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En las tribunas de El Campín mandan los barrabravas

En el clásico entre Millonarios y Nacional, aunque sólo se permitió el ingreso de hinchas embajadores, hubo actos de violencia verbal y discriminación contra los propios aficionados albiazules.

Redacción deportiva
01 de abril de 2016 - 09:10 p. m.
Los hinchas de Millonarios durante el partido del jueves contra Nacional. Foto: Andrés Torres
Los hinchas de Millonarios durante el partido del jueves contra Nacional. Foto: Andrés Torres

Gran parte de la hinchada de Millonarios disfrutó en las tribunas del estadio El Campín del triunfo de su equipo 2-1 ante Atlético Nacional, en juego aplazado de la sexta jornada de la Liga Águila. No obstante, a pesar de los programas de convivencia en el estadio que ha promovido la Dimayor, la violencia sigue siendo protagonista. No necesariamente se trata de agresiones físicas y actos vandálicos, es más exactamente la falta de respeto a los demás con insultos y tratos discriminatorios. (Lea también: Las críticas para Millonarios han sido excesivas)

El Espectador conoció la situación de varios hinchas que compraron boleta para ingresar al estadio, pero por el sólo hecho de no tener la camiseta de Millonarios fueron sacados de las tribunas por otros aficionados. “Una señora estaba parada en las escaleras de oriental platea baja y a la persona que no tenía una prenda del equipo no lo dejaba pasar y le decía que debía comprar una camiseta azul para poderse sentar ahí”, aseguró la persona afectada, quien es hincha de Millonarios, pero no pudo ver el partido de su equipo por miedo a ser agredido.

“Poco a poco comenzó a llegar más gente a insultarme y a decirme que era un paisa infiltrado. A pesar de que yo aseguré que era hincha de Millonarios, comenzaron a preguntarme resultados de partidos anteriores, respuestas que no di, no por desconocimiento sino por rabia ante la situación”, asegura el hincha. (Vea las imágenes del triunfo de Millonarios contra Nacional)

Y la violencia no fue sólo con seguidores azules, también con los simpatizantes del equipo contrario. Otro caso conocido fue el vivido por una mujer de unos 23 años, quien es paisa pero fue sin ningún distintivo de Nacional. Algún hincha de Millonarios le oyó el acento y comenzó a gritar a los demás que había una paisa infiltrada. La policía llegó hasta el lugar y le recomendaron que se fuera porque no podrían garantizarle su seguridad. En la gradería mandan los hinchas de las barras bravas y ni la policía ni el organizador del evento, en este caso Millonarios, impiden esa situación.

El reconocido exfutbolista de Independiente Santa Fe, Lucas Jaramillo, quien ahora es empresario de jugadores como Edwin Cardona y David Ospina, fue al estadio con el objetivo de llevar a su hijo a un buen partido como Millonarios vs. Nacional, no obstante, vivió toda una pesadilla, como lo publicó en su cuenta de Facebook.

“Ayer se me ocurrió con un amigo tener la “ingeniosa” idea de llevar a mi hijo al partido Millos vs. Nacional. Qué emoción llevarlo al estadio, pues ya le está gustando el fútbol… Pues qué error tan craso el que cometí. Soy enamorado de este deporte como pocos y he estado involucrado en toda mi vida con el fútbol, pero ayer me dio vergüenza con mi hijo ir al estadio a presenciar el odio que en este caso se tiene de la hinchada de Millos con el equipo Nacional de Medellín. 90 minutos de insultos hacia los paisas, la palabra más bajita era HP. Mi hijo en vez de contar en la casa los buenos goles de Silva de Millos, llego únicamente a contar de la agresividad y los putazos del público… y obviamente feliz diciendo la palabra mayor.

En el caso personal, sufrí porque al yo ser un PAISA y peor aun habiendo jugado en SANTA FE, las miradas hacia mi, bueno, ni se las digo.

¿A qué hemos llegado? Esto dejó de ser un lindo juego, un deporte, yo voy a muchos estadios en el país y fuera de él, pero la rivalidad agresiva que viví ayer me pareció penosa. No ayudamos además cerrando las puertas a la hinchada visitante.

Quería desahogarme y ver si este mensaje le llega a los hinchas y ciudadanos porque una cosa son los pocos desadaptados sociales que van al estadio, y a matarse entre ellos después, y otra cosa es ver como la agresividad se ha movido a todo el estadio no importa el nivel social, cultural o educativo. Creo que por acá debería empezar la tan anhelada Paz”, escribió el jugador. Un caso más de la violencia que se sigue viviendo en el fútbol nacional, por un odio sin sentido.

Por Redacción deportiva

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