El talento ¿nace o se hace?, los brasileños han demostrado que con la magia para jugar al fútbol se nace, sin embargo al estar tanto tiempo por fuera de la tierra de la samba se corre el riesgo de olvidar lo que hace más atractivo al mundo del fútbol.
Robinho no quiere correr ese riesgo y lejos del calor de Santos, ciudad donde nació Robson Júnior, el brasileño se llevó a su pequeño a las instalaciones del Milán y le enseñó la técnica de la bicicleta que tan bien domina.
Por El Espectador
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