Se le acaba el tiempo a Lunari

Ricardo Lunari, D.T. de Millonarios. / El Espectador

Con la urgencia de conseguir un buen resultado llegaba Millonarios al Metropolitano de Barranquilla para enfrentar al Júnior. Sin embargo, el conjunto tiburón le propinó otro duro golpe al equipo dirigido por el argentino Ricardo Lunari, al derrotarlo 2-0.

Jorge Aguirre y Édison Toloza, de penal, fueron los encargados de darle la quinta victoria al equipo costeño en el torneo colombiano.

Y es que fuera de casa el cuadro albiazul no ha podido desplegar el mismo fútbol que tuvo en las primeras jornadas cuando derrotó a Patriotas, Cúcuta y al Cortuluá en Bogotá. Ese, precisamente, es el déficit de Lunari durante este campeonato. De visitante, su manera de jugar es confusa, la defensa es desordenada y en el ataque sus jugadores lucen imprecisos. Ante el Deportes Tolima, Deportivo Cali, Águilas Doradas y ayer frente al Júnior expuso errores que le costaron los tres puntos.

Además, físicamente el equipo se ve disminuido. Y con el intenso calor que a esa hora (3:15 p.m.) hacía en Barranquilla, los jugadores no respondían. Y por si fuera poco, las lesiones se han vuelto el pan de cada fecha en Millonarios. Esta vez fue Javier Reina quien en los primeros minutos del compromiso presentó una molestia muscular, muy parecida a la que tuvieron Fabián Vargas y Federico Insúa en el clásico capitalino. Sin duda, algo que Lunari y su cuerpo técnico tendrán que revisar.

Pero más allá de los problemas físicos, el equipo no levanta cabeza. El Júnior lo dominó de principio a fin en el Metropolitano. Aunque en el segundo tiempo el cuadro azul intentó reaccionar, las ideas no aparecieron en el cuadro embajador. Máyer Candelo, Macalister Silva y Ómar Vásquez, quien ingresó por Insúa, no generaron peligro en el arco defendido por el uruguayo Sebastián Viera.

En el ataque, Fernando Uribe ha vuelto a ser el mismo que salió del Atlético Nacional: no genera peligro en las defensas rivales y las pocas oportunidades de gol que se le presentan no las aprovecha, y ayer quedó más que demostrado.

Aunque Lunari ha sido respaldado por la junta directiva, todo parece indicar que el tiempo de espera se le hace más estrecho. Los resultados no lo acompañan y sus jugadores no le responden en la cancha.

Además, el estilo que debe tener un equipo que quiere pelear y ser protagonista en el campeonato no ha aparecido. Cada ocho días, en vez de exponer un buen funcionamiento y un sello propio en su juego, al conjunto embajador se le ve confundido y desorientado.

Entre semana, Millonarios jugará ante el Deportivo Pasto en El Campín, y en ocho días recibirá al Boyacá Chicó, dos partidos en los que el estratega argentino y sus dirigidos están obligados a sumar seis puntos si quieren seguir luchando por clasificar a los playoffs del fútbol profesional colombiano.