Suspendido el duelo Santos vs. Independiente, por disturbios en las tribunas

El club argentino avanzó a cuartos de final de la Copa Libertadores de América, en los que enfrentará al vencedor de la serie entre Racing y River Plate, que se define este miércoles.

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EFE
29 de agosto de 2018 - 01:43 a. m.
El duelo en el estadio Pacaembú se suspendió por incidentes en la tribuna. / AFP
El duelo en el estadio Pacaembú se suspendió por incidentes en la tribuna. / AFP
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El Independiente de Argentina argentino se clasificó este martes a los cuartos de final de la Copa Libertadores de América tras empatar a cero con el Santos de Brasil, en el estadio Pacaembí de Sao Paulo, en un partido que fue suspendido a falta de 12  minutos por incidentes provocados por algunos fanáticos del club local.

La serie resultó afectada horas antes del comienzo del partido de vuelta por la decisión de la Conmebol de conceder al Independiente la victoria por 3-0 en la ida en lugar del 0-0 que resultó en la cancha. La sanción de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) fue motivada por la inclusión irregular en el once del Santos para ese encuentro en territorio argentino del mediocentro uruguayo Carlos Sánchez, sobre quien pesaba una antigua suspensión cuando militaba en el River Plate.

A pesar del cambio del resultado decidido en los despachos, Sánchez fue autorizado para jugar este martes en un partido que desde el comienzo resultó tenso y que terminó por falta de garantías antes del fin del tiempo reglamentario por decisión del árbitro chileno Julio Bascuñán consultada con los responsables de ambos equipos.

El conjunto rojo de Avellaneda, que se dio el lujo de desperdiciar un penalti a través de Maximiliano Meza, en el minuto 45, se enfrentará en la instancia de los ocho mejores con el vencedor del duelo del miércoles entre  los también argentinos Racing y River Plate.

El Santos intentó sin éxito la remontada en el estadio Pacaembú ante una afición que pedía venganza tras la decisión de la Conmebol. Con más emoción que fútbol, el partido estuvo marcado por las constantes interrupciones debido a las cerca de 50 faltas pitadas y a los incidentes de los últimos minutos con la afición local que obligaron al árbitro a pitar el final antes de tiempo.

El juego se detuvo después del lanzamiento de petardos y bengalas por parte de ultras del Santos y el intento de estos de invadir el césped, lo que obligó a intervenir a las fuerzas de seguridad. Con la necesidad de anotar cuatro goles para avanzar directamente a cuartos de final, los dirigidos por Cuca ejercieron desde el comienzo una presión absoluta sobre la portería de Martín Campaña.

Meza obligó al portero Vanderlei a emplearse a fondo en un lanzamiento de falta directa y después reclamó en vano un penalti tras un contacto por detrás de Lucas Veríssimo.  A partir de ahí, el Santos consiguió rehacerse, corrió y luchó cada pelota, pero tuvo muy poca efectividad a pesar de salir con cuatro atacantes: Derlis González, Gabigol, Bruno Henrique y Rodrigo, la perla fichada por el Real Madrid.

Independiente resistió el ímpetu local y tuvo la suficiente paciente para esperar su momento. En un contragolpe Hernández recibió en el área, intentó regatear al meta Vanderlei y este último le derrumbó cuando ya enfilaba la línea de meta. Esta vez sí el árbitro pitó la pena máxima. Meza fue el encargado de lanzar desde los once metros, pero su disparo fue rechazado por el arquero brasileño en el minuto 45.

En la reanudación, Cuca movió el banquillo. Sacó a Bruno Henrique y dio entrada al centrocampista costarricense Bryan Ruíz. La intensidad del Santos no disminuyó y cerca estuvieron de estrenar el marcador por medio de Gabigol, quien no aprovechó en el área pequeña un pase de la muerte de Víctor Ferraz.

Como en la primera mitad, los locales volcaron el juego por la derecha, aunque volvieron a pinchar en hueso, mientras que Independiente apostó por la calidad de Meza y sus contragolpes. En una de esas transiciones rápidas, Vanderlei obró un nuevo milagro al tocar con la punta de los dedos un tiro envenenado de Francisco Silva.

Más tarde la suerte se alió con el portero después de que Pablo Hernández estrellara un balón en el travesaño. A falta de quince minutos al Santos se le hizo demasiado cuesta arriba la eliminatoria y dejó de creer en una remontada imposible que se certificó cuando la hinchada local enfureció y obligó a cerrar antes de tiempo esta accidente eliminatoria.

Por EFE

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