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Transcurría el minuto 35 de juego. Colombia era lo más parecido a una tromba en ese momento. México estaba arrinconado contra las cuerdas y parecía que era cuestión de minutos para que el local se pusiera a ganar en El Campín.
Quizás el técnico Juan Carlos Chávez también vio y sintió lo mismo desde el banco de suplentes y por eso, contrario a hacer ajustes en su defensa, movió su delantera.
Al campo de juego fue el delantero Edson Rivera, quien a la postré terminó como el héroe mexicano y verdugo de los colombianos.
En el primer tiempo no fue mucho lo que pudo hacer, más allá de ayudar a mantener la ventaja que había conseguido México en el marcador y con la cual se fueron al descanso.
Pero en el complemento su presencia en el terreno de juego le significó a México la clasificación a semifinales en el Mundial Sub-20, pese a que Duván Zapata alcanzó a inquietar a los manitos con el gol de empate.
“La verdad nunca nos dimos por vencido, cuando cayó el empate apoyamos a ‘Toño’ el portero y siempre estábamos buscando el gol que nos devolviera la ventaja y por suerte se nos dio”, dijo el joven atacante del Atlas mexicano, quien a su vez reconoció que soñaba con la noche perfecta en la que entrara desde el banco de suplentes para darle una importante victoria a su equipo.
Sus 1.81 metros de estatura le sirvieron para conseguir el empate con un certero cabezazo, gracias en gran parte “a que mi marca se fue para adelante en el cobro y me dejó solo (…) fue un gol espontáneo porque la verdad mi fuerte no es el balón aéreo”.
En cambio una de sus virtudes sí es el remate potente, tal y como lo demostró en el tanto que enmudeció a los cerca de 40 mil aficionados presentes en El Campín. Fue la estocada final para Colombia y la ratificación de la superioridad de México en la cancha.
“En ese gol el balón le hizo un extraño al arquero, así como le sucedió al de nosotros en el tanto que recibimos (…) es que esa pelota se mueve mucho”, acotó a decir Rivera cuando se le preguntó cuál anotación le había gustado más.
Antes que mencionar los errores colombianos que le permitieron a México su clasificación a semifinales, Rivera destacó lo hecho por su equipo en el campo de juego, en donde destacó que “supimos manejar el partido y los momentos, tanto a favor como en contra. Hemos cambiado la mentalidad en el fútbol mexicano, siempre buscamos más y no nos conformamos”.
De igual manera aseguró que ni la altura ni el público los afectó en lo más mínimo durante los 90 minutos de juego, ya que “en la cancha somos 11 contra 11 y los factores externos los supimos manejar”.
Ahora poco le preocupa cuál rival tendrá en semifinales. Para él enfrentar a Brasil o España será de igual forma un gran compromiso pues finalmente “el rival no nos importa porque para ser campeones toca ganarle al que nos pongan”.