Joaquín Cabrera, el futuro del golf en Colombia

Fue el único jugador aficionado y el más joven en el Country Club de Bogotá Championship, la semana pasasa. Con 20 años espera tomar lo más pronto posible la batuta de este deporte en nuestro país.

Felipe Raymond Fajardo
11 de febrero de 2020 - 09:06 p. m.
Cortesía
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En el Country Club se disputó el torneo de golf más importante de sudamérica. Para esta competición, el reconocido club de la capital colombiana hizo un torneo interno para que uno de sus socios pudiera compartir campo con algunos de los mejores jugadores del continente. Desde el año pasado, Joaquín Cabrera ha logrado ganar ese cupo y está compitiendo por segunda vez con profesionales. Con 20 años de edad, este estudiante de Administración de Empresas del CESA sueña con convertirse en un deportistas profesional, pero sin olvidar sus responsabilidad de conseguir el diploma de pregrado.

Desde muy pequeño su vida ha estado ligada a un campo de golf. La herencia de su abuelo y sus papás la ha acogido con todo el gusto del mundo. Aunque a los 5 años su mamá lo “obligara” a ir a clases, encontró la pasión por el deporte y, al ganarle a sus padres y su abuelo desde los 11 años, ha soñado con ganar más y más cada vez.

El profesionalismo no se le es ajeno, ha conocido personas alrededor del mundo que le han dado una idea de lo que es el mundo de la PGA, aun así sabe que le falta un largo camino por recorrer pero que las condiciones y las ganas están. Incluso desde pequeño ha soñado con tener su cuarto lleno de trofeos, y aunque ya tenga 150, no se conforma con eso y lograr algún galardón de la máxima categoría del golf mundial puede no estar muy lejos. En la edición de 2020, Joaquín no logró pasar el corte para disputar la ronda final. En sus participaciones de jueves y viernes hizo rondas de 75 y 70 respectivamente para un total de 145 (+4 golpes por encima del par de la cancha) y se despidió de la competencia.

¿Cómo empezó en el golf?

Yo llegue al golf porque desde los 3 o 4 años mi papá, mi abuelo y mi mamá jugaban. Yo los veía a ellos jugar y despues mi papá, me dio unos palos de golf. Empecé a pegar un par de bolas. A los 5 años mi mamá me llevó a clases y después de eso me empezó a gustar mucho. A los 9 años lo cogí en serio y practicaba casi todos los días.

¿Al principio no le gustaba?

Las primera clases mi mamá decía que me llevaba casi que obligado. Hoy en día sigo teniendo clase con el mismo profesor, Robert Herrera, es un gran amigo mio y me ha apoyado muchísimo. Pero más que todo, le cogí el gusto cuando me acompañaba mi papá al campo. Entre los 11 y 12 años le empecé a ganar y por eso le empecé a coger  el gusto de verdad al golf. 

¿Recuerda la primera vez que le ganó a su papá?

Cuando comencé a jugar torneos nacionales e internacionales tenía 9 años. En Estados Unidos también jugué torneos desde muy pequeño, incluso fui a mundiales en norteamérica. Una de ves que estaba de vacaciones y previo a un torneo en Texas le gané a mí papá en el campo de Silverhorn en la ciudad de San Antonio. Después de eso le ganaba con más regularidad, pero esa vez en San Antonio es la que más me acuerdo.

¿Cómo ha sido el apoyo de su universidad?

Desde que jugué el Country Club Colombia Championship en 2019, me apoyaron y me dijeron que no había problema con que faltara a clase. Lo único que me pidieron es que intentara no atrasarme con ninguna materia. Aun así me dijeron que estuviera tranquilo, que me concentrará en el campeonato y que estaban muy orgullosos de mi.

¿Ha considerado volverse jugador profesional?

Siempre he hablado con mis papás que antes de ser un golfista profesional tengo que terminar mi carrera universitaria y luego si puedo pensar en dedicarme a esto. En este momento no lo he descartado y realmente me gustaría serlo, siempre y cuando tenga mi diploma.

¿Qué le piden sus papás para apoyarlo con el golf?

Más que todo mi mamá me exigía buenas notas en el colegio y que no me metiera en problemas. Hubo una época en la que no me estaba yendo bien y mi mamá me quitó la talega, ese era el peor castigo de todos porque era algo que me dolía en serio. Mi papá siempre me ha acolitado la jugada, por lo menos si hago las cosas bien y mi mamá no dice lo contrario.

¿Alguna vez intentó escaparse de los castigos de su mamá?

Sí, tenía prohibida la entrada al club cuando estaba castigado. Mi mamá llamaba al Country y decía que si yo aparecía, no me dejaran entrar. Para lograr jugar, yo me metía en el baúl del carro de un amigo y me colaba al club. Eso pasó cuando tenía 13 años. Siempre iba con todo preparado. Le preguntaba a todo el mundo si me prestaban su talega ya que mi mamá también decía que no podía sacarla del cuarto de tacos. Siempre conseguía un amigo que sacara su talega y me la prestara por unas horas. Se que no estaba bien pero hacía cualquier cosa para poder jugar.

¿Cuál ha sido su sueño desde pequeño?

De chiquito gané mi primer torneo a los 4 años. Luego de eso, soñaba con tener mi cuarto lleno de trofeos. Esa fue una de las razones por las que me motive en meterme de lleno en el golf. Me quería sentir como un campeón y, como soy tan competitivo, no había nada que quisiera más que conseguir muchas copas para ponerlas en las repisas encima de mi cama. Por eso cada día quería entrenar más duro porque quería cumplir mi sueño. Hoy tengo unos 150 por toda mi casa.

¿Cuál ha sido el título más importante que ha ganado?

El más importante ha sido uno que gane con mi papá. Ya había jugado varios con él pero el torneo de parejas del Country Club de Bogotá ha sido el triunfo más importante que he logrado. Nunca había ganado una pareja de padre e hijo y nosotros lo logramos con ocho golpes menos que el segundo lugar. Mi papá es handicap 10 y los otros que juegan son scratch (como se le denomina a los jugadores con handicap cero). Aunque también gané un torneo nacional en Pereira, este le gana a cualquier otro porque era el último trofeo que nos faltaba por ganar juntos y lo logramos.

De lo que ha aprendido del golf ¿qué le ha servido para su vida?

El golf me ha enseñado muchas cosas que he podido aplicar en mi vida cotidiana. Por ejemplo, en el golf la bola se juega dónde cae sin importar donde queda, uno juega donde está. La vida es igual, sin importar si las cosas van bien o no, uno tiene que jugar desde donde está y seguir adelante e intentar sacar lo mejor de la situación.Mi papá también siempre me esta diciendo consejos y el que más recuerdo es cuando dice "más despacio". A veces me aceleró mucho y él me aterriza y me ayuda a concentrarme más, eso siempre se me queda cuando estoy jugando. 

¿Qué fue lo mejor de jugar el Country Club de Bogotá Championship?

Jugar con algunos de los golfistas más importantes del mundo en mi ciudad y en la cancha en la que he jugado toda la vida. Estos días jugué con Camilo Villegas que es mi ídolo desde que era chiquito. Además, compartir con profesionales de tan alta categoría me ayuda a comprender lo que es ese mundo, a entender lo bien que uno tiene que jugar para poder mantenerse entre los mejores.

¿Quién lo acompañó en este torneo?

Mi caddie fue mi papá. Él me conoce muy bien y conoce muy bien el campo. Él ya ha sido mi caddie antes y conoce mi juego. Él y yo funcionamos muy bien en pareja y por eso le pedí que me acompañara este año ya que en 2019, Federico Pombo fue quien me ayudo como caddie pero para esta edición está viajando y no me puede acompañar.

Por Felipe Raymond Fajardo

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