Una ilusión a 12 pasos

La efervescencia del momento. La misma bronca de una eliminación. El malestar por saber que la semifinal era posible. Tantos sentimientos terminaron condensándose en aquella famosa frase que, incluso cuatro años después, sigue dando hasta para comerciales: “Era gol de Yepes”.

Cuatro palabras y trece letras fueron suficientes para opacar la histórica participación de Colombia en Brasil 2014.  El reclamo popular, infundado por demás, terminó siendo más importante que el quinto lugar en el mundial y la Bota de Oro de James Rodríguez.

Justamente, para que el 10 se consagrara goleador, el descuento frente a los locales en Fortaleza resultó definitivo. Y de paso, entabló una conexión especial con el primer festejo de la selección en una Copa del Mundo. Nexo con distancia definida incluso.

El más reciente grito tricolor mundialista fue a 11 metros, como los mismos 12 pasos que separaron a Francisco ‘Cobo’ Zuluaga del arquero uruguayo Roberto Eduardo Sosa en el estadio Carlos Dittborn de Arica.  Penalti que cambió por gol el capitán nacional en Chile 62, aquel 30 de mayo a los 19 minutos de juego para el 0-1 transitorio.

Al final, el resultado fue el mismo: derrota por 2-1 y con verdugos suramericanos. La celeste en suelo austral y hace cuatro años la auriverde. En ambos casos, se perdió con campeones del mundo.

Caso distinto a la particularidad que ató el último grito en Francia 98 con el primero en Brasil 2014, cuando los dos aparte de deparar alegrías en el resultado con triunfos, tuvieron sabor Pacífico, tumaqueño en realidad. Léider Preciado marcó el único en la cita gala, mientras Pablo Armero, en el mundial pasado, abrió el camino contra los griegos en Belo Horizonte.

Pero volviendo al punto, blanco para más señas, Colombia en los mundiales no ha padecido las penas máximas. Aparte de las dos reseñadas, le sancionaron una más a favor. Fue hace cuatro años contra Japón, en el cierre del Grupo C en Cuiabá. Juan Guillermo Cuadrado se encargó del cobro para iniciar la goleada (4-1).

Igual hasta en contra, la tricolor ha salido bien librada. En el único penalti que le han pitado, hubo festejo. En el partido frente a Yugoslavia el 14 de junio de 1990, René Higuita se vistió de héroe en el estadio Renato Dall’Ara de Bologna. El ‘Loco’ le atajó el penal a Faruk Hadzibegic, en encuentro que perdió el equipo nacional 1-0.

Luego vendría el memorable empate con Alemania para avanzar a octavos en Italia, logro que superó la selección en la pasada Copa del Mundo bajo la dirección de José Pékerman, cuyo proceso que ya completa siete años, también ha tenido alegrías desde los 11 metros.

Cómo olvidar, por ejemplo, las dos definiciones de Falcao a Bravo en el Metropolitano, en ese épico 3-3 con Chile que supuso el regreso mundialista tras tres eliminaciones consecutivas; la clasificación a semifinales de la Copa América Centenario 2016 al ganarle la serie 4-2 a Perú tras el empate a cero en tiempo regular, o recientemente, el zurdazo de Juan Fernando Quintero que selló la remontada contra Francia en el mismísimo Stade de France para el 2-3 en marzo pasado. 

Para algunos suerte, otros lo consideran como una prueba de personalidad y el examen de fortaleza mental. Como sea, es asignatura aprobada por Colombia y si es necesario repasarla, basta acudir a la memoria para resolver. En pocas palabras, la selección ya va 12 pasos adelantada. 

Falcao, el elegido

De presentarse un penalti a favor en el Mundial de Rusia, el encargado de cobrarlo en Colombia tiene número asignado: 9. Falcao es el dueño del balón para ponerlo en el punto blanco del área. 

Ser el anotador histórico de la selección le da el suficiente aval, pero no es la única razón para contar con la venia de Pékerman. De los 29 gritos oficiales del samario vestido de tricolor, cinco han sido por esa vía.

El primer penal convertido del Tigre con la absoluta fue frente a Bolivia en la Copa América de Argentina 2011. Carlos Arias, la víctima en el 2-0 para redondear una fase de grupos perfecta. Tuvo eso sí, algo peculiar: debió repetir el cobro por orden delárbitro mexicano Francisco Chacón, al sancionar una pausa notoria en el camino a la ejecución.

Al siguiente juego, fallaría la única pena máxima con Colombia, en la derrota 2-0 con Perú en cuartos, pero de ahí en adelante la efectividad volvió a estar de su lado. De hecho la revancha con los incas le llegó en la eliminatoria y en el Metropolitano.

Después serían los dos en el épico 3-3 con Chile en el camino a Brasil y luego a Kuwait. Un cheque al portador. Y con Falcao, siempre se le puede consignar a la ilusión.

La efervescencia del momento. La misma bronca de una eliminación. El malestar por saber que la semifinal era posible. Tantos sentimientos terminaron condensándose en aquella famosa frase que, incluso cuatro años después, sigue dando hasta para comerciales: “Era gol de Yepes”.

Cuatro palabras y trece letras fueron suficientes para opacar la histórica participación de Colombia en Brasil 2014.  El reclamo popular, infundado por demás, terminó siendo más importante que el quinto lugar en el mundial y la Bota de Oro de James Rodríguez.

Justamente, para que el 10 se consagrara goleador, el descuento frente a los locales en Fortaleza resultó definitivo. Y de paso, entabló una conexión especial con el primer festejo de la selección en una Copa del Mundo. Nexo con distancia definida incluso.

El más reciente grito tricolor mundialista fue a 11 metros, como los mismos 12 pasos que separaron a Francisco ‘Cobo’ Zuluaga del arquero uruguayo Roberto Eduardo Sosa en el estadio Carlos Dittborn de Arica.  Penalti que cambió por gol el capitán nacional en Chile 62, aquel 30 de mayo a los 19 minutos de juego para el 0-1 transitorio.

Al final, el resultado fue el mismo: derrota por 2-1 y con verdugos suramericanos. La celeste en suelo austral y hace cuatro años la auriverde. En ambos casos, se perdió con campeones del mundo.

Caso distinto a la particularidad que ató el último grito en Francia 98 con el primero en Brasil 2014, cuando los dos aparte de deparar alegrías en el resultado con triunfos, tuvieron sabor Pacífico, tumaqueño en realidad. Léider Preciado marcó el único en la cita gala, mientras Pablo Armero, en el mundial pasado, abrió el camino contra los griegos en Belo Horizonte.

Pero volviendo al punto, blanco para más señas, Colombia en los mundiales no ha padecido las penas máximas. Aparte de las dos reseñadas, le sancionaron una más a favor. Fue hace cuatro años contra Japón, en el cierre del Grupo C en Cuiabá. Juan Guillermo Cuadrado se encargó del cobro para iniciar la goleada (4-1).

Igual hasta en contra, la tricolor ha salido bien librada. En el único penalti que le han pitado, hubo festejo. En el partido frente a Yugoslavia el 14 de junio de 1990, René Higuita se vistió de héroe en el estadio Renato Dall’Ara de Bologna. El ‘Loco’ le atajó el penal a Faruk Hadzibegic, en encuentro que perdió el equipo nacional 1-0.

Luego vendría el memorable empate con Alemania para avanzar a octavos en Italia, logro que superó la selección en la pasada Copa del Mundo bajo la dirección de José Pékerman, cuyo proceso que ya completa siete años, también ha tenido alegrías desde los 11 metros.

Cómo olvidar, por ejemplo, las dos definiciones de Falcao a Bravo en el Metropolitano, en ese épico 3-3 con Chile que supuso el regreso mundialista tras tres eliminaciones consecutivas; la clasificación a semifinales de la Copa América Centenario 2016 al ganarle la serie 4-2 a Perú tras el empate a cero en tiempo regular, o recientemente, el zurdazo de Juan Fernando Quintero que selló la remontada contra Francia en el mismísimo Stade de France para el 2-3 en marzo pasado. 

Para algunos suerte, otros lo consideran como una prueba de personalidad y el examen de fortaleza mental. Como sea, es asignatura aprobada por Colombia y si es necesario repasarla, basta acudir a la memoria para resolver. En pocas palabras, la selección ya va 12 pasos adelantada. 

Falcao, el elegido

De presentarse un penalti a favor en el Mundial de Rusia, el encargado de cobrarlo en Colombia tiene número asignado: 9. Falcao es el dueño del balón para ponerlo en el punto blanco del área. 

Ser el anotador histórico de la selección le da el suficiente aval, pero no es la única razón para contar con la venia de Pékerman. De los 29 gritos oficiales del samario vestido de tricolor, cinco han sido por esa vía.

El primer penal convertido del Tigre con la absoluta fue frente a Bolivia en la Copa América de Argentina 2011. Carlos Arias, la víctima en el 2-0 para redondear una fase de grupos perfecta. Tuvo eso sí, algo peculiar: debió repetir el cobro por orden delárbitro mexicano Francisco Chacón, al sancionar una pausa notoria en el camino a la ejecución.

Al siguiente juego, fallaría la única pena máxima con Colombia, en la derrota 2-0 con Perú en cuartos, pero de ahí en adelante la efectividad volvió a estar de su lado. De hecho la revancha con los incas le llegó en la eliminatoria y en el Metropolitano.

Después serían los dos en el épico 3-3 con Chile en el camino a Brasil y luego a Kuwait. Un cheque al portador. Y con Falcao, siempre se le puede consignar a la ilusión.