fueron bien controlados por la defensa del Pasto y cuando lograban superar la muralla, se encontraron con las manos impasables del guardameta uruguayo.
El Pasto apostó al contragolpe y al minuto 82 nuevamente probaron a Chunga. Remate de media distancia de Rodríguez, que hizo volar al arquero. Una atajada memorable. Pero el guardameta del equipo barranquillero, aunque contó con una noche notable, no pudo con lo que siguió. Centro desde la esquina de Alcatraz y cabezazo de Ortega al ángulo superior izquierdo, imposible de desviar. Gol. Fue el 2-0 para los locales, que lograron su primera victoria en la Liga.