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Así se le ve en los últimos partidos a Thomas Tuchel, el técnico alemán del Paris Saint-Germain. Tras un esguince de tobillo y una lesión en el quinto metatarsiano, el entrenador tuvo que someterse a una operación que no lo alejó de su lugar en la dirección del plantel. Inquieto y con ganas de saltar y salir corriendo. Contra el Atalanta, por los cuartos de final de la Champions League, a Tuchel se le vio inquieto. Y con dos goles sobre el final del partido, el que lleva la batuta en la ópera del PSG saltó y corrió como pudo para abrazar a los suyos y celebrar una clasificación que parecía irse de las manos.
El partido de hoy contra el Leipzig, y contra uno de sus discípulos en el fútbol, Julian Nagelsmann, que dirige al cuadro alemán, fue un poco más tranquilo para él. Se le vio dando indicaciones desde su butaca y pocas veces se le vio inquieto y con ganas de movilizarse en la dirección y velocidad con que lo hacía el equipo francés. Lo cierto es que con la quietud de sus circunstancias ha sabido darle a sus jugadores las indicaciones necesarias para llevarlos a la final de Champions League que se jugará el domingo en el estadio del Benfica.
Tuchel como jugador no obtuvo mayor reconocimiento. Por algunos años estuvo en el Stuttgarter Kickers de la segunda división del fútbol alemán. Tal vez adelantándose a su tiempo fue educando su visión y sus conceptos para adaptarlos en un liderazgo que estaría representado en su rol como entrenador.
Desde hace 20 años empezó su experiencia como entrenador. Con las juveniles del VFB Stuttgart, del FC Augsburg y del Mainz 05, Tuchel fue sumando vivencias como director técnico. Un ojo agudo para aliarse con los talentosos, para complementar personalidades y estilos de juego, y una disciplina digna de los alemanes son virtudes que fue trabajando desde sus adentros para armar equipos competitivos en el fútbol local. Con el Mainz 05 debutó oficialmente en la Bundesliga en el 2009, año en el que el club era el recién ascendido a la máxima división de Alemania.
Con el Mainz estuvo seis años. En el 2010 logró el récord de mayor número de victorias en un comienzo de temporada en aquel entonces. Un total de siete partidos ganados al hilo tenían todos los reflectores señalando a Tuchel y su plantel. Fue un momento efímero, que a la larga no significó quedarse con la liga, que solo ayudó para que el equipo clasificara a la Europa League del año siguiente.
Por la forma en que se ha presentado la historia pareciera que Tuchel le sigue los pasos a Jurgen Klopp. Este último jugó en el Mainz. Y fue, quizá, el mejor entrenador que tuvo el Borussia Dortmund en la última década. Cuando Klopp se fue para el Liverpool, Tuchel fue contratado por el submarino amarillo. Llegó en 2015 y estuvo allí hasta el 2018. Una Copa de Alemania y el comandante de aquel submarino que no perdió en casa por dos años fueron los hitos que dejó en los negriamarillos. Ahora en el PSG, Tuchel pisa el rastro del Klopp en la Champions, pues el entrenador del Liverpool ganó el anhelado trofeo el año pasado, ahora parece que el DT de los parisinos busca arrebatarle ese título este año.
Equipos compactos, que alternan sus alineaciones entre un 4-4-2 y un 4-3-3. Este último es el que más se ha visto en los últimos partidos del Paris Saint-Germain, equipo en el que llegó en 2018 y en el que ha ganado ya seis títulos: dos ligas, dos supercopas de Francia, una Copa de Francia y una Copa de la Liga de Francia.
Si bien cuenta con el respaldo económico que tanto poderío le da al fútbol contemporáneo, la mano de Tuchel se expresa en la rapidez de sus equipos, en la presión alta, el volumen ofensivo y la disposición de jugadores como Kylian Mbappé, Neymar, Ángel Di Maria o Ander Herrera, bastiones del eje táctico del cuadro parisino que alcanzó la final de la Champions League y espera poder hacer historia, pues solamente el Olympique de Marsella ha ganado el torneo continental para su país.
