Realmente no es nada raro que los presidentes norteamericanos jueguen golf y que muestren sus dotes en el deporte en los campos más prestigiosos de Estados Unidos. Presidentes de la talla de Reagan, Jhon F. Kennedy y Clinton dejaron ver su pasión por el deporte.
Los ciudadanos estadounidenses han mostrado sus molestias respecto a la centésima ronda de golf que jugó Obama tras los cinco años que lleva de mandato.
El pasado sábado, el ejecutivo norteamericano se dio cita en el Farm Neck Club, en Oak Bluffs, Massachusetts, allí se deleitó jugando golf.
"El presidente es criticado por jugar golf. Yo no lo critico. Yo pienso que él puede jugar golf", dijo el exmandatario George Bush, en dialogo con el programa Tuesday with the Golf Channel's Jimmy Roberts.
"Sé lo que es estar en medio del trabajo y las presiones que se deben soportar a diario. Salir a jugar golf es importante para el presidente. Eso le da un tiempo de relajación", expresó.
Las declaraciones de Bush fueron tomadas sorpresivamente en medio de la sociedad gringa, ya que el expresidente no cogió un palo de golf en sus ocho años como presidente.
“El conflicto bélico en Irak me impidió jugar golf”, admitió.