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Aunque los organizadores de las principales ligas de fútbol de Europa habían dicho que a mediados de abril tomarían una decisión sobre la cancelación definitiva de los campeonatos, las grandes pérdidas económicas que generarían los han obligado a esperar un poco más. La Bundesliga alemana aplazó para el 23 de abril la reunión inicialmente prevista para este viernes, con el fin de determinar el camino a seguir en la primera y la segunda división, en medio de la pandemia del COVID-19.
Aunque varios equipos teutones ya comenzaron entrenamientos, siguiendo medidas de seguridad y salud que exigen las autoridades, las competiciones están interrumpidas por lo menos hasta el 30 de abril.
“El motivo del aplazamiento es darle más tiempo a los clubes y a las ligas de preparar las decisiones que hay que tomar”, dice en un comunicado la Federación Alemana de Fútbol.
Así las cosas, se abren las puertas para una cancelación definitiva, pues el tiempo se agota y no sería suficiente para terminar el campeonato 2019-2020 e iniciar a tiempo la temporada 2020-2021, que normalmente arranca a finales de agosto.
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Los 36 equipos de la primera y la segunda categoría del fútbol profesional deberán decidir si las competiciones pueden reanudarse en función de las decisiones que hayan tomado para ese momento las autoridades sanitarias y políticas.
La canciller Angela Merkel y los primeros ministros de los 16 estados federados tendrán este miércoles una reunión para evaluar la posibilidad de flexibilizar algunas de las medidas restrictivas que rigen en la lucha contra el virus.
Ya no se trata ni siquiera de definir el campeón. Bayern Múnich lidera la tabla con cuatro puntos de ventaja sobre el Borussia Dortmund, una ventaja remontable en lo que falta. La duda tiene que ver más bien con la necesidad de los clubes de comenzar a generar ingresos, pues llevan más de un mes sin jugar, pero con las mismas obligaciones económicas.
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En Italia, España, Inglaterra y Holanda ocurre lo mismo. Financieramente los únicos capaces de afrontar la crisis, sin tomar medidas extremas, son los equipos de la Premier League. Los de los demás países necesitan que se reanuden actividades para que sus finanzas logren alguna recuperación.
El principal problema es que ante las dramáticas cifras de muertos (más de 120.000) e infectados en el mundo (cerca de dos millones de personas) la erradicación del coronavirus no parece cercana.
La Serie A italiana descartó ayer la opción de comenzar a jugar a puerta cerrada pues el Gobierno anunció que solo se podría hasta que se encuentre una vacuna contra el COVID-19.
Sandra Zampa, subsecretaria de Sanidad italiana, explicó: “creo que se puede renunciar al fútbol al menos durante un mes más. Los estadios llenos solo los veremos cuando se den las condiciones de máxima seguridad”.
En ese país está más cerrado el duelo por el título. Juventus es líder con un punto de ventaja sobre el Lazio. Una situación similar se vive en España, con la lucha entre Barcelona y Real Madrid, separados apenas por dos unidades (58 a 56). En Inglaterra hay consenso en que al Liverpool deberían declararlo campeón gracias a los 25 puntos que le lleva a su escolta, el Manchester City.
Lo cierto es que en los próximos días habrá humo blanco, bien sea para que la pelota vuelva a rodar o para que millones de personas involucradas en el fútbol prolonguen el descanso y recarguen energías para la próxima campaña.