¿Seba Pérez o se va Pérez?

La rotura de ligamentos en la rodilla izquierda no sólo dejó a Sebastián Pérez herido físicamente; también le aguijoneó el alma. El jueves 6 de abril del año pasado, durante la práctica matutina, chocó con su compatriota Wílmar Barrios. Y el horizonte se le oscureció. Entonces, el volante que había sido una de las grandes figuras en el Atlético Nacional que ganó la Copa Libertadores de América y que había llegado a Boca Juniors con el objetivo de ser el patrón del mediocampo se quedó vacío. Justo cuando empezaba a afirmarse como el reemplazante de Fernando Gago, quien se había desgarrado dos semanas antes.

Hoy, el futuro de Pérez es una incertidumbre y el Mundial de Rusia parece cada vez más lejos. Entonces, cuando en el comienzo del año se hablaba mucho más de Barrios, Frank Fabra y Edwin Cardona por una denuncia de violencia de género que terminó en un acuerdo extrajudicial con las mujeres involucradas, Seba evaluaba los pasos a seguir. A esta altura, nadie puede asegurar su continuidad en el gigante azul y oro. Mucho menos su presencia en la nómina definitiva de Colombia para el Mundial.

Parece mentira, pero el menos ruidoso de los cuatro colombianos que visten la camiseta de Boca está más cerca de irse que de quedarse. Necesita continuidad para ser tenido en cuenta por José Pékerman. Y es consciente de que difícilmente logrará un lugar preponderante en el líder de la Superliga argentina. Sobre todo después de haber quedado afuera de la nómina de concentrados ante Colón de Santa Fe y San Lorenzo. Frente a Temperley estuvo en el banco de suplentes, pero no saltó al campo de juego. Esta situación lo tiene tenso. No le gusta. Y está algo molesto.

Cuando se lesionó, Pérez formaba parte del equipo inicialista. Había tomado el lugar de Gago, su ídolo desde sus tiempos juveniles en Medellín. La lesión lo marginó durante nueve meses. Volvió el 15 de enero, ante Godoy Cruz en Mendoza. El amistoso de verano marcó el regreso del mediocampista, quien jugó 90 minutos en un equipo cargado de suplentes y juveniles. “Estoy feliz de haber aguantado todo el partido”, declaró el jugador de 24 años que estuvo 289 días sin actividad.

Pérez creyó que iba a tener más posibilidades. Jugó el segundo tiempo ante Aldosivi, otro de los partidos preparatorios. “Tenía ganas de sumar minutos y confianza. Sabemos que hay mucha competencia, que hay tres jugadores en el puesto”, dijo Pérez, consciente de que corre en desventaja, una situación que asumió cuando Guillermo Barros Schelotto lo dejó afuera de la lista de convocados el último sábado en la Bombonera.

Gago será titular cuando se recupere de la lesión ligamentaria que sufrió en octubre. Barrios está cada vez más firme en el medio, al margen de que estuvo ausente en los últimos amistosos por el affaire con la justicia. Y el uruguayo Nahitán Nández se impone como una rueda de auxilio permanente.

Bajo esta coyuntura, Pérez perdió terreno. Y no está dispuesto a ser confinado a la reserva o al banco de suplentes. El Mellizo no lo tiene entre sus prioridades. Y Pékerman ya le advirtió que deberá tener rodaje para ser considerado en la plantilla mundialista. Sabe el antioqueño, además, que tendrá que esforzarse para asegurarse un pasaje a Rusia, especialmente porque Abel Aguilar (Deportivo Cali) y Carlos Sánchez (Espanyol) son titulares y Matheus Uribe (América de México), Daniel Torres (Alavés) y Jéfferson Lerma (Levante) han sido llamados por el entrenador argentino que dirige la tricolor.

Pérez sonó fuerte para irse a Huracán y Colo-Colo, pero nada se concretó. ¿Estará al menos en la lista de 35 jugadores preseleccionados para el Mundial, que se conocerá el 14 de mayo? Por ahora, ese es el objetivo fundamental. Para lograrlo necesita jugar, en Boca o en otro lado.

La rotura de ligamentos en la rodilla izquierda no sólo dejó a Sebastián Pérez herido físicamente; también le aguijoneó el alma. El jueves 6 de abril del año pasado, durante la práctica matutina, chocó con su compatriota Wílmar Barrios. Y el horizonte se le oscureció. Entonces, el volante que había sido una de las grandes figuras en el Atlético Nacional que ganó la Copa Libertadores de América y que había llegado a Boca Juniors con el objetivo de ser el patrón del mediocampo se quedó vacío. Justo cuando empezaba a afirmarse como el reemplazante de Fernando Gago, quien se había desgarrado dos semanas antes.

Hoy, el futuro de Pérez es una incertidumbre y el Mundial de Rusia parece cada vez más lejos. Entonces, cuando en el comienzo del año se hablaba mucho más de Barrios, Frank Fabra y Edwin Cardona por una denuncia de violencia de género que terminó en un acuerdo extrajudicial con las mujeres involucradas, Seba evaluaba los pasos a seguir. A esta altura, nadie puede asegurar su continuidad en el gigante azul y oro. Mucho menos su presencia en la nómina definitiva de Colombia para el Mundial.

Parece mentira, pero el menos ruidoso de los cuatro colombianos que visten la camiseta de Boca está más cerca de irse que de quedarse. Necesita continuidad para ser tenido en cuenta por José Pékerman. Y es consciente de que difícilmente logrará un lugar preponderante en el líder de la Superliga argentina. Sobre todo después de haber quedado afuera de la nómina de concentrados ante Colón de Santa Fe y San Lorenzo. Frente a Temperley estuvo en el banco de suplentes, pero no saltó al campo de juego. Esta situación lo tiene tenso. No le gusta. Y está algo molesto.

Cuando se lesionó, Pérez formaba parte del equipo inicialista. Había tomado el lugar de Gago, su ídolo desde sus tiempos juveniles en Medellín. La lesión lo marginó durante nueve meses. Volvió el 15 de enero, ante Godoy Cruz en Mendoza. El amistoso de verano marcó el regreso del mediocampista, quien jugó 90 minutos en un equipo cargado de suplentes y juveniles. “Estoy feliz de haber aguantado todo el partido”, declaró el jugador de 24 años que estuvo 289 días sin actividad.

Pérez creyó que iba a tener más posibilidades. Jugó el segundo tiempo ante Aldosivi, otro de los partidos preparatorios. “Tenía ganas de sumar minutos y confianza. Sabemos que hay mucha competencia, que hay tres jugadores en el puesto”, dijo Pérez, consciente de que corre en desventaja, una situación que asumió cuando Guillermo Barros Schelotto lo dejó afuera de la lista de convocados el último sábado en la Bombonera.

Gago será titular cuando se recupere de la lesión ligamentaria que sufrió en octubre. Barrios está cada vez más firme en el medio, al margen de que estuvo ausente en los últimos amistosos por el affaire con la justicia. Y el uruguayo Nahitán Nández se impone como una rueda de auxilio permanente.

Bajo esta coyuntura, Pérez perdió terreno. Y no está dispuesto a ser confinado a la reserva o al banco de suplentes. El Mellizo no lo tiene entre sus prioridades. Y Pékerman ya le advirtió que deberá tener rodaje para ser considerado en la plantilla mundialista. Sabe el antioqueño, además, que tendrá que esforzarse para asegurarse un pasaje a Rusia, especialmente porque Abel Aguilar (Deportivo Cali) y Carlos Sánchez (Espanyol) son titulares y Matheus Uribe (América de México), Daniel Torres (Alavés) y Jéfferson Lerma (Levante) han sido llamados por el entrenador argentino que dirige la tricolor.

Pérez sonó fuerte para irse a Huracán y Colo-Colo, pero nada se concretó. ¿Estará al menos en la lista de 35 jugadores preseleccionados para el Mundial, que se conocerá el 14 de mayo? Por ahora, ese es el objetivo fundamental. Para lograrlo necesita jugar, en Boca o en otro lado.