Volver a los orígenes para rescatar el ‘jogo bonito’ es la misión del club de fútbol Palmeiras de Brasil en esta cancha rústica al noroeste de Sao Paulo.
Recuperar el “Jogo Bonito” en Brasil
Desde hace seis años, las divisiones infantiles del bicampeón de la Libertadores, recorren las favelas y barrios para visitar ‘potreros’ o ‘peladeros’, como se les conoce a los campos de fútbol improvisados y de mala calidad.
Con esa iniciativa, Palmeiras pretende potenciar la habilidad de sus futuros futbolistas al emular formaciones similares a las que tuvieron grandes leyendas del balompié, que suelen atribuir parte de su picardía y talento al aprendizaje barrial.
Varias figuras han alertado sobre la “robotización” del deporte debido a que muchos jóvenes aprenden fútbol en academias y no en el barrio, como la vieja escuela. Allí los jóvenes también se foguean con equipos de las comunidades.
Entre pantalones rotos y raspones en la tierra, los jóvenes futbolistas pulen la técnica y mantienen con vida el estilo futbolístico insignia de Brasil. Según los entrenadores, también cobran consciencia de su privilegio y ponen los pies en el suelo.