Ronaldo vence a la báscula

Con la misma frialdad con la que sonrojaba a los defensas y abordaba el marco contrario, Ronaldo encaró la báscula y ascendió el peldaño que iba a dictaminar si había logrado su meta. Los dígitos, superpuestos sobre una pantalla para que los telespectadores pudieran contemplar si ‘El Fenómeno’ había superado el desafío, comenzaron a sucederse de forma vertiginosa hasta detenerse en una cifra: 101 kilos. Es decir, 17 menos de los que indicaba tres meses atrás (118), cuando se enroló en un programa de la televisión brasileña, Medida Certa (Talla Correcta), con el propósito de reducir su sobrepeso y acabar con una barriga muy generosa que lastraba su día a día. Objetivo cumplido.

Castigado por el hipotiroidismo, el mismo que torpedeó el tramo final de una carrera extraordinaria y le condujo a colgar las botas en febrero de 2011, el exfutbolista aceptó embarcarse en el reto propuesto por Globo TV. Orondo e inflado, muy alejado de aquella figura atlética que lucía durante sus mejores años de fútbol, Ronaldo decidió poner remedio. “Estoy derrotado, no soporto esta barriga”, admitía el exjugador del Barça y el Real Madrid, inmerso ahora en la representación deportiva, al que le costaba ejecutar acciones tan rutinarias como subir las escaleras de su casa y que ingresó en el experimento con una obesidad de tipo II, a solo 16 kilos de la mórbida; “estoy agotado, sufro muchos dolores y he perdido mucha calidad de vida”.

Su índice de grasa corporal era del 25,5% y el perímetro de su cintura alcanzaba los 107 centímetros. Hoy día, después de un restrictivo programa alimenticio y duras jornadas de entrenamiento, sus tasas se han reducido hasta el 18% y 94 centímetros que le conceden una imagen más saludable. “He mejorado mucho. Duermo mejor, me canso menos, me muevo con mucha más comodidad… Ahora soy más feliz”, se sinceró el histórico cañonero, que antes de pasar por el reality tenía serios problemas de colesterol y presión arterial, derivados de un estilo de vida muy sedentario y sus menús a base de cerveza y hamburguesas. “Quería demostrar a la gente que el deporte ayuda mucho”, señaló el doble Balón de Oro y máximo goleador de la historia de los Mundiales, con 15 tantos en cuatro citas.

A lo largo del programa, el de mayor audiencia en Brasil domingo tras domingo, Ronaldo siguió un estricto método que incluía actividades como el remo, la natación o el aeróbic. También alguna pachanga. Con una sonrisa perenne en la boca, por más que amagase con tirar la toalla en alguna ocasión y se escabullese del plan tres días por una supuesta gripe, El Fenómeno dejó momentos y estampas inigualables. Una de ellas, rodeado de hermosas señoritas para no perder la tradición, su particular interpretación del Gangnam Style, la machacona melodía del rapero surcoreano PSY.

El fin de sus preparadores era que adelgazase 10 kilos. Muy motivado, concienciado en ponerse a tono para la décima edición del duelo benéfico que organiza junto a su amigo Zinedine Zidane, en Porto Alegre, el carioca ha perdido siete más de los prefijados y ha vencido, de momento, a la tentación. “Ahora quiero bajar de los 100 kilos y no volver a pasarlos nunca más”, zanjó Ronaldo, embajador del Mundial 2014 que se celebrará en Río de Janeiro, y al que aún se le resiste otro vicio: los cigarrillos.

Con la misma frialdad con la que sonrojaba a los defensas y abordaba el marco contrario, Ronaldo encaró la báscula y ascendió el peldaño que iba a dictaminar si había logrado su meta. Los dígitos, superpuestos sobre una pantalla para que los telespectadores pudieran contemplar si ‘El Fenómeno’ había superado el desafío, comenzaron a sucederse de forma vertiginosa hasta detenerse en una cifra: 101 kilos. Es decir, 17 menos de los que indicaba tres meses atrás (118), cuando se enroló en un programa de la televisión brasileña, Medida Certa (Talla Correcta), con el propósito de reducir su sobrepeso y acabar con una barriga muy generosa que lastraba su día a día. Objetivo cumplido.

Castigado por el hipotiroidismo, el mismo que torpedeó el tramo final de una carrera extraordinaria y le condujo a colgar las botas en febrero de 2011, el exfutbolista aceptó embarcarse en el reto propuesto por Globo TV. Orondo e inflado, muy alejado de aquella figura atlética que lucía durante sus mejores años de fútbol, Ronaldo decidió poner remedio. “Estoy derrotado, no soporto esta barriga”, admitía el exjugador del Barça y el Real Madrid, inmerso ahora en la representación deportiva, al que le costaba ejecutar acciones tan rutinarias como subir las escaleras de su casa y que ingresó en el experimento con una obesidad de tipo II, a solo 16 kilos de la mórbida; “estoy agotado, sufro muchos dolores y he perdido mucha calidad de vida”.

Su índice de grasa corporal era del 25,5% y el perímetro de su cintura alcanzaba los 107 centímetros. Hoy día, después de un restrictivo programa alimenticio y duras jornadas de entrenamiento, sus tasas se han reducido hasta el 18% y 94 centímetros que le conceden una imagen más saludable. “He mejorado mucho. Duermo mejor, me canso menos, me muevo con mucha más comodidad… Ahora soy más feliz”, se sinceró el histórico cañonero, que antes de pasar por el reality tenía serios problemas de colesterol y presión arterial, derivados de un estilo de vida muy sedentario y sus menús a base de cerveza y hamburguesas. “Quería demostrar a la gente que el deporte ayuda mucho”, señaló el doble Balón de Oro y máximo goleador de la historia de los Mundiales, con 15 tantos en cuatro citas.

A lo largo del programa, el de mayor audiencia en Brasil domingo tras domingo, Ronaldo siguió un estricto método que incluía actividades como el remo, la natación o el aeróbic. También alguna pachanga. Con una sonrisa perenne en la boca, por más que amagase con tirar la toalla en alguna ocasión y se escabullese del plan tres días por una supuesta gripe, El Fenómeno dejó momentos y estampas inigualables. Una de ellas, rodeado de hermosas señoritas para no perder la tradición, su particular interpretación del Gangnam Style, la machacona melodía del rapero surcoreano PSY.

El fin de sus preparadores era que adelgazase 10 kilos. Muy motivado, concienciado en ponerse a tono para la décima edición del duelo benéfico que organiza junto a su amigo Zinedine Zidane, en Porto Alegre, el carioca ha perdido siete más de los prefijados y ha vencido, de momento, a la tentación. “Ahora quiero bajar de los 100 kilos y no volver a pasarlos nunca más”, zanjó Ronaldo, embajador del Mundial 2014 que se celebrará en Río de Janeiro, y al que aún se le resiste otro vicio: los cigarrillos.