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Un estadio efervescente, un partido con tintes de final y la mirada atenta de todo un continente: así se vivirá este jueves el choque entre Uruguay y Perú, dos rivales directos en la eliminatoria sudamericana rumbo a Catar-2022.
El duelo puede definir en Montevideo uno de los últimos cupos de la región para la Copa del Mundo y la selección de Colombia mira con especial interés cuál será el ganador de la contienda.
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La Celeste, cuarta con 22 puntos, y la Blanquirroja, quinta con 21, protagonizan una carrera cabeza a cabeza para sacar un boleto directo al Mundial de noviembre, al que por Sudamérica clasifican los cuatro equipos mejor posicionados. El quinto va a un repechaje con una selección asiática. Según las estadísticas, tanto Uruguay y Perú tienen las mayores chances de clasificar, mientras que Colombia tiene un 3% de probabilidades de entrar por repechaje y menos del 1% de entrar directo.
Los charrúas pueden lograr su objetivo el mismo jueves si derrotan a Perú y, en simultáneo, el ya clasificado Brasil vence a Chile que, sexto con 19 puntos, por ahora se mantiene en la pelea. Un escenario que al equipo de Reinaldo Rueda solo lo dejaría con posibilidades de entrar por repechaje.
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Con esa posibilidad en puerta, el público uruguayo agotó las entradas y el mítico Centenario será una caldera con más de 50.000 hinchas locales y unos 2.000 simpatizantes peruanos.
El decisivo choque por la penúltima fecha de las eliminatorias comenzará, como los demás encuentros, a las 6:30 (hora colombiana) y será arbitrado por el brasileño Anderson Daronco.
Uruguay vs. Perú: una final
Uruguay jugará ante Perú “como si fuera una final”. La frase que pronunció el lunes Diego Alonso en conferencia de prensa puede sonar a latiguillo en el universo futbolero, pero en esta ocasión define con bastante exactitud el sentimiento de hinchada y selección.
El entrenador, quien sustituyó en enero a Oscar Tabárez en una suerte de ‘operación rescate’ de la selección uruguaya tras una seguidilla de malos resultados, sabe que también se juega el futuro de su recién iniciado proceso.
La Celeste ostenta en su haber un historial con amplio favoritismo frente a Perú en el Centenario. De los 25 partidos que jugó como local ante los incas desde 1930, ganó 16, empató siete y apenas fue derrotada en dos ocasiones (por eliminatorias en 1981 y 2004), según estadísticas de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
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No obstante, nada está dicho para la siempre combativa Blanquirroja, cuyos jugadores se han mostrado confiados en repetir la histórica clasificación que consiguieron para Rusia 2018 luego de 36 años de ausencias en los mundiales.
“Ya hicimos historia en otros países en donde no habíamos ganado, lo hicimos y esperemos que esta vez no sea la excepción”, dijo el lunes el defensa peruano Miguel Araújo, antes de afirmar que tanto este partido como el próximo contra Paraguay serán “finales”.
El equipo dirigido por el argentino Ricardo Gareca volverá a sufrir la ausencia por lesión de sus referentes Paolo Guerrero y Jefferson Farfán.
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Uruguay, en tanto, contará con sus goleadores históricos Luis Suárez y Edinson Cavani, aunque ambos se encuentran lejos de su mejor momento y vienen con pocos minutos en sus clubes, el Atlético de Madrid y Mánchester United.
En Uruguay se juega otro partido además de las eliminatorias
Por su incidencia en la clasificación al Mundial, casi una cuestión de Estado en una sociedad futbolera como la uruguaya, el partido frente a Perú ha adquirido incluso ribetes políticos.
Es que el choque tendrá lugar tres días antes de que se someta a referéndum parte de una ley emblema del gobierno uruguayo que la oposición quiere derogar, y algunos dirigentes creen que el resultado en la cancha puede incidir en el resultado electoral.
Mientras que los que estén a favor de la derogación tendrán que colocar en la urna una papeleta rosada, quienes apoyen al gobierno irán con una papeleta celeste, en una oferta de colores que algunos consideran desleal por el simbolismo deportivo.
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Incluso la exvicepresidenta Lucía Topolansky propuso que los jugadores usen por esta vez una camiseta “mitad celeste y mitad rosada”, algo que desde la AUF se descartó de plano.
Un condimento extrafútbol para un choque que congregará todas las miradas.