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El volante colombiano James Rodríguez despidió 2016 con unas declaraciones repletas de frustración por no participar en la final del Mundial de Clubes. Luego de las vacaciones navideñas, que aseguró le servirían para decidir su situación en el Real Madrid, el 10 volvió a sonreír en el inicio de 2017 con un doblete y gran protagonismo ante el Sevilla, en el juego de ida de los octavos de final de la Copa del Rey, en el estadio Santiago Bernabéu.
Con el apoyo de la afición desde que su nombre se escuchó por los altoparlantes, James firmó su mejor actuación de la temporada. Apenas tres días después de una charla tranquilizadora con el técnico Zinedine Zidane, en la que aclararon el turbio final del año pasado.
Nadie esperaba las declaraciones de James en Yokohama. En la directiva, las palabras del colombiano sentaron muy mal, pero Zidane las comprendió. Sigue manteniendo vivas muchas cualidades de su etapa de futbolista y sabía exactamente lo que pasaba por la cabeza de un jugador que no tiene la continuidad que desea.
No tuvo duda en hacerle un guiño para aumentar su confianza. Sería titular en el primer partido del año, para dejar la piel y ser despedido con ovación cerrada y gran parte de los aficionados de pie tras 79 minutos que aprovechó para reivindicarse.
Es lo que desea Zizou: que sus jugadores le pongan las cosas difíciles para decidir y que, fruto de la altísima competencia, en días de bajas y rotaciones, como ocurrió con el Sevilla, su equipo no sólo no note las ausencias sino que además mejore su nivel.
La primera parte del Real Madrid rozó la perfección. En ese ritmo alto de juego y la presión en campo contrario apareció James pegado a banda derecha, asociándose con calidad con sus compañeros. A los 11 minutos un robo de Casemiro le dejó el balón al borde del área al cucuteño, dos amagues y zurdazo ajustado al poste imparable para el arquero Sergio Rico, para el 1-0.
El Bernabéu era consciente de los momentos duros que atraviesa el astro colombiano y le respondió con aplausos por su entrega y actitud, pues también apareció en acciones defensivas.
Para completar, luego del 2-0 que anotó el francés Raphael Varane, en el último minuto de la primera mitad logró su segundo tanto. Engañó al portero en un cobro de penalti y decretó el contundente 3-0 que deja al Madrid prácticamente en cuartos.
En la Copa del Rey James lleva tres goles en tres encuentros y ha vuelto a sonreír sintiendo todo el cariño de la exigente afición blanca. Aún está a tiempo de cambiar el rumbo de una temporada que iba por mal camino y que ahora pinta mucho mejor, porque con actuaciones como las de este miércoles, el colombiano se candidatiza para quedarse con la titular.