River Plate y las dos caras del fútbol

"Va a ser difícil enfocarse en lo que viene", había admitido el entrenador de River Plate Marcelo Gallardo el 10 de diciembre en Madrid, un día después del histórico título contra Boca Juniors en la Copa Libertadores. Este martes su equipo caía eliminado por sorpresa en semifinales del Mundial de Clubes.

Era el primer partido para los 'Millonarios' desde su inolvidable noche del Santiago Bernabéu y la gran duda estaba en ver cómo el grupo había digerido la euforia vivida y cómo había logrado remotivarse para afrontar sin distracciones otra competición exigente.

El Al Ain emiratí, un equipo desconocido para muchos pero ultramotivado en este Mundial de Clubes, que disputa como representante del país anfitrión, le superó en la tanda de penales (5-4 tras empate 2-2) y era inevitable el martes pensar en cuál había sido el efecto de la Libertadores en el rendimiento de este River, que viajó al país del Golfo Pérsico directamente desde la capital española, sin haber vuelto a Buenos Aires para celebrar con su hinchada.

"Fue mucho el desgaste de los últimos tiempos. No quiero que sea excusa, pero fue así", admitió Gallardo en su conferencia de prensa tras la derrota. "El que no sea de nuestra cultura puede que no entiende lo que significó el desgaste mental de jugar una final accidentada en la Libertadores, ante tu clásico rival, sacándote la localía y llevándola a Madrid", subrayó.

Gallardo había insistido en los días previos en que el grupo estaba concentrado y preparado para este reto, pero el resultado, el peor de un equipo argentino en un Mundial de Clubes, supone una desilusión importante en medio del clima de euforia que rodeaba a River en los últimos diez días. "Este dolor dura lo que dura la desilusión de no verse jugar la final del sábado. Iremos el sábado a jugar por el tercer puesto y nos va a doler no vernos en la final", admitió el técnico de River.

En lo que coincidían los integrantes del equipo era en destacar que el título de la Libertadores era algo inamovible para la historia y que con el tiempo se recordará siempre. Este miércoles, el equipo realizó por carretera el traslado de algo más de 150 kilómetros entre Al Ain y Abu Dabi, donde el sábado jugará el partido por el tercer puesto.

A su llegada al hotel, los rostros de los jugadores estaban serios y se notaba la decepción por lo vivido el martes. Muy diferente al clima festivo, con música y bromas, que acostumbraba a acompañar su llegada al hotel de Al Ain tras los entrenamientos en los días previos a la semifinal. Entre los más serios, Enzo Pérez y Pity Martínez.

El primero falló el lanzamiento de la tanda de penales que eliminó a River y el segundo erró también otro penal, en su caso durante el partido, en el minuto 69, cuando el marcador era de 2-2. Pity Martínez fue uno de los héroes de Madrid, consiguiendo el gol que rubricó el 3-1 sobre Boca en el final de la prórroga, pero su último torneo con River antes de ir al Atlanta United de la Major League Soccer (MLS) estadounidense le ha dejado tocado anímicamente.

Gallardo está convencido de que con distancia, los jugadores podrán hacer un gran balance de este año 2018 por el título de la Libertadores, aunque el revés en Emiratos todavía esté demasiado fresco. "Después de que pasen estos días y la competencia, el análisis del año será muy positivo porque se consiguió algo muy histórico, que es ganar la Copa Libertadores. Pero el cachetazo de hoy nos pone otra vez alerta", aseveró.

El atacante colombiano Rafa Santos Borré, autor de los dos goles de River en el tiempo reglamentario, intentó mantenerse optimista, recordando lo que acababa de conseguir este equipo en la Libertadores. "Este equipo se merece muchas cosas", señaló el martes en el Hazza Bin Zayed Stadium, intentando esbozar una sonrisa en la noche más triste desde la apoteosis de Madrid.

"Va a ser difícil enfocarse en lo que viene", había admitido el entrenador de River Plate Marcelo Gallardo el 10 de diciembre en Madrid, un día después del histórico título contra Boca Juniors en la Copa Libertadores. Este martes su equipo caía eliminado por sorpresa en semifinales del Mundial de Clubes.

Era el primer partido para los 'Millonarios' desde su inolvidable noche del Santiago Bernabéu y la gran duda estaba en ver cómo el grupo había digerido la euforia vivida y cómo había logrado remotivarse para afrontar sin distracciones otra competición exigente.

El Al Ain emiratí, un equipo desconocido para muchos pero ultramotivado en este Mundial de Clubes, que disputa como representante del país anfitrión, le superó en la tanda de penales (5-4 tras empate 2-2) y era inevitable el martes pensar en cuál había sido el efecto de la Libertadores en el rendimiento de este River, que viajó al país del Golfo Pérsico directamente desde la capital española, sin haber vuelto a Buenos Aires para celebrar con su hinchada.

"Fue mucho el desgaste de los últimos tiempos. No quiero que sea excusa, pero fue así", admitió Gallardo en su conferencia de prensa tras la derrota. "El que no sea de nuestra cultura puede que no entiende lo que significó el desgaste mental de jugar una final accidentada en la Libertadores, ante tu clásico rival, sacándote la localía y llevándola a Madrid", subrayó.

Gallardo había insistido en los días previos en que el grupo estaba concentrado y preparado para este reto, pero el resultado, el peor de un equipo argentino en un Mundial de Clubes, supone una desilusión importante en medio del clima de euforia que rodeaba a River en los últimos diez días. "Este dolor dura lo que dura la desilusión de no verse jugar la final del sábado. Iremos el sábado a jugar por el tercer puesto y nos va a doler no vernos en la final", admitió el técnico de River.

En lo que coincidían los integrantes del equipo era en destacar que el título de la Libertadores era algo inamovible para la historia y que con el tiempo se recordará siempre. Este miércoles, el equipo realizó por carretera el traslado de algo más de 150 kilómetros entre Al Ain y Abu Dabi, donde el sábado jugará el partido por el tercer puesto.

A su llegada al hotel, los rostros de los jugadores estaban serios y se notaba la decepción por lo vivido el martes. Muy diferente al clima festivo, con música y bromas, que acostumbraba a acompañar su llegada al hotel de Al Ain tras los entrenamientos en los días previos a la semifinal. Entre los más serios, Enzo Pérez y Pity Martínez.

El primero falló el lanzamiento de la tanda de penales que eliminó a River y el segundo erró también otro penal, en su caso durante el partido, en el minuto 69, cuando el marcador era de 2-2. Pity Martínez fue uno de los héroes de Madrid, consiguiendo el gol que rubricó el 3-1 sobre Boca en el final de la prórroga, pero su último torneo con River antes de ir al Atlanta United de la Major League Soccer (MLS) estadounidense le ha dejado tocado anímicamente.

Gallardo está convencido de que con distancia, los jugadores podrán hacer un gran balance de este año 2018 por el título de la Libertadores, aunque el revés en Emiratos todavía esté demasiado fresco. "Después de que pasen estos días y la competencia, el análisis del año será muy positivo porque se consiguió algo muy histórico, que es ganar la Copa Libertadores. Pero el cachetazo de hoy nos pone otra vez alerta", aseveró.

El atacante colombiano Rafa Santos Borré, autor de los dos goles de River en el tiempo reglamentario, intentó mantenerse optimista, recordando lo que acababa de conseguir este equipo en la Libertadores. "Este equipo se merece muchas cosas", señaló el martes en el Hazza Bin Zayed Stadium, intentando esbozar una sonrisa en la noche más triste desde la apoteosis de Madrid.