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Selección Colombia Sub-20, pronto enamorará

Lo importante es que el equipo nacional está a un paso de ser campeón y tengo la sensación de que en el futuro, y específicamente para el Mundial de Turquía, veremos un mejor nivel.

Luis Alfonso Marroquín * / Especial para El Espectador
03 de febrero de 2013 - 02:00 a. m.
John Córdoba es uno de los goleadores de la selección, con cuatro tantos. Si hoy contra Paraguay marca al menos uno, sería máximo anotador del torneo.  / AFP
John Córdoba es uno de los goleadores de la selección, con cuatro tantos. Si hoy contra Paraguay marca al menos uno, sería máximo anotador del torneo. / AFP

Eduardo Lara, extécnico de selecciones juveniles y de la mayor, nos dejó una herencia infortunada: la filosofía de tratar de ganar sin convencer. “Se juega como nunca y se pierde como siempre”, era un adagio nuestro. Del pasado, creo yo. Ahora Colombia está ganando como nunca con la convicción de mejorar. Pero siempre es mejor perfeccionar con el optimismo de las victorias. Eso se lo debemos a José Néstor Pékerman, su pensamiento, “el que no avanza, retrocede”, es el indicado. Y Carlos El Piscis Restrepo entiende eso, que tiene materia prima que puede ser siempre mejor. Soy consciente de que con muy buenos jugadores esta selección sub-20 no ha cohesionado. Pero el técnico ha dado parámetros de libertad, respetado el estilo de cada uno y será cuestión de tiempo para que todos se sincronicen. No hemos visto ninguna selección muy superior en el torneo, el nivel es muy parejo, tanto que se cometió la irreverencia de eliminar a Brasil y a Argentina. Y que Colombia pelee este domingo por el título me emociona. De hecho, tengo la seguridad de que será campeón.

La parte más esencial de un estratega es escoger bien, seleccionar a los mejores y convivir con el jugador, porque de nada vale ser recordado por su lápida como un sabio, sino ser recordado por todo lo que escribió o enseñó. En ese sentido, Carlos Restrepo no se ha equivocado. Él es un caballero, un educador, un líder. Explica bien, se expresa con claridad. Lo defiendo con su biografía en la mano: es un entrenador a carta cabal; además, es honesto, transparente. Y El Piscis es inteligente, no es como otros técnicos que se casan con jugadores por su biotipo. Carlos prefiere la técnica y los valores como la solidaridad y la amistad. No le importa la raza, la tez, ni mucho menos la estatura. ¿Qué tal que a mí me hubiera importado en 1985, cuando dirigía el equipo sub-20, que John Édison Castaño midiera como 1,68? ¿Qué tal que yo hubiera despreciado a René Higuita cuando lo vi por primera vez, de 14 años y de 1,66? Hubiéramos perdido semejantes talentos. Restrepo piensa lo mismo, así que tenga la seguridad de que los que están allí representándonos son los mejores.

Pero, por otro lado, no les podemos pedir a estos chicos mucho más de lo que han mostrado. Apenas se está conociendo Carlos con los jugadores y ellos se están acostumbrando a sí mismos. De hecho, si usted se fija, algunos han sido egocéntricos, no han pensado en grupo, porque como ahora la moda es que estos torneos los catapultan al fútbol de otras latitudes, quieren siempre hacer la suya. En mi tiempo, a nosotros nos dieron cuatro años para armar un equipo. En ese entonces los jugadores no tenían tanta experiencia profesional como los de ahora, mucho menos jugaban en Europa. A nosotros nos tocaba encontrarlos debajo de las piedras, siendo unos desconocidos. Pero esa época y esas circunstancias armaron un grupo muy unido. Yo tengo la esperanza de que en el tiempo que tenga Carlos para trabajar hasta el Mundial (junio próximo), pueda hacer que su equipo se entienda mejor. Y, eso sí, espero que no pase como hace 20 años, cuando Restrepo clasificó a Australia 93 y terminó dirigiendo Reinaldo Rueda: ¡Qué injustos fuimos con él!

En fin, ojalá le den tiempo. Los resultados por ahora se están dando por su manejo de grupo y por jugadores como Cristian Bonilla, para mí el mejor jugador del torneo. Mejor dicho, los errores de su defensa lo convirtieron el mejor jugador del certamen. Me han parecido muy interesantes Cristian Palomeque, Sebastián Pérez, John Córdoba —me encanta—, Juan Pablo Nieto —es muy inteligente— y Juan Fernando Quintero. Quintero es un Messi entre comillas. Porque su problema no es la técnica, sino la constitución, y deben hacerle un seguimiento en materia nutricional. Por lo demás es un chico excepcional, pero José Pékerman no se puede enloquecer con él, deberá, eso sí, acompañarlo, guiarlo, aconsejarlo y pulirlo para la selección de mayores en unos años.

Por ahora su presente es la sub-20. Es hoy que tiene que ser campeón. Yo apuesto a que lo será. Merecido lo tendrían todos.

 

* Extécnico selecciones juveniles

Por Luis Alfonso Marroquín * / Especial para El Espectador

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