Publicidad

Cristiano Ronaldo, el ser humano detrás de la figura

El pasado lunes el portugués sumó una nueva distinción y obtuvo el tercer Balón de Oro en su carrera. Sin embargo, la vida y ascenso de este jugador no ha sido nada fácil.

Theo González Castaño
14 de enero de 2015 - 01:47 p. m.
ronaldoweb.com / ronaldoweb.com
ronaldoweb.com / ronaldoweb.com

El 5 de febrero de 1985 Cristiano Ronaldo ganó el primer partido de su vida. Llegaba a este mundo en la humilde barriada de Santo António en Funchal, capital de la isla de Madeira en Portugal. Su madre, María Dolores Aveiro, había contemplado la posibilidad de abortarlo por el difícil entorno social y económico en el que vivía junto a su familia. Mantener a Elma, Hugo y Katia, sus otros tres hijos, era una labor complicada y se estaba volviendo insostenible. Además no contaba con el amor y el apoyo de su esposo Dennis Aveiro.

Sin embargo, ese niño tenía que nacer y así lo comprendió María Dolores, luego de que el doctor que la acompañó durante su embarazo le aconsejara no abortarlo. Años después se daría cuenta que tomó la mejor decisión, no por el éxito en la carrera como futbolista de su hijo sino por el orgullo que le produjo su crianza y crecimiento.

Cristiano Ronaldo, cuyo segundo nombre es un homenaje al actor y posteriormente presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, afrontó las dificultades que se le presentaron en la vida. Actualmente es considerado como uno de los futbolistas más importantes del mundo y su fortuna es incalculable. Además se ha convertido en un fenómeno comercial y está muy cerca, aunque para algunos ya lo hizo, de escribir su nombre dentro de los mejores jugadores de la historia.

El Balón de Oro, un premio a la perseverancia

Cuando Cristiano Ronaldo recibió su tercer Balón de Oro el pasado lunes en la ciudad de Zúrich, las palabras de agradecimiento fueron para su madre, su hijo, Cristiano Ronaldo Júnior, y su padre fallecido en 2005. En medio de la emoción que le produjo recibir el reconocimiento, recordó a los suyos y sus orígenes. A pesar de ser un icono del deporte, ídolo de miles de personas y la exitosa imagen de cientos de marcas, se conmovió y le demostró a muchos que era mortal, un ser humano de carne y hueso. Dejó ver a ese niño que inició su sueño de ser futbolista en el Andorinha, el primer club en el que jugó, y que le permitió posteriormente ingresar, gracias a su talento, al Clube Desportivo Nacional cuando apenas tenía diez años. En el momento en que Thierry Henry anunció su nombre como el mejor futbolista del planeta, la expresión fue la misma cuando le anunciaron en el 2000 que el Sporting Club de Lisboa, uno de los equipos con mayor tradición en el país lo había contratado.

Y fue en el conjunto de Lisboa donde le ayudarían a superar otra de las pruebas que le puso la vida. Se trataba de su frecuencia cardiaca, era alta, parecía nunca detenerse incluso cuando estaba en reposo. Su sueño de ser futbolista profesional estaba en riesgo. Sin embargo, Cristiano Ronaldo probó que era un campeón de verdad, lo operaron en la mañana y en la tarde le dieron el alta. A los pocos días estaba entrenando, demostró que no podía vivir sin el fútbol.

Luego vino el éxito, los reconocimientos y los títulos para Cristiano. Sir Alex Ferguson, entrenador del Manchester United, lo vio jugando durante el verano del 2003 y se enamoró de sus habilidades. Decidió llevarlo para Inglaterra y le entregó el número siete para que lo luciera en su dorsal. Hacía pocos meses que había abandonado el club David Beckham, portador de esa emblemática numéración, y necesitaba un reemplazo a la altura. La joven promesa del fútbol portugués y de tan solo 18 años parecía la respuesta. Sir Alex no se equivocó, Ronaldo le respondió con goles a él y a todos los hinchas de los ‘red devils’. Enamoró con sus gambetas y desbordes a Old Trafford, demostró por qué le llamaban el teatro de los sueños.  Allí deleitó a todo el mundo por seis temporadas, conquistó 10 títulos locales y dos internacionales. Se coronó campeón del mundo, de la Liga de Campeones y recibió su primer Balón de Oro en 2008.

Llegó 2009 y con este un nuevo anhelo para el portugués de oro. Quería jugar en la liga española, hacer parte del Real Madrid y conquistar Europa junto a los ‘merengues’. Su traspaso, el más caro en la historia del fútbol en ese momento, se cerró por una cifra cercana a los 80 millones de libras. La expectativa que generó su arribo al club fue espectacular; 80 mil personas colmaron las gradas del estadio Santiago Bernabéu en su presentación oficial el 27 de junio de 2009. Ese día, el capitán de la selección portuguesa dijo que cumplía su sueño de niño, jugar en el Real Madrid.

Para Sir Alex Ferguson la salida de Cristiano del Manchester fue un momento difícil, se iba una de sus jugadores clave. Sólo tuvo palabras de agradecimiento,  y buenos deseos para el chico al que le dio toda su confianza y que llevó con tan solo 18 años a una de las mejores ligas del mundo . "No tengo nada más que elogios para el chico. Él es sin duda el mejor jugador del mundo. Es mejor que Kaká y mejor que Messi. Está muy por delante de todos ellos … Sus estadísticas son increíbles. Los disparos a puerta, tiros libres, incursiones en el área, los remates de cabeza. Todo está ahí. Absolutamente impresionante".

Con su arribo a España, Cristiano Ronaldo empezó a escribir páginas doradas para el deporte y la historia de Portugal, una pequeña nación de 10 millones de habitantes. Se convertía en el ejemplo para cientos de niños lusitanos y del mundo. Se convertía en un fenómeno deportivo y comercial llamado CR7.

Para algunos, Ronaldo es vanidoso y atractivo, para otros narcisista y prepotente, lo cierto es que hay un ser humano detrás de esa figura que cada fin de semana deslumbra a cientos de aficionados con su talento y habilidad. Y aunque parece haber conquistado el mundo del fútbol cuando está a punto de completar su sexta temporada en la casa blanca, aún tiene deudas pendientes como la obtención de importantes victorias con la selección de Portugal. A pesar de ello, Cristiano seguramente será elegido como el jugador portugués del siglo y como uno de los mejores de la historia; sin embargo algunas veces es bueno recordar que los ídolos también son de carne y hueso.

Por Theo González Castaño

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar