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¡Se lució, Colombia se lució!

Bogotá despidió el Mundial Sub-20 con una espectacular ceremonia de clausura. Luces, juegos pirotécnicos y música engalanaron a El Campín.

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Johann Mauricio López M.
21 de agosto de 2011 - 05:20 a. m.
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Lo que parecía iba a ser una noche fría y pasada por agua, se transformó en alegría, fiesta, color y luz. El show que la Fundación Festival Iberoamericano de Teatro y el Teatro Nacional se encargaron de brindarle a Colombia y el mundo, estuvo a la altura del acontecimiento.

Todo empezó minutos después de que el árbitro Antonio Arias de Paraguay decretara el fin del partido entre México y Francia por el tercer puesto, que finalmente fue para los 'manitos', luego de su victoria 3-1 sobre el onceno galo.

Tras la partida a los camerinos de las dos selecciones, docenas de bailarines saltaron al gramado del estadio El Campín para tomar posiciones y deleitar a los cerca de 36 mil espectadores que colmaron las graderías del escenario deportivo.

De repente, las luminarias del estadio fueron perdiendo intensidad y un buen número de rayos surcaron los cielos bogotanos para comenzar a despertar la euforia en los asistentes, quienes atentos a lo que sucedía, se fueron contagiando con la sencilla pero muy estética puesta en escena.

El show, inspirado en un acto de amor entre el sol y la luna envió a escena a un puñado de niños, quienes se encargaron de dirigir a varios percusionistas, para que con sus tambores realizaran un preámbulo que dió paso al juego de luces que llegó a continuación.

Sobre la mitad de la cancha apareció una luz verde en forma de circulo, de allí, uno a uno fueron desprendiéndose los nombres de las 24 selecciones que hicieron parte de esta fiesta Mundial.

Luego varios bailarines vestidos de blanco saltaron al gramado para realizar cadenciosos movimientos que sirvieron para realizar figuras alusivas a esta fiesta. Poco a poco un balón, un botín de fútbol y una flor emergieron ante la atenta mirada de miles de personas.

La parte final estuvo a cargo del grupo ChocQuibTown, que con su inconfundible ritmo, puso el toque musical para que la fascinate demostración de los juegos pirotécnicos cerrara la prolija ceremonia que terminó con varias explosiones de colores que iluminaron al estadio El Campín.

Los destellos de luz y color dejaron una grata imagen en los aficionados, quienes animados corearon al unísono "se lució, Colombia se lucio".

Por Johann Mauricio López M.

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