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Santa Fe avanzó a semifinales de la Copa Sudamericana

El equipo cardenal empató 1-1 con Independiente en El Campín, pero logró la clasifición gracias al triunfo conseguido en Avellaneda.

Luis Guillermo Montenegro
30 de octubre de 2015 - 02:03 a. m.
EFE / EFE
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Gran parte de la tarea se había hecho la semana pasada, al vencer 1-0 a Independiente de Avellaneda en el estadio Libertadores de América de Buenos Aires, y sólo faltaba ratificar esa buena diferencia ante un marco espectacular, un Campín a reventar, como no se veía desde el pasado diciembre cuando Santa Fe consiguió la octava estrella ante el Medellín. El cuadro cardenal redondeó la faena este jueves, empató 1-1 con gol de Francisco Meza y autogol de Róbinson Zapata, y logró la clasificación a las semifinales de la Copa Sudamericana.

Tal vez es uno de los triunfos más importantes del cuadro bogotano en toda su historia. No es que sea muy rica la leyenda del equipo albirrojo a nivel continental, sin embargo, derrotar a Independiente, el llamado rey de copas, es toda una proeza. Es cierto que este equipo argentino está lejos de ser aquel que en las décadas del 70 y 80 ganó cuatro ediciones de la Copa Libertadores en cuatro años seguidos y fue dos veces campeón del mundo, en 1973 y 1984, no obstante, la historia es imborrable y lo que representa esta institución para el fútbol mundial es mayúsculo.

Por más de haberse ido a la B, regresado a primera y llevar cinco años sin título alguno, Independiente es considerado un club insignia a nivel orbital. Ahí la importancia de dejarlo en el camino. Además, antes de este enfrentamiento el equipo de Avellaneda llevaba una racha de 16 partidos sin perder, lo que le da aún mucho más valor a lo conseguido por el equipo bogotano.

El juego de anoche comenzó con un Santa Fe que no esperó, a pesar de tener un gol de ventaja conseguido en la ida, quiso imponer su jerarquía y por eso no cedió la posesión de la pelota. Luis Manuel Seijas, Yeison Gordillo y Juan Daniel Roa cubrieron bien los espacios en la zona media y eso fue clave porque no le permitieron generar fútbol al cuadro argentino. Pocas opciones de gol se habían presentado, hasta que al minuto 30 Francisco Meza ganó un cabezazo en el área tras un tiro de esquina cobrado por Seijas y puso a celebrar a los cerca de 40 mil hinchas que llenaron las tribunas.

En la segunda parte ingresó Cristian Cebolla Rodríguez, quien le dio un poco más de fútbol al cuadro argentino, sin embargo, dio espacios atrás y Santa Fe cada vez que contragolpeó generó peligro. Incluso le anularon mal un gol a Wilson Morelo, que había definido bien contra el arquero Diego Rodríguez. Como siempre al equipo rojo de Bogotá le tocó sufrir. En el tiempo de reposición el arquero Róbinson Zapata erra y convierte un autogol. Fueron dos minutos angustiosos en los que se vieron caras largas en la tribuna.

Hace dos años Santa Fe llegó a la semifinal de la Copa Libertadores, en ese momento dejando en el camino de los cuartos de final al Real Garcilazo de Perú, y luego cayó en esa fase ante Olimpia de Paraguay, lo que demuestra que Santa Fe se ha ganado un nombre internacionalmente, porque desde 2012, cuando ganó la séptima estrella y rompió una seguidilla de títulos, se ha acostumbrado a participar en los certámenes de clubes de América.

En esta Copa Sudamericana el equipo bogotano ha tenido que enfrentar a algunos históricos. En la primera fase derrotó a Liga de Loja de Ecuador. Luego dejó en el camino a Nacional de Uruguay. En los octavos de final eliminó a Emelec de Ecuador y en cuartos superó a Independiente de Avellaneda.  Ahora el reto será ante Sportivo Luqueño de Paraguay (ida el 4 de noviembre y vuelta el 25 de noviembre en Bogotá) equipo que ha tenido un camino más fácil que el de Santa Fe a lo largo de la Copa. Ha superado a Aurora de Bolivia, Deportivo La Guaira de Venezuela, Deportes Tolima de Colombia y Atlético Paranaense de Brasil.

Santa Fe sigue escribiendo su historia. De la mano del presidente César Pastrana el equipo cardenal ha logrado llegar a lugares impensados. Cuando el dirigente bogotano llegó a la cabeza del club, éste estaba a punto de ser liquidado, pero ahora el presente es diferente. Administrativamente es uno de los más organizados del país y deportivamente los resultados y títulos lo avalan. En este semestre, particularmente, se sigue peleando en los tres torneos: Copa Águila, en la que  jugará la final ante el Júnior de Barranquilla; Liga Águila, en la que se necesitan seis de doce puntos en disputa para clasificar a las fases finales y en esta Sudamericana, con la que la hinchada sueña en obtener el tan anhelado título continental. Al final El Campín estalló y la hinchada gritó: “Vamos león, vamos a ganar, porque la vuelta vamos a dar”. 

Por Luis Guillermo Montenegro

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