1970: un cabezazo para la eternidad
Si su gol que abrió el marcador con Italia en la final del Mundial mexicano (4-1) fuera un poema, comenzaría por este verso de Lamartine: "Oh, tiempo, suspende tu vuelo". Durante ese instante de eternidad hecho fútbol, Pelé pareció desafiar las leyes de la gravedad para inmortalizarse en el aire y catapultar el balón a las redes.